Uno de los hombres que saltó al diamante a celebrar los dos últimos títulos matanceros en Series Nacionales es Armando Ferrer. Muchos no recordarán su nombre, pero este yumurino, natural del Central España, era el preparador físico de los Henequeneros bicampeones en 1990 y 1991, bajo la égida de Gerardo “Sile” Junco.
Ferrer volverá el próximo año a las filas de la Atenas de Cuba y debutará como manager de los Cocodrilos en la edición 59 del clásico beisbolero, misión que le llega luego de ocho años de colaboración en México.
Pocas horas después de conocer su designación al frente del plantel matancero, dirigido en las dos últimas campañas por Víctor Figueroa, Ferrer accedió a conversar con Oncuba sobre algunos aspectos del venidero reto, así como de su formación y trayectoria en funciones de entrenador.
– ¿Cómo se ha tomado la noticia? ¿Sorpresa de algún modo?
“Realmente por sorpresa no me tomó. Ya se comentaba en la calle y muchas personas me habían preguntado. Y sabes que cuando el río suena…piedras trae. No obstante, solo supe de la decisión cuando las autoridades de la provincia me llamaron.
“Imagino que para llegar a esta decisión se hayan reunido en todos los niveles, hayan valorado diversas cuestiones y hayan tomado en cuenta las opiniones de jugadores y de la afición, en la medida de lo posible.”
– ¿Cuáles son las principales complejidades de liderar la transición que se impone en la provincia con el cambio de dirección?
“Afrontar estos episodios es difícil. En primer lugar quiero sacar experiencias del trabajo que ha hecho la anterior dirección, es una muestra del respeto que tengo por todo lo que hicieron en años anteriores. Creo se pueden sacar muchas cosas de ese intercambio, el cual me permitirá tener una idea más clara de a lo que nos estamos enfrentando.
“Públicamente no quiero hablar ahora de entrenadores, pero sí creo que se deben hacer algún reordenamiento en el equipo. Tengo que ponerme a pensar, llevo mucho tiempo fuera del béisbol en Cuba y, aunque lo sigo, no estoy en el inside. Y justo por eso, también debo estudiar estadísticas y el rendimiento de los jugadores para no dar pasos en falso.”
– Matanzas es el último lugar de la Serie 58, pero en siete temporadas siempre estuvo en el podio. ¿Cómo recuperar esa estabilidad?
“Todas esas medallas consecutivas hablan a las claras del nivel de exigencia que existía en el equipo, y mantener esa intensidad será clave para lograr un resultado. Es bien complicado repetir una línea tan estable, particularmente en un béisbol como el cubano, donde las fluctuaciones son constantes. Este mismo año Granma, doble campeón, no clasificó, Matanzas tampoco, y en cambio se colaron otros que en el papel no parecían tan fuertes como Holguín y Sancti Spíritus.”
– ¿Filosofía?
“Correr fuerte, apoyarnos en la velocidad, explotar siempre las debilidades del rival, al final el béisbol es una lucha de contrarios. Nuestro objetivo es desarrollar un juego alegre, atraer a la gente al estadio y divertirnos, creo que ese es el camino para salir del lugar 16 y obtener el resultado que quiere la afición.”
– Matanzas conserva una base sólida de los últimos años, ¿se apoyará Ferrer en ese núcleo?
“Absolutamente. Tenemos una base con experiencia que será fundamental. No obstante, hay que buscar variantes para ganar en profundidad, sobre todo en la línea central, determinante para cualquier conjunto.
“Nos enfrentaremos al campeonato, de entrada, sin Ariel Martínez ni Yurisbel Gracial, quienes se han ganado por su calidad contratos en Japón. No tenerlos de inicio, ni tampoco a Jonder Martínez, será un hándicap importante con el que tendremos que lidiar.”
– Luego de vivir en primera fila la época dorada del béisbol cubano, cuán complicado cree que sea dirigir ahora que el nivel cualitativo ha bajado.
“Dos épocas no se pueden comparar, según mi criterio. No se puede decir que la pelota de los 80 y 90 era mejor que esta, ni viceversa, porque hay muchos factores que determinan la calidad.
“De aquella etapa, por ejemplo, no se puede negar la gran profundidad de un buen número de equipos. Matanzas podía darse el lujo de sentar a Juan Luis Baró cuando el pitcher era zurdo. Teníamos a José Estrada, Fernando Sánchez, Eduardo Cárdenas, Julio Germán, Armando Dueñas, Lázaro Junco, Juan Manrique, Carlos Kindelán, Carlos Mesa, Jorge A. Martínez, “Tati” Valdés.
“En sentido general, había «trabucos», para donde quiera que miraras. En La Habana estaba Romelio, Millán, Luis Ignacio González, Pedro Luis Rodríguez; el pitcheo de Industriales era tremendo con Arocha, el «Duque», Valle, de la Torre, Leonardo Tamayo, Euclides, Francisco Despaigne, Iván Álvarez; los villaclareños no daban respiro con Paret, Victor Mesa y compañía; y «Aplanadora» santiaguera era terrorífica con Pierre, Pacheco, Kindelán, Fausto…
“Ahora también contamos con buen nivel, que sería mucho más alto con todos los jugadores nuestros que hay por el mundo. Quizás en la actualidad, justo por el hecho de no contar con tanta profundidad en la Serie Nacional, sea un poco más difícil dirigir, pero si te adaptas al material que tienes y le sacas el máximo a cada pelotero, tienes más opciones de ganar.”
– Tal vez muchos no lo recuerden, sobre todo los más jóvenes, pero tiene una gran experiencia en funciones de dirección…
“Yo comencé como manager de Matanzas en la Serie Provincial, y gané diez títulos. En tres ocasiones discutí el ya extinto Torneo de Clubes campeones que se jugaba entre los titulares de cada territorio. También dirigí