Si Yaimé Pérez o Denia Caballero no terminan en lo más alto del podio del disco en los Juegos Panamericanos de Lima, sería una de las mayores sorpresas de la cita continental y de la actual temporada atlética, dominada de punta a cabo por las dos exponentes cubanas.
Yaimé es la líder de la campaña (69.39 metros), y ha logrado, además, seis de los once mejores tiros del año. Denia, por su parte, ha regresado a la élite tras un horroroso 2018 con marcas de relieve (cuatro disparos por encima de 67 metros), las cuales mantienen vivas sus aspiraciones de retener la corona de Toronto 2015.
La rivalidad entre las dos estelares es tal que, pese a tener plena confianza en sus posibilidades, Yaimé no se atreve a determinar una favorita en Lima. “La medalla de oro no tiene nombre, el círculo va a decir la última palabra”, aseguró la santiaguera en diálogo con OnCuba.
A priori, muchos consideran que la competencia en la lid peruana será un trámite sencillo para las caribeñas, teniendo en cuenta que las rivales inscritas ni siquiera se han acercado a sus registros más bajos.
No obstante, Yaimé afirmó que el escenario genera un poco de tensión, máxime ahora que la delegación cubana está necesitada de sumar medallas de oro para acercarse a sus objetivos globales en el evento.
“Lima va a ser una competencia más, pero no fácil, por eso hay que afrontarla con la mayor seriedad. En lo particular, van a ser mis segundos Juegos y me siento preparada para quitarme la espinita de Toronto, donde gané plata”, precisó la indómita de 28 años.
Uno de los puntos que puede incidir negativamente en el desempeño de las antillanas es el clima de la capital peruana, donde las bajas temperaturas han marcado el desarrollo de los Panamericanos. “Las discóbolas no estamos adaptadas a competir con frío, aunque hemos disputado algunos torneos en esas condiciones, sobre todo con mucho aire.
“Ahora la cosa será con temperaturas de poco más de diez grados, lo cual complejiza un poco todo, pero cuando una está bien preparada no importa si hace frío o calor. Hay que concentrarse y buscar disparos efectivos”, apuntó Yaimé, quien considera estar en el tope de su carrera.
“Hace años vengo buscando un resultado, pero tenía algunas dificultades desde el punto de vista psicológico, problemas de inmadurez. He trabajado para acabar con todo eso, el colectivo que me acompaña me ha ayudado mucho y los frutos ya se están viendo desde la pasada temporada, aunque este 2019 ha sido mucho mejor.
“Creo que ganar competencias y tener estabilidad en los tiros me ha dado más confianza. Además, Denia me ha halado mucho, esa rivalidad entre nosotras nos favorece a las dos, nos motiva, nos ayuda a exigirnos un poco más para mantenernos en la élite mundial. Vamos por buen camino y estoy segura de que mejores cosas llegarán, quizás este mismo año. Todavía queda camino por recorrer”, apuntó la discóbola.
Lima no será el último examen de Yaimé y Denia en la presente temporada, pues todavía les resta la definición de la Liga de Diamante (son líderes indiscutibles hasta ahora) y el mencionado Campeonato del Mundo de Doha.
Precisamente, en la lejana urbe qatarí, Yaimé aspira a subir al podio del orbe por primera vez en su carrera y, como es lógico, coronarse a un año del reto olímpico de Tokio. Por las marcas de la campaña, todas las miradas se enfocan en su rivalidad con Denia, pero la santiaguera mantiene máximo respeto por la estelar croata Sandra Perkovic, la mejor discóbola de la última década.
“Sandra es una atleta excepcional. Hemos competido este 2019 en algunas ocasiones y no se ha visto bien comparado con otros años, que ha estado fuera de serie. Se dice que es por problemas de lesión, pero a ciencia cierta no lo sabemos porque no entrenamos ni convivimos con ella.
“De cualquier manera, no nos confiamos porque el año es largo y no sabemos lo que puede pasar en lo que queda. Quizás ella esté ahora algo descoordinada por la carga de entrenamiento, pero siempre hay que respetarla, es una gran estrella.”
Ya tuvo nombre la medalla: el suyo. Muy bien merecida y enhorabuena.