Mariela Bejerano ya no vive en Cuba. Quien fuera hace algunos años una de las actrices más populares de la Isla, ahora está en Barcelona pero aún se siente conectada a su país y su profesión.
Actuar es para ella un aprendizaje y una pasión. Esa pasión, dice a OnCuba, fue creciendo en la medida en que asumió que la interpretación es un acto de placer.
“Afronto todos mis personajes con amor, entrega y responsabilidad –asegura. Un personaje siempre está inspirado en un ser, en una persona que tiene alma, sentimientos, conflictos y una conducta en su vida. Eso merece un respeto porque los actores contamos historias, hacemos reír, llorar pero también somos educadores y a través del arte podemos sensibilizar, esclarecer, guiar, y es muy importante saber cómo hacerlo.”
¿Cuál es tu método para asumir la actuación?
A mí me gusta leer el texto varias veces. Hay palabras, frases que no te alumbran la primera vez por muy sencillas que sean. Cuando empiezas a recibir señales se despierta tu mente; visualizas, contactas con esos sentimientos, emociones que pueden ser dolorosos, no cercanos a ti. De esa forma, me voy familiarizando con ellos, me voy entrenando con la intención de lograr naturalidad.
Tener dominio de lo que voy hacer me da mucha seguridad; incluso me ayuda a controlar el temor que siempre me acompaña sin importar cuántos años lleve actuando.
¿Es difícil despegarse de un personaje como el de Marlén de la telenovela Salir de Noche?
Por Marlén he recibido mucho cariño, mucha alegría y oportunidades. Es de esos regalos maravillosos que te da la vida. Para los cubanos, donde quiera que yo esté, sigo siendo Marlén, la mujer del Papa, el personaje que interpretaba Jorge Alí. Es increíble como repiten frases que nos decíamos en la novela. Se ríen mientras me comentan de la novela y entonces yo recuerdo aquellos momentos de grabación, cómo nos divertimos, cómo improvisábamos. Éramos una verdadera familia.
Había compañeros de filmación que en ese momento no estaban grabando y se iban para nuestro estudio, se entusiasmaban tanto que hasta le hacían aportes a nuestros personajes. Para mí era una gran fiesta. Y luego Marlén era una fiera cuando defendía algo que parecía injusto, pero sin embargo desprendía una ternura a pesar de ser una mujer que había recibido muy pocas muestras de amor en su vida.
Tenía pocos recursos pero era desprendida, capaz de regalar su canastilla que tanto sacrificios le había costado. Atrevida, guapa exigiendo respeto a todos los hombres que la rodeaban pero cuando había que bajar el tono porque el Papa se ponía “malito” pues lo hacía. Era un personaje con muchos matices, querido por todos y sobre todo por mí.
¿Cuán difícil es desprenderse de la actuación?
Desengancharse de esta profesión es complicado. Si nos dedicamos a ella es porque nos gusta. Desde pequeña he tenido esta vocación, han sido muchos años trabajando primero como aficionada, luego estudiando en el Instituto Superior de Arte y finalmente como profesional.
Además, mi profesión exige dedicación pero también proporciona satisfacciones. Los procesos de creación son muy aleccionadores, terapéuticos; luego el público, con sus muestras de cariño, nos da una alegría muy grande.
¿Con qué directores prefieres trabajar?
He tenido la suerte de trabajar con excelentes directores, pero tampoco he rechazado los proyectos de los que inician su carrera. Yo, como todos, tuve un primer día y nunca me faltó apoyo ni cariño. Incluso me ha gustado trabajar en tesis de estudiantes. Todo lo que pueda hacer por ayudar y enriquecer el trabajo de los jóvenes, lo intento. A lo mejor el guion no es lo que tú quieres pero si le pones todas tus ganas eso se nota.
Aunque se le conoce más por la televisión, también ha trabajado en otros medios…
Yo soy una actriz que he incursionado en muchos medios y de todos he recibido lecciones útiles. El teatro es una gran escuela; sin embargo, la radio me dio una experiencia incalculable humana y profesional. Aprendí mucho en ella y agradezco siempre todo el cariño y conocimientos que allí adquirí.
Cada medio tiene su lenguaje. Hay actores que se especializan en doblaje, en radio, en televisión. Hay quienes dedican toda su vida al teatro, al cine, al espectáculo y son maravillosos. Pienso que hay que saber adaptarse y poner en práctica todo lo útil.
¿Cuáles son, desde tu punto de vista, las especificidades para trabajar en cada medio?
El teatro da tiempo para prepararnos, investigar, improvisar, jugar de todas las maneras posibles para llegar a construir tus personajes. En la radio se debe cultivar mucho la voz, los matices, los tonos, porque a través de ellos lo expresas todo. Es la única manera de contar tu historia.
En la televisión pasas más de doce horas desde que sales de tu casa para filmar hasta que regresas, se debe tener una capacidad de trabajo importante y si grabas exteriores más. Es un buen ejercicio para la concentración, las escenas se pueden repetir por muchos motivos, hay que ejercitar mucho la memoria. Más de una vez me he tenido que aprender una escena al momento por imprevistos que siempre aparecen y hay que buscar soluciones.
En el doblaje tienes que medir hasta la respiración, captar hasta el más mínimo detalle sin dejar de interpretar, un mal doblaje puede destruir todo el trabajo de ese actor. En el cine he hecho poco, pero creo hay que ser muy riguroso, muy cuidadoso, hasta el detalle.
La naturalidad, la transparencia, hay que ejercitarla. Por ejemplo, yo soy muy expresiva con los ojos y en sentido general, pero sin abandonar la carga emotiva de una escena, hay que saber cuidar la gestualidad.
¿Qué características debe tener una actriz para ganarse al público?
El público sabe cuando ni tú misma te crees lo que estás haciendo. Si no eres capaz de convencerlo, de hacer vibrar sus emociones, ni defender lo que haces con sinceridad, es imposible que haya conexión.
¿Cómo ves el panorama de la televisión en Cuba desde la distancia?
Desde la distancia, extraño y valoro más lo que hacemos en la televisión cubana porque a pesar de que se trabaja con dificultades aprecio el respeto, la educación y el afán de hacer programas instructivos. No me dan gracia esos programas donde no se respeta nada, donde todos hablan a la vez, por darte algún ejemplo.
Nosotros somos más cuidadosos en lo que queremos hacer y no sé si es porque llevo muchos años educada de esta manera, pero para mí es algo que no debemos perder.
Sin embargo, hoy los cubanos consumen muchas series extranjeras. ¿Cuánto crees que ese consumo puede influir en el futuro de lo que se produce en Cuba?
Las producciones extranjeras llaman la atención en Cuba porque nos gusta conocer a otros actores, su idiosincrasia, su cultura, pero creo que lo nuestro siempre lo vamos a querer. Defender nuestra cultura, la cubanía todo aquello que nos caracteriza y nos identifica, es muy importante.
En Cuba hay mucho talento joven con inquietudes, con proyectos novedosos que no debemos desestimar. Nuestras escuelas están plenas de entusiasmo, de ideas y de grandes maestros a los que también hay que saber escuchar.
Puede que nuestros recursos no sean tan vistosos como la de las series foráneas pero precisamente por eso debemos cuidar el contenido y la interpretación. Eso es lo más importante y sí está en nuestras manos.
https://www.youtube.com/watch?v=1jETzjWnSxY
excelente artista y persona MARIELA BEJERANO , ÉXITOS EN SU VIDA