La edición 16 del Festival de Teatro de La Habana, entre el 22 y el 31 de octubre, tendrá como uno de sus principales atractivos la puesta, en versión para teatro callejero, de El viejo y la mar, obra inspirada en la novela homónima del escritor norteamericano Ernest Hemingway.
En ese sentido, la escena callejera acogerá el resultado de búsquedas y experimentaciones, como resultado de un acto de fe en un arte efímero que se construye en cada puesta en escena.
Calles y plazas mostrarán estatuas vivientes, historias tocadas por una dosis de humor y fantasía así como una interesante versión para teatro callejero, de El viejo y el mar, inspirado en la novela homónima de Ernest Hemingway, vista con el prisma de un colectivo consagrado dentro de la escena nacional, El Mirón Cubano, liderado por Francisco “Pancho” Rodríguez.
Desde una estética sólida, consolidada en las calles de su querida Matanzas, El Mirón Cubano propone ahora un espectáculo itinerante que transita por varios lugares y donde el espectador participa en complicidad con el protagonista de la pieza, hasta el punto de convertirse en una suerte de mar que acompaña, en su viaje, al personaje de Santiago, el pescador.
Con su poética tan peculiar El Mirón Cubano le rinde homenaje al dramaturgo y poeta matancero José Jacinto Milanés para llevar a la escena una visión más crítica, enfocada hacia el cubano, su vida cotidiana, su manera de ser, sus costumbres, vivencias, experiencias y conflictos existenciales.
El viejo y el mar, alude a un pescador que se hace a la mar en busca de un ideal. Las arrugas, la fatiga, los recuerdos del pasado, el cansancio de los años, no logran detenerlo.
Sencilla, pero a la vez sobrecogedora, deviene esta obra cuyo resultado final descansa, sobre todo en la belleza de los diseños escénicos de Adán Rodríguez, quien participó también junto a Richard Germán Díaz y Georgina Vidal Zayas, en la realización de la escenografía, los atrezzos y el vestuario, concebido este último por Amarilis García.
Gran atractivo tienen además las coreografías de Gelsys González de León y la banda sonora de Raúl Valdés, que le otorgan un sentido tan especial a la puesta.
“La historia de Hemingway entra en la dimensión escénica de la calle, en una versión dulce pero arrasadora que habla de permanencias, constancias, sobrevivencias, sueños, familia, teatro; trasciende el tiempo y el espacio literario de su autor, pero se regocija en sus esencias”, dice la especialista Sorangel Fuentes Cruz en las palabras de presentación de la obra.
El personaje de Santiago es asumido por el actor Francisco Rodríguez quien es el director de la puesta y el director artístico de este colectivo fundado hace más de 30 años por el desaparecido Albio Paz.
Con Rocío Rodríguez Fernández, actriz, teatróloga y asistente de dirección de la puesta, conversamos sobre esta versión de El viejo y el mar que tuvo su estreno en el contexto de la Octava Jornada Nacional de Teatro Callejero, celebrada en el mes de abril, en Matanzas.
“Para nuestro grupo era una ilusión estrenar esta obra y acercarla al espectador que transita por las calles. Es una experiencia diferente al teatro que se realiza en las salas.
“Partimos de la tesis de Hemingway, durante el proceso de montaje teatral, de que un hombre puede ser derrotado pero no vencido, la lucha continúa siempre. Esa es la experiencia que queremos transmitirles a las personas que ven el espectáculo.
“Hemos realizado un proceso de adaptación de los muñecos para que sean fáciles de transportar. Nos gustaría hacer un recorrido por diferentes provincias de la isla. Queremos seguir desarrollando el teatro callejero y tenemos en mente incorporar al trabajo en la calle las habilidades circenses”, concluye la joven actriz que hace poco más de una año asumió la dirección general de El Mirón Cubano.
Por lo pronto, restan pocos días para poder apreciar esta versión de El viajo y el mar que traerá de vuelta al pescador Santiago a las arterias habaneras.