“Mi rumba tiene sabor, mi rumba tiene iré, mi rumba tiene bomba”, dicen en un contagioso coro Rumbávila fusión, agrupación que ha ayudado a impulsar el género en la provincia y ha sido la encargada de abrir la puertas de la oncena edición del Festival Piña Colada, que inició este jueves y concluye el domingo.
Entre estribillos, toques fusionados con timba y una pegajosa coreografía, el grupo avileño es una muestra de las diversas expresiones melódicas que se encuentran en el territorio y que el evento, liderado por el joven artista Arnaldo Rodríguez, ha contribuido a develar al público.
Ciego de Ávila posee un talento joven considerable, según explicó a la prensa Virginio Menéndez Moro, director de Cultura en la provincia. “Este es un espacio para darlos a conocer, para que se sepa que existen y que todos ellos hacen un esfuerzo por seguir adelante. Es una buena oportunidad para darse a conocer, independientemente de que ellos se han presentado en otros evento”, dijo.
No solo Rumbávila colorea las jornadas de Piña Colada. A ellos se suman los grupos Aromas, Motivos personales e Iré tocao —este último compuesto por instructores de arte—; los trovadores Héctor Luis de Posada y Yoan Zamora, los raperos Aka-demia, y la cantante Dayani Gutiérrez, entre otro.
Virginio Menéndez Moro aseguró que esta idea que propuso Arnaldo Rodríguez hace más de una década, ha recibido el apoyo de muchos artistas, los cuales han desfilado por el festival, como una posibilidad de presentación y de darse a conocer.
“Es un certamen de fusión y por aquí se ha disfrutado desde el rock, con el cual ha contribuido a impulsar esa manifestación, hasta el hip hop, el jazz y la trova”, señaló el directivo, al tiempo que recordó que el evento es especialmente dedicado a los jóvenes y a organizaciones que los identifican, como la UJC y la OPJM.
Para Arnaldo Rodríguez, presidente del comité organizador de Piña Colada, “lo más importante es que este festival sea un intercambio de música, de cultura y también de amistad, porque creo que con los años, nos hemos convertido en una familia”.
A tono con los debates actuales relacionados con la música y por la experiencia acumulada en estos años, el evento avileño muestra en sus conciertos un cuidado repertorio, en el que no se olvida las preferencias del público y se contribuye a la formación de su gusto estético.
“El festival se desarrolla en un momento de cuestionamiento de los presupuestos estéticos de las expresiones musicales en el país. Del tema de la chabacanería en los textos se está hablando mucho. Es uno de los derroteros al que nos enfrentamos e intentamos mostrar nuestra visión en el conversatorio que tendrá lugar este sábado, en el Museo de Artes Decorativas”, afirmó a On Cuba el también líder del Talismán.
El autor de La lucecita y Tierra de la soledad explicó que se estudian las propuestas del elenco que vendrá y se es riguroso en la selección de los artistas invitados, los cuales “no pueden ser partícipes de expresiones de vulgaridad”.
Noveles músicos, que cuentan con aceptación en el público, comparten escenarios por estos días en Ciego de Ávila, como la cantante Gretell Barreiro, los trovadores Ray Fernández e Inti Santana, los raperos de Obsesión, el dúo de Bony y Kelly, las bandas roqueras Koflint y Metastasys; y las agrupaciones Gitano, Mediterráneo, Qva Libre, Deja Vu, y JG y su grupo.
Y ese también es un acierto de Piña Colada, al decir de Arnaldo Rodríguez. “El principal éxito de festival es disfrutar de esta fiesta y que más allá del carnaval de la ciudad, esta es una buena oportunidad para que los más jóvenes escuchen la música que les gusta”, sentenció.
Fotos: Roberto Ruiz