La velocista cubana Omara Durand revalidó el trono que ostenta desde hace diez años como reina de la velocidad mundial con una medalla de oro en los 100 metros, clase T12 de discapacitados visuales, y mantiene su increíble ritmo en los Juegos Paralímpicos de Tokio.
La santiaguera, nacida en 1991 y plusmarquista mundial de los 100 y 400 metros de su categoría, volvió a imponer su dominio en una final en la que no tuvo rival. Dos días antes había ganado de forma contundente el oro en los 400, ahora lo hizo en los 100.
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La atleta cubana, junto a su guía Yuniol Kindelan Vargas, paró el cronómetro del Estadio Olímpico de Tokio en un tiempo de 11.49, ligeramente superior al récord del mundo que posee en 11.40. La plata fue para la ucraniana Oksana Boturchuk y su guía Mykyta Barabanov y el bronce para la pareja china formada por Yanfen Liang y Xuankang Zhu.
Omara Durand acumula siete medallas de oro en los últimos tres Juegos Paralímpicos en las distancias de 100, 200 y 400 de su clase T12-T13, y su reinado en Mundiales se mantiene desde su primera victoria en la ciudad neozelandesa de Christchurch en 2011.
“Esta séptima medalla es igual de importante y de especial que la primera”, dijo a Efe Durand, que aseguró que no sabe cuál es su techo competitivo.
“Entrenamos, somos disciplinados y no sabemos hasta cuando podemos estar arriba para mantener mi estatus de ganadora”, confesó la atleta cubana, que para preparar estos Juegos realizaron varias concentraciones en La Habana, Barcelona y Dubai.
Efe/OnCuba