La joven cantante es una de las adquisiciones más recientes del “latin soul” contemporáneo. Fundadora e integrante del cuarteto vocal Sexto Sentido y solista a partir del año 2010 (con la presentación del disco "Santa Habana", nominado al Cubadisco 2012 en la categoría Fusión), Melvis Santa Estévez constituye hoy una revelación en los escenarios de la música alternativa.
En los últimos tiempos ha compartido micrófonos con otros no menos importantes del mundo sonoro como Kelvis Ochoa, Francis del Río, Descemer y Santiago Feliú. Las artes escénicas también se le han revelado como un nuevo camino en su proyección artística. Según expresa, hace poco entró al cine con el pie derecho y no sale de su asombro, pues se ha insertado en este camino con fluidez.
Dentro de unos años su experiencia en el séptimo arte devendrá en título profesional. Melvis fue aceptada en la convocatoria libre que ofrece la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes, ISA, para estudiar actuación por el curso de trabajadores. Y es que la necesidad de expresión a través del arte ha sido la génesis principal de su éxito y la clave de su superación profesional.
¿Cómo llegas a la música?
La música llegó a mí desde muy pequeña. Recuerdo que disfrutaba mucho pasar las tardes con mi abuela Yolanda, que tenía un tocadiscos y escuchábamos y cantábamos juntas. De mi madre y mis tías tengo la costumbre de apreciar temas de diferentes estilos. Recuerdo que siempre me llevaban al teatro García Lorca y mi papá al Guiñol los domingos y a las peñas de trova en el Museo Nacional de Bellas Artes.
¿Por qué decidir comenzar una carrera en solitario, luego de tu activa presencia en Sexto Sentido?
Precisamente ahí está la respuesta. Después de 12 años de trabajo muy activo en Sexto Sentido (1997-2010), quise ir "más allá". Comenzaba a sentirme "limitada" profesionalmente. Mi proyección individual no estaba al 100 % y entonces "me picó el bichito", que no es más que la necesidad que tiene cualquier artista de explorar y explotar sus posibilidades, tanto vocales como escenográficas. Quería correr riesgos.
Sin embargo, como fundadora del grupo -el cual tuvo varios nombres antes de ser definitivamente Sexto Sentido- valoro todas las etapas por las que pasamos, desde su pre-surgimiento hasta su máximo esplendor. Por eso creo que no me faltó nada por hacer durante mi estancia allí. Estoy satisfecha con el trabajo musical realizado, de cómo crecimos y aprendimos juntas, del respeto y admiración que logramos alcanzar como agrupación en escenarios nacionales e internacionales. Pero, como todo, creo que cada proyecto tiene su tiempo. Lo más acertado es saber distinguir el momento justo para cambiar de "sentido" en la vida.
¿Cómo defines tu estilo?
Me considero una exponente del "soul latino" (latin soul), que no es más que la fusión de géneros urbanos como el rhythm & blues, el hip hop y el soul con géneros populares cubanos y latinoamericanos.
¿Cuáles son tus principales influencias en la música?
En general, me identifico con lo que tiene un sello propio, sin importarme el género ni lo diferente que pueda resultar uno de otro. Me dejo influenciar por lo genuino. Por ejemplo, todavía disfruto mucho la dulzura de Merceditas Valdés. Con otra perspectiva, me encanta la propuesta de la cantante y bajista Esperanza Spalding. Estudio la musicalidad y la dicción de Nat King Cole; la pasión interpretativa de Blanca Rosa Gil; la originalidad de James Blake; la cadencia natural de Celeste Mendoza; el lirismo y precisión de Cecilia Bartoli; las improvisaciones de Wynton Marsalis… Siempre estoy tratando de aprender.
¿Pudieras referirte a algunos de los proyectos en los que has participado en los últimos meses?
