Una y otra vez los reflectores apuntan hacia José Adolis García, y no es para menos. El cubano se ha convertido en uno de los jugadores de moda en Grandes Ligas, un referente al que quizá algún productor de Hollywood se le acerque para grabar una película. Sería un filme fenomenal, de superación, de amor propio, el clásico superhéroe de historietas que coquetea con el fracaso pero logra emerger de las penumbras para transformarse en un mesías. Al menos así lo deben ver los fanáticos de los Rangers…
El avileño llegó a Texas casi por accidente. A finales de 2020 los Cardinals lo canjearon por una cantidad de efectivo nunca especificada. Ssucedió justo antes de Navidad, quizá esperando negociar con Melchor, Gaspar y Baltasar para obtener algo mejor con ese dinero, y que nunca sucedió. Casi tres años después de ese movimiento, en St. Louis se han convencido de que este es uno de esos clásicos cambios que no envejecieron bien.
De 2021 a 2023 Adolis se consolidó como el tercer jardinero con más jonrones (88) en Grandes Ligas y el décimo jugador con más impulsadas (298). En cada una de esas temporadas logró, como mínimo, 27 batazos de vuelta completa y 90 remolques. En ese lapso ningún patrullero de los Cardinals empujó al menos 90 carreras y solo uno (Tyler O’Neill en 2021) superó la cifra de 27 cuadrangulares en una campaña.
Lo más impactante es que García llevó su show a octubre, al gran escenario de MLB. Este año, en la primera corrida triunfal de Texas hasta el título de la Serie Mundial, el cubano impuso récord de impulsadas (22) para una postemporada y fue el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato contra los Astros. Rendimiento de estrella, aunque los Rangers le pagaron este año como a un aprendiz: solo 748 mil dólares de salario básico.
José Adolis no está dejando en buen lugar a la gerencia de Texas, que de seguro sacará la billetera en los próximos meses para convertir al cubano en millonario de una buena vez. Si lo que ha bateado no ha sido suficiente para convencer a los Rangers, ahora tiene un nuevo argumento: ha ganado el Guante de Oro como el mejor defensor del jardín derecho en la Liga Americana.
No puede sorprendernos. Adolis es un defensor de élite desde su época en Cuba, cuando alternaba entre el bosque derecho y el central con los Tigres de Ciego de Ávila. Su velocidad y explosividad le permitían cubrir una parcela ridículamente extensa en las praderas del Cepero, mientras la potencia de su brazo ponía de pie a la grada, aunque todavía en aquella etapa le faltaba enfoque y precisión para realmente intimidar a los corredores en las bases.
Con el tiempo, el antillano ha crecido hasta convertirse en uno de los brazos más respetados de MLB, avalado por las métricas tradicionales y las modernas. Por ejemplo, Adolis es el único jardinero de Las Mayores que ha logrado al menos diez asistencias en cada uno de los últimos tres años. Este curso lideró a los Rangers en ese apartado (11) y fue séptimo en todo el circuito, igualado con el boricua M.J. Meléndez.
Para el avileño ha sido crucial la potencia de su brazo. En 2023, quedó en el puesto 14 entre los patrulleros con mejor promedio de velocidad (93 millas) en sus disparos desde los jardines. Los rivales ya lo conocen y tratan de no retarlo con frecuencia.
Según los datos de Statcast, los contrarios tuvieron 283 oportunidades de tomar una base extra ante Adolis este año, y solo el 32 % de esos corredores decidieron intentarlo. Esa es la segunda tasa más baja (igualado con Ronald Acuña Jr.) entre todos los patrulleros de MLB con al menos 250 oportunidades, lo cual lo ubica en la élite en cuanto al trabajo de prevención.
“Es un jugador muy completo. Es veloz, tiene un gran brazo, batea. Este chico puede hacerlo todo. Nosotros lo vemos. También tiene mucha precisión y le encanta tirar desde los jardines. Le encanta que lo reten, lo hemos visto bastantes veces. Realmente disfruta esa parte del juego y trabaja en ello”, dijo Bruce Bochy, mentor de los Rangers, sobre las habilidades de Adolis, quien contribuyó al equipo tanto con su bate como con su guante.
