La antológica pieza teatral Sábado corto, de Héctor Quintero, cumple treinta años. Para celebrarlo el grupo Teatro D´Dos, la estrenó este fin de semana en la sala principal del Complejo Cultural Raquel Revuelta.
Sábado corto sucede como cualquier otro sábado entre las siete y las nueve de la noche. Entre sus esperanzas e inquietudes encontramos un desfile de personajes que terminan en un encuentro necesario y una posibilidad de realización espiritual. La protagonista es una mujer que sueña desde su ingenuidad y su transparencia. Son así los personajes que diseñó el autor, seres transparentes que desde esa naturalidad pretenden dar otro tinte a la vida cotidiana para devolvernos un matiz diferente.
La obra se mantendrá en cartelera gran parte del verano y repetirá temporada en los próximos meses. Con el director de este grupo teatral, que el próximo año arriba a su primer cuarto de siglo, el también actor Julio César Ramírez, OnCuba conversó sobre los detalles de esta puesta:
“Cuando estrenamos Contigo pan y cebolla, en enero pasado, no imaginábamos que el regreso a la dramaturgia del autor sería de inmediato. Intuíamos que un raro sabor, cercano al alborozo, iba a apropiarse del elenco. Aquellos personajes se cristalizarían en familiares cercanos y cada situación dramática se traduciría en permanentes referencias, y es que apartarse de un ejercicio saludable es muy difícil. Volvemos y esta vez no es Lala Fundora quien nos seduce por sus tantos matices, es Esperanza Mayor, tan mayor en la dramaturgia cubana como tantos nombres de mujer pueblan nuestro teatro”, expresó el director, quién también interpreta uno de los personajes de la obra.
Anteriormente dedicaron una trilogía a Abelardo Estorino ¿Por qué decidieron hacerlo también con Héctor Quintero?
Las trilogías en el teatro han existido desde los griegos. Para nuestro grupo esta es una manera de producir espectáculos teatrales desde diferentes aristas, ángulos, temas y personajes de un mismo autor. Abordar a un dramaturgo en una trilogía es muy interesante porque se logra investigar las tendencias y las fórmulas con las que trabajó. En el caso de Quintero, comenzamos con Contigo pan y cebolla, de los sesenta y próximamente vamos a estrenar Te sigo esperando, que es de los noventa.
Teatro D´Dos quiere apostar por el disfrute de un texto de Quintero, una comedia con todos los ingredientes del género. Queremos reflexionar sobre nuestra gente de hoy y sobre la vida cotidiana, queremos pasar un rato haciendo teatro y saborear el hacerlo con espíritu de festividad.
¿Qué importancia le concede a la obra de Quintero en la historia del teatro cubano?
Quintero nos acostumbró a que viéramos sus puestas como director. Rara vez veíamos una de sus obras dirigidas por otro director. Al no estar presente ya los directores actuales tenemos que dedicarnos a representar su dramaturgia. Es uno de los imprescindibles del teatro cubano y uno de los más significativos del género comedia. Es el gran comediógrafo de la familia cubana. En el siglo XIX teníamos a Joaquín Lorenzo Luaces, pero el siglo XX lo tiene a él.
Posee una obra muy sólida, no solo desde el punto de vista popular, sino desde lo conceptual. Hizo una radiografía del comportamiento del cubano desde una óptica muy crítica con un humor muy particular. Logró unos diálogos excelentes, casi perfectos. Describió como nadie el comportamiento del personaje popular. Ahora lo estoy estudiando porque interpreto uno de los personajes de esta obra. Al estudiar el texto podemos percibir la maestría con que está escrito. Quintero estableció esa conjunción perfecta entre lo popular y lo literario.
¿Qué principales diferencias establece entre esta puesta y la que dirigió Quintero hace ya treinta años?
Él hablaba de los ochenta, de los problemas y hacía las bromas de esa época. Indiscutiblemente Héctor es un autor universal y cuando estamos en presencia de esto, lo local puede quitarse y queda el eje global. He limpiado la obra de tópicos locales y he dejado la esencia, lo básico. Creo que allí está la puesta. No puedo hablar de una versión, sino de ajustes con términos actualizados, siempre respetando los detalles importantes del texto original.
¿Considera que la obra mantiene su vigencia en nuestros días?
Es una obra que habla sobre la soledad y la búsqueda del amor, temas atemporales y universales. Cuando la vi en su estreno en los ochenta cuando aún era estudiante, imaginábamos que la obra se iba a quedar en ese momento histórico de la escena nacional. Sin embargo, la obra sigue aquí, vigente para las futuras generaciones. Es una obra que recomiendo no debe perder el espectador. Es una comedia con todos sus ingredientes, donde el público además de divertirse va a reflexionar, identificarse con los personajes y pensar.
Bueno opcion para este verano.