Más 60 mil toques después, Erick Hernández tomó el balón en sus manos, lo besó y lo pateó en dirección a su hermano Douglas. Habían pasado 12 horas y siete minutos desde que comenzara, a las ocho de la mañana, a controlar la esférica solo con los pies para quebrar una añeja marca suya.
Con visibles molestias en las piernas, la espalda y el cuello, Erick se desplomó en el suelo y quedó en manos de sus preparadores, quienes con masaje y hielo aplacaron en un santiamén los dolores, provocados por una extenuante jornada en la que lidió con el paulatino agotamiento físico y la presión de no dejar caer la bola, en el Hotel Copacabana capitalino, sede de su enésimo intento de quiebre de un record absoluto.
“En esta variante de dominio del balón solo con los pies uno prácticamente no tiene defensa, porque en caso de fallar el cuero va directo al piso, no existe un término medio como los muslos cuando trabajas con la cabeza, o los propios pies cuando el intento es con los muslos”, explica a OnCuba Douglas Hernández, pionero de esta disciplina en la Isla.
Erick, consciente de estos pequeños detalles y sustentado en su soberana experiencia domesticando la redonda, manejó todos los registros posibles para no fallar y en efecto, bien lejos estuvo de perder el control de la Brazuca, balón oficial Adidas del venidero Mundial de fútbol en Brasil.
“Uno siempre teme por los contratiempos que puedan surgir, pero hoy fue un día bastante tranquilo, un ejercicio limpio, aunque con mucho cansancio, como es lógico. Si de algo me preocupé fue de encontrar un lugar con buena iluminación, de moverme de sitio cuando estaba sudando mucho y existía el peligro de resbalar, y del entorno en sentido general, de los fumadores, de quienes hablan en voz baja, de los flashes de las cámaras, pero mi entrenador, mi esposa y los jueces se encargaron de controlar esos asuntos”, relata Erick, quien realizó un estable proceso de alimentación e hidratación durante la media jornada.
“En los días previos al record, Erick estuvo sujeto a una nutrición ligera, a base de frutas, jamón fresco y quesos, para evitar cualquier trastorno digestivo. Durante el intento mantuvo la misma rutina, con piña, guayaba, frutabomba, manzana, abundante líquido y comida más sólida en horas de la tarde, a fin de proveer energías en el tramo final de la marca, toda vez que puede perder entre tres y cuatro kilos”, afirma el preparador personal Jorge Velásquez, pendiente de su pupilo en todo el trayecto.
Sobre la hidratación, Erick comenta que no la planificó por tiempo, sino cuando el cuerpo se lo pedía, en aras de complacer las necesidades fisiológicas y evitar posibles contracturas por agotamiento de los músculos.
Sin embargo, una leve molestia apareció cerca de las seis de la tarde en el bíceps femoral izquierdo, por lo que se vio golpear la redonda con cierta dificultad. De cualquier forma, no sobrecargó el trabajo de una pierna u otra y mantuvo su cadencia, a razón de 85 toques por minuto, ritmo lento y pausado como sugieren los especialistas en este tipo de records de largo alcance.
UN LARGO CAMINO POR DELANTE
Para dilapidar media jornada controlando la bola solo con los pies, Erick Hernández necesitó de múltiples sesiones de entrenamiento diarias con una duración de cinco a seis horas, en las que trabajó la resistencia, la fuerza muscular y el plano psicológico.
Dicha preparación tendría que duplicarse y añadir nuevos elementos para concretar, en un futuro cercano, el record absoluto de dominio del balón, que consiste en hipnotizar la esférica durante más de 24 horas con cualquier parte del cuerpo.
“Considero que hemos recorrido la mitad del camino para lograr la marca de un día completo dominando la pelota. Precisamente, quiero aprovechar la preparación realizada para no tener que partir de cero en otro momento. Espero no tener ningún inconveniente en el trayecto y en la primera quincena de octubre materializaría el intento”, devela Erick.
“Tras lograr este record él entra en una dinámica muy positiva de cara a otro reto aún mayor, que sabemos puede lograr. Según nuestros cálculos, 12 horas solo con los pies equivalen a 20 con todo el cuerpo. Entonces solo le faltaría reforzar el dominio con la cabeza hasta estabilizarlo en cinco horas, en ese momento ya estaría completamente listo”, espeta convencido Douglas, hermano, confidente y guía del mejor dominador del balón en la historia: Erick Hernández.
Foto: Roberto Ruiz