Adrián Morejón, el cubano más joven en la historia de la postemporada, se apareció el viernes en la noche con rectas de cuatro costuras que explotaron en la mascota de Austin Nola a 98 millas por hora. Ese poderoso envío, combinado con un arsenal de curva, slider y splitter, le permitió al cubano retirar a cinco bateadores de los Cardinals en la victoria 4-0 de San Diego Padres.
El zurdo antillano salió de relevo en el cuarto episodio con la pizarra igualada a cero y liquidó por su orden a Yadier Molina, Paul De Jong, Matt Carpenter, Dexter Fowler y Harrison Bader, estos dos últimos por la vía de los strikes.
Después Kolten Wong le pegó un imparable y Morejón dominó a Thommy Edman en rodado al campo corto, pero Fernando Tatis Jr. cometió un error que decretó la salida del cubano del montículo. Su relevo, Austin Adams, sacó el último out de la entrada y se adjudicó la victoria, pues en ese mismo inning los Padres facturaron la anotación decisiva.
The Padres win their first postseason series since 1998 and advance to the NLDS with a 4-0 win over the Cardinals.
San Diego is the first team in MLB history, regular season or playoffs, to complete a 9-inning shutout by using at least 9 pitchers. pic.twitter.com/9Cz3Y2tQqG
— ESPN Stats & Info (@ESPNStatsInfo) October 3, 2020
Sin embargo, el hecho de quedarse a un paso de lograr su primer triunfo individual en postemporada no incomodó al veloz zurdo, completamente satisfecho por el éxito de su equipo y por continuar en carrera rumbo a la Serie Mundial.
La faena de Morejón formó parte de una estelar puesta en escena del bullpen de San Diego, que dispuso de nueve lanzadores en este partido de vida o muerte, la mayor cifra utilizada por un equipo que propinó una blanqueada en un juego de nueve innings desde 1901.
También en el segundo choque ante St. Louis los Padres necesitaron del esfuerzo de nueve brazos, mientras en el primer duelo colocaron a ocho serpentineros. Ningún otro conjunto en la historia había utilizado ocho lanzadores o más en tres juegos consecutivos de postemporada.
Los Padres se vieron forzados a establecer una estrategia diferente en esta serie de comodines, en la cual dependieron de 13 hombres, luego de que dos de sus principales abridores, Dinelson Lamet y Mike Clevinger, se lastimaran al final de la temporada regular.
“Tratamos de escribir nuestra propia historia ahora”, recalcó Craig Stammen, quien cumplió su primera apertura en 10 años en el tercer duelo vs. St. Louis. El lanzador también hizo mención a la adopción del viejo uniforme de San Diego, marrón y dorado.
“Sería la cereza del pastel darle quizá la vuelta a la página de algunos de los sufrimientos de San Diego en los play offs frente a los Cardinals, darle la vuelta tal vez a algunas penas en la organización de los Padres azules. Ahora somos los Padres marrones. Estamos emocionados por generar nuevos recuerdos con los nuevos colores”, apuntó.
Con el avance de San Diego y Morejón, son seis los cubanos confirmados para las Series Divisionales. Antes habían asegurado su pase Aroldis Chapman (Yankees), Randy Arozarena y Yandy Díaz (Rays), además de Yulieski Gurriel y Aledmys Díaz (Astros).
Morejón, que ahora afrontará una dura prueba contra los Dodgers, dio un salto de calidad notable en los duelos con St. Louis, sobre todo después de un cierre caótico de temporada, en el que permitió seis jonrones en 36 turnos (8,2 innings). Afortunadamente, los ajustes lo encaminaron a dos salidas de calidad en partidos de eliminación.
Para los Cardinals el viernes fue una jornada triste, pues poco después de la derrota informaron tarde en la noche del fallecimiento a los 84 años de una leyenda de la franquicia, el ex lanzador Bob Gibson, quien había luchado desde hace tiempo con un cáncer pancreático en Omaha, Nebraska, su localidad natal.
Gibson fijó un estándar de excelencia de la era moderna, cuando finalizó la temporada de 1968 con efectividad de 1,12, 13 lechadas y 268 ponches, líder absoluto de la Liga Nacional. Ese año ganó el Cy Young y el premio de Jugador Más Valioso del Viejo Circuito, algo que solo diez lanzadores han conseguido en la historia.
Además, fijó un récord de siete aperturas consecutivas con victorias en la Serie Mundial, ganó otro Cy Young en 1970, fue el MVP de la Serie Mundial en 1964 y 1967, conquistó nueve Guantes de Oro y también fue nueve veces All-Star.
Gibson, quien pasó los 17 años de su carrera en St. Louis, falleció justamente el día que se cumplía el 52 aniversario de su más espectacular salida en la Serie Mundial. El 2 de octubre de 1968, frente a Detroit, el diestro devoró la ruta completa sin carreras en su cuenta y a ritmo de 17 ponches.
“Acabo de oír la noticia del fallecimiento de Bob Gibson, y es duro perder a una leyenda. Puedes perder un juego, pero cuando pierdes a un tipo como Bob Gibson es duro”, dijo el cátcher de los Cardinals, Yadier Molina.
“Bob era divertido, inteligente, tenía mucha energía. Cuando hablaba, querías escucharlo. Era bueno tenerlo cada año. Perdimos un juego y una serie, pero lo más duro es que perdimos a un gran hombre”, añadió el estelar puertorriqueño.
Con información de The Associated Press