Después de dos agotadoras jornadas, el cubano nacionalizado chileno Santiago Ford regaló este martes a su país de adopción la medalla de oro en el decatlón de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, un resultado hasta hace poco soñado en la nación austral.
Si el país había disfrutado el éxito al máximo el sorpresivo éxito del discóbolo Lucas Nervi, no menos emotiva fue la celebración tras la victoria de Ford que subió al medallero como el sexto título para la delegación anfitriona.
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La hazaña de Ford se selló con el mismo esfuerzo realizado para llegar Chile, hasta donde llevó sus ilusiones de triunfar en el deporte y la vida. Y lo logró redondeando un acumulado de 7 834 unidades, inalcanzable para el resto de los aspirantes a convertirse en los competidores más integrales del certamen de atletismo en la cita multideportiva continental.
Cambio de oro
Ford nació en Cuba hace 26 años, fue miembro de la selección nacional de atletismo, pero decidió cambiar el rumbo de su vida por la falta de oportunidad para demostrar todo su potencial.
Tomó la decisión de irse de Cuba en septiembre de 2018, y su travesía comenzó con un vuelo desde la isla hasta Guyana. Desde allí emigró en barco a Brasil, atravesó ese país para llegar a Perú e ingresó a Chile por la región norte, según le contó a la agencia AP.
"DI LO MEJOR DE MÍ, PARA QUE EL PUEBLO CHILENO SE SIENTA ORGULLOSO"#ESPNFShowChile Santiago Ford y sus sensaciones, tras conseguir la medalla de oro en el Decatlón Panamericano: "Viví dos días épicos, dos días inolvidables que luchamos para estar acá". pic.twitter.com/1K1FxO8D8b
— ESPN Chile (@ESPNChile) November 1, 2023
Hace apenas diez meses consiguió la nacionalidad con el apoyo de la Cámara del Senado y la firma del presidente de la república, según una nota publicada e el sitio web 24horas.
La idea de llegar a Chile comenzó a rondarle cuando un grupo de entrenadores de ese país visitó la isla y pudo conocerlos. Para entonces ya había sido cuarto lugar en el Mundial Sub-20 años acogido por Polonia en 2016, pero consideró que no le alcanzaría para que su carrera tuviera todo el apoyo necesario.
“En Cuba tienes que tener oro o plata para que te reconozcan y puedas llamar un poco la atención. Si no, no eres nadie. Es complicado”, dijo Ford el pasado año al medio chileno Emol.
Su vida de emigrante no tuvo un buen comienzo. Trabajó como guardia de seguridad en clubes nocturnos para generar sostener sus aspiraciones de competir al máximo nivel, pero no logró un progreso inmediato.
“El migrante pasa por muchas cosas, cuesta mucho trabajo llegar a cumplir los objetivos… Al principio no fue todo como pensaba, pero Dios me dio la oportunidad de conseguirlo”, aseguró a la AP.
El ejemplo forma parte de una tendencia que ha hecho a la selección cubana de atletismo una de las más afectadas por el éxodo de figuras, algunas medallistas olímpicas y mundiales.
Actualmente los mejores exponentes del triple salto en el planeta son jóvenes nacidos en Cuba, entre ellos el guantanamero Pedro Pablo Pichardo, campeón olímpico de Tokio 2020 con la bandera de Portugal. A ese listado se suman el joven Jordan Díaz y Andy Díaz, asentados en España e Italia, respectivamente.
También decidieron romper vínculos con la federación de la isla el destacado saltador de longitud Juan Miguel Echevarría, plata olímpica en la capital japonesa, y más recientemente Yaimé Pérez y Denia Caballero, ambas campeonas mundiales de lanzamiento del disco.
Chile ha sido una de las naciones que han recibido a grandes figuras del deporte cubano o de aquellas que vienen en franco crecimiento.
En el levantamiento de pesas de Santiago 2023 contaron en su equipo con el cubano Arley Méndez, y en el certamen de lucha grecorromana, que inicio este miércoles, aparece Yasmani Acosta como uno de los fuertes candidatos a medallas en la división de 130 kilogramos.