A Cienfuegos y La Habana viajó el colectivo mexicano Multicultural Sonora con el brillante monólogo Memorias de un general, escrito, dirigido y actuado por Dettmar Yánez. El texto teatral parte de la novela Los relámpagos de agosto, del guanajuatense Jorge Ibargüengoitia, y relata los avatares y tribulaciones de Guadalupe Arroyo, quien con más penas que glorias participó en la Revolución Mexicana con grados de general, y que luego de terminada la contienda —en términos generales— pugna por hacerse un lugar en el nuevo gobierno. Una historia de intrigas, conspiraciones, traiciones, clientelismo y lealtades a medias, esperpéntica y no por eso menos amarga.
Arroyo es requerido por su antiguo jefe para que viaje a la capital del país y asuma su secretaría personal en el nuevo gobierno, pero a la llegada al DF se entera de que su mentor ha muerto. A partir de ahí se ve envuelto en una serie de sucesos violentos que terminan por llevarlo al exilio. Hombre de guerra, el general participa sin muchas luces en los conciliábulos de los distintos partidos políticos que están en la liza para hacerse del poder político, lo que equivale a decir acomodarse en un status de corrupción y prebendas que no honra los ideales que movieron en sus orígenes a la Revolución. Son partidos que, con diferentes nombres e idéntica ideología, tienen un propósito común: la repartición del botín.
No escapa al espectador medianamente avisado que lo que se expone en escena alude a una práctica que rebasa el marco epocal de la obra. El lenocidio, la demagogia, el populismo, las alianzas oportunistas, los discursos hueros, las falsas promesas y los compromisos incumplidos son el abc de la política a lo largo de la historia. De ahí la actualidad de la pieza, su interés permanente.

Dettmar sobre las tablas
Dettmar Yánez es egresado del Centro Universitario de Teatro Cut-Unam. Con Memorias de un general ganó el premio del Primer Encuentro Anual de Monólogos, organizado por el Instituto Sonorense de Cultura en 2019. Antes, en 2013 y 2016, llevó este espectáculo al Festival Cervantino, magno encuentro internacional de las artes que tiene como sede la ciudad de Guanajuato.
A Cienfuegos viajó Memorias… para presentarse en el VI Festival del Monólogo Latinoamericano, evento que se desarrolló entre el 27 de febrero y el 2 de marzo en el Teatro Terry, y en el cual participaron doce espectáculos de cuatro países: Uruguay, México, Costa Rica y Cuba. Los días 7 y 8 de marzo, Multicultural Sonora tuvo dos presentaciones, a sala llena, para el público habanero, en la sede de Ludi Teatro.
Dettmar es uno y múltiple en escena. Por momentos su personaje se desdobla para satirizar a sus oponentes, toda una galería de tipos que van de lo pusilánime a lo retórico. Es actor poderoso que dice sus parlamentos con naturalidad tal que por momento logra que el público olvide que está presenciando una obra teatral y se identifique, como en una charla de cantina, con ese ser de gestos ampulosos, nada inocente, que le relata sus cuitas.

Dettmar apela al recurso de interactuar con los asistentes, les pide opiniones que luego incorpora a su discurso, juega con la ironía, se burla de sus iguales y de sí mismo, a pesar de que los sucesos que narra tienen un fondo trágico. Un momento particularmente hilarante es cuando hace que el público participe en la solicitud de ministerios y regiones militares para su partido. Se está comunicando por vía telefónica con el político que pudiera asumir en breve la presidencia, e intenta, con éxito, trocar su apoyo por puestos del más alto nivel en la nueva estructura. Alguien en la sala dice cuatro ministerios, y aunque a Guadalupe le parecen pocos, se ciñe a esa cifra. Hay ambiente de risa y complicidad en el lunetario. Y el actor entra y sale de situación con depurada técnica.
Dettmar ha dirigido para Multicultural Sonora, además, las obras El buqui y el mezquite, Pecador, ¿yo?, Infierno, Un rally-tv de campeones, Roma al final de la vía y De niños, peces y otros monstruos lunáticos. El espectáculo Un perro llamado Modigliani, donde también actúa, es un texto de su autoría.

Memorias de un general cuenta con diseño de iluminación de Gerardo “Tenoch Olivares”, la coordinación técnica estuvo a cargo de Osvaldo Sánchez, los audiovisuales que se proyectan como fondo fueron realizados por Lu Franco y la producción corrió a cargo de Beatriz Salas, quien integra el equipo rector de Multicultural Sonora.
Estos mexicanos saben hacer teatro. Se entregan en cada función con generosidad y calidez. Por una hora intensa, público y actor fuimos uno.