Este jueves 18 de septiembre, poco antes de las nueve de la noche, empezó a llover en Tokio. Ese fue el peor de augurios para Leyanis Pérez. Por su mente debe haber pasado, inevitablemente, el recuerdo del diluvio que cayó desde el cielo parisino en la final de los Juegos Olímpicos hace un año, cuando quedó fuera del podio pese a ser una de las favoritas para ocupar el trono vacante de la venezolana Yulimar Rojas.
Pero justo ese desenlace en Saint-Denis ha sido, con total seguridad, la mejor experiencia de aprendizaje para Leyanis, quien en solo unos meses se ha convertido en la indiscutible campeona mundial del triple salto, tanto en pista cubierta como al aire libre. Esos dos logros caben en una línea y se pronuncian en medio segundo, pero le han costado sudor y sangre a la espigada saltadora, que ha explotado todo lo que ha podido sus cualidades naturales en ese angosto camino a la cima.

Su coronación en la máxima cita del campo y pista se produjo, como ya decíamos, en una noche lluviosa en Tokio, al otro lado del mundo, a miles de kilómetros de su natal Pinar del Río. Allí, ante los ojos de todas las campeonas de los últimos grandes eventos internacionales, demostró que es la triplista más en forma del mundo y, sobre todo, que ha desarrollado una notable fortaleza mental para competir en cualquier escenario.
Su secuencia en el Estadio Nacional de Japón, donde no pudo saltar en 2021 durante los Juegos Olímpicos por culpa de una lesión, fue extraordinaria: 14.85 metros-Foul-14.90-14.94-Foul-14.94. De sus seis saltos, tres le hubieran dado la medalla de oro frente a Thea Lafond, monarca de París 2024, y Yulimar Rojas, la mejor triplista de todos los tiempos.
Las dos últimas campeonas olímpicas no pudieron ante Leyanis, que se vio tranquila, en paz, disfrutando, justo todo lo que no pudo hacer en París por las enormes expectativas y la presión abusiva que generaron los medios y las autoridades deportivas cubanas alrededor de su figura. Ahora, mucho más suelta, sacó a relucir toda su potencia en carrera y ejecutó a la perfección el clásico hop-step-jump para aterrizar en la arena más lejos que nadie.
La tensión, no obstante, se vivió hasta el último segundo. Thea Lafond, una competidora feroz, guardó su mejor salto para la última ronda, en la que clavó los pinchos en 14.89. Su salto cortó la respiración de Leyanis y de todos los cubanos que estaban mirando en vivo el concurso.
En tanto, había que guardar la cautela con Yulimar, quien volvía a los grandes escenarios tras romperse el tendón de Aquiles en abril de 2024. Al margen de ese detalle, es siempre una amenaza, como demostró en la final del pasado Mundial en Budapest, donde ganó en su último intento con estirón de 15.08. Ahora, en cambio, se notó la falta de ritmo tras muchos meses sin competir (su mejor marca fuer 14.76) y no logró incordiar a Leyanis, que explotó al cerrar las acciones.
Un grito de furia, saltos y una carrera con la bandera cubana marcaron el inicio de las celebraciones, que disfrutaron desde la grada su entrenador Ricardo Ponce, así como Yoandry Betanzos, Yoelbi Quesada e Iván Pedroso, de los mejores saltadores antillanos de la historia.
Los festejos continuaron con la simbólica medalla de oro en el pecho de Leyanis y la foto de honor con Yulimar y Lafond. En esa imagen perfectamente pudo estar otra antillana, la también pinareña Liadagmis Povea, quien logró cuatro saltos de nivel (14.67-14.62-14.72-14.66) y quedó a las puertas del podio, como en los Juegos de París.
Leyanis se convierte de esta forma en la segunda campeona mundial del triple, la prueba fetiche del atletismo cubano. Antes, solo lo había logrado Yargelis Savigne en Osaka 2007 y Berlín 2009. Precisamente, Savigne era la única triplista antillana con podios consecutivos (sumó tres con su plata de Helsinki 2005) en citas del orbe, algo que ahora ha conseguido Pérez, pues fue bronce en Budapest 2023.

Este triunfo, además, confirma la supremacía mundial de Centroamérica y el Caribe en el triple salto femenino. De las últimas 11 ediciones globales, diez han terminado con títulos para la región: uno de la jamaicana Trecia Smith, dos de Savigne, dos de la colombiana Caterine Ibargüen, cuatro de Yulimar y uno de Leyanis. La única que logró vulnerar este dominio fue la ucraniana Olha Saladukha.
Y hablando de dinastías, la última vez que una triplista saltó más que Yulimar Rojas en una competencia fue el 29 de agosto de 2019, hace más de seis años. Ahora Leyanis Pérez, que en aquel momento no había llegado ni a la edad juvenil, ha logrado la gesta y aparecerá, para siempre, como la mujer que cortó la racha de coronas de la venezolana en Campeonatos Mundiales. No es poca cosa…