Actualmente formo parte del elenco artístico del espectáculo musical "Bésame Mucho", obra escrita y dirigida por Yolena Alonso, directora de la compañía danzaria Yoldance. Aquí no solo interpreto, sino que también actúo. Canto a través de mi personaje, que es una turista francesa llamada Jessica que llega a La Habana para estudiar Español.
Paralelamente, sigo "interactuando" con la banda de timba-funk Interactivo, uno de los proyectos más completos y originales que tiene la escena musical cubana actual: Roberto Carcassés, William Vivanco, Francis del Río, Julio Padrón, Telmary Díaz y muchos, muchos más.
¿Cómo llegas al corto Dulce Amargo que dirigió el realizador cubano Juan Carlos Tabío como parte del largometraje 7 Días en La Habana?
Me presenté a un casting donde buscaban una cantante (o eso creía yo). Me sorprendió llegar y ver más de 100 personas en el lugar, actrices reconocidas en su gran mayoría, pero pensé que no estaban para lo mismo, sino para otro casting, así que hice la prueba muy relajada, pues para mí era rutina. Días después me avisaron que había sido pre-seleccionada como actriz principal para una de las historias del largometraje 7 días en La Habana, dirigida por 7 importantes directores de cine. Fue entonces que entré en shock.
Tuve que prepararme muy intensamente durante un período largo de pruebas hasta que ya fui definitivamente escogida por el director español Julio Medem para ser la protagonista de su corto: "La tentación de Cecilia". No obstante, ni tuve tiempo de salir del shock porque, a los pocos días me dijeron que Juan Carlos Tabío (una de las leyendas del cine cubano, para mí), también quería trabajar con "Cecilia". Se le había ocurrido que fuese hija de los protagonistas de su historia: "Dulce amargo".
Se trataba, nada más y nada menos, que de un dúo experimentado y estelarísimo: Jorge Perugorría y Mirta Ibarra. Trabajar con ellos fue una experiencia única. Les estaré eternamente agradecida a Julio Medem y a Juan Carlos Tabío, por darme la oportunidad de crecer entre grandes.
¿Pudieras mencionar otras producciones en las que has participado? ¿Te interesa incursionar aún más en el mundo de la actuación?
¡Mucho más! Mi primera aparición en la pantalla grande fue con el exitoso filme cubano-español "Habana Blues" (dir. Benito Zambrano. 2005), donde aparezco cantando y bailando, sólo por unos segundos, pero en un muy buen primer plano (risas). Cinco años más tarde, me escogen para hacer un papel protagónico: "María", un corto dirigido por la italiana Serena Corvaglia, donde aparezco junto a los actores Luis Alberto García y Enrico Silvestrin. Esa primera experiencia me resultó un presagio, como estar a la puerta de un mundo nuevo por descubrir, así que decidí dedicarle más atención a la actuación.
Luego llegó "7 días en La Habana", con otro reparto de lujo: el joven y talentoso actor cubano Leonardo Benítez y el multipremiado alemán Daniel Bruhl, Kosturika, entre otros. También participé en dos largometrajes que estarán listos para el año 2013: "Se vende" (dir. Jorge Perugorría. Cuba) y "Tres hermanos" (Patrick Grandperret. Francia).
¿Cuáles son tus próximas metas en el mundo del arte?
Pudiera decir que soy ambiciosa en este aspecto. Una ambición que está basada en los deseos de hacer y de volcar toda la energía que tengo en función del arte, que es -literalmente- mi razón de ser. Sueño, no con el reconocimiento personal, sino con el reconocimiento de mi trabajo. Aspiro a que, con mi labor, pueda hacer feliz o despertar alguna emoción positiva en las personas que lo perciban; con tener la oportunidad de compartirlo por todo el mundo, de intercambiar con otros artistas. Y más que todo, con que, lo que haga, transcienda de generación en generación, como transcendió a mí el legado de tantos otros artistas, a los cuales les agradezco gran parte de mi formación. Nada sería más gratificante.