En líneas generales, García evitó seis carreras adicionales de corredores en base, la tercera mayor cantidad entre todos los jardineros de Grandes Ligas, solo superado por dos chicos de Colorado: Nolan Jones (ocho) y Brenton Doyle (siete), este último también ganador del Guante de Oro. Si fuera poco, el cubano terminó tercero entre todos los patrulleros derechos en carreras salvadas a la defensa (siete).
Adolis es tan solo el cuarto jardinero derecho de los Rangers que gana un Guante de Oro tras Gary Pettis (1990), Juan Beniquez (1997) y Joey Gallo (2020-2021). Además, es el quinto patrullero cubano con el premio después de Orestes Miñoso (1957, 1959 y 1960), Tony Oliva (1966), Yoenis Céspedes (2015) y Luis Robert (2020).
Cuba y los Guantes de Oro
Aunque solo diez cubanos han ganado el Guante de Oro, la relación de la isla con este premio es bastante longeva. De hecho, el primer antillano reconocido por su estelar defensa fue Orestes Miñoso en 1957, cuando jugaba para los Chicago White Sox. Ese curso Miñoso registro 9 asistencias desde los jardines.
Dos años más tarde el matancero repitió el premio con Cleveland y en 1960 volvió a ganarlo, otra vez con la franquicia del sur de Chicago. Entre 1959 y 1960, Miñoso sumó 28 asistencias desde los jardines, cifra que demuestra su efectividad, potencia y precisión en los tiros a las bases.
Probablemente el estelar pelotero yumurino hubiera podido ganar más premios como este, pero los Guantes de Oro empezaron a entregarse en 1957, cuando él tenía 33 años. Desde esa temporada hasta el final de su carrera, jugó solo seis campañas completas y en tres se llevó el galardón de mejor defensor en los bosques.
Además de Miñoso, los otros cubanos que han ganado tres veces el premio son Rey Ordóñez y Rafael Palmeiro, quienes coincidentemente se llevaron tres Guantes de Oro entre 1997 y 1999. El paracortos capitalino obtuvo el galardón con los Mets luego de tres contiendas brillantes en las que su promedio defensivo estuvo siempre por encima de .975.
En 1997 Ordóñez cometió solo nueve errores en 535 lances, para un promedio de .983, aunque ese no fue su mejor año. En 1999, el cubano subió a otro nivel, pues jugó más de 1 300 innings, tuvo 640 lances y apenas falló en cuatro ocasiones, para un promedio de .994. ¡Surrealista para un torpedero!
Ordóñez es recordado no solo por su seguridad y efectividad defensiva, sino por su espectacularidad y su capacidad para llegar a bolas que nadie más podía. Justamente eso le daba más opciones de tener jugadas complicadas muy propensas a los errores, pero siempre se las ingenió para triunfar en la mayoría de sus lances.
Palmeiro, por su parte, fue un defensor muy seguro en la inicial. Su larguísima carrera de 20 temporadas en Grandes Ligas terminó con un altísimo promedio de .994 jugando solo en la primera base. De 1997 a 1999, acumuló más de 3 200 lances y más de 2 900 innings en los que cometió solo 20 errores y fabricó 274 jugadas de doble play.
Para finalizar, los dejamos con la lista detallada de todos los cubanos que se han llevado el Guante de Oro:
* Orestes Miñoso: 1957 (Chicago White Sox), 1959 (Cleveland Indians) y 1960 (Chicago White Sox). Todos sus premios fueron en la Liga Americana y en el jardín izquierdo.
* Rafael Palmeiro: 1997 y 1998 (Baltimore Orioles) y 1999 (Texas Rangers). Todos sus premios fueron como primera base en la Liga Americana.
* Rey Ordóñez: 1997, 1998 y 1999 (New York Mets). Todos sus premios fueron como torpedero en la Liga Nacional.
* Zoilo Versalles: 1963 y 1965 (Minnesota Twins). Sus dos premios fueron como torpedero en la Liga Americana.
* Leo Cárdenas: 1965 (Cincinnati Reds). Torpedero, Liga Nacional.
* Tony Oliva: 1966 (Minnesota Twins). Jardinero derecho, Liga Americana.
* Yoenis Céspedes: 2015 (Detroit Tigers). Jardinero izquiedo, Liga Americana.
* Luis Robert Jr.: 2020 (Chicago White Sox). Jardinero central, Liga Americana.
* Yulieski Gurriel: 2021 (Houston Astros). Primera base, Liga Americana.
* Adolis García: 2023 (Texas Rangers). Jardinero derecho, Liga Americana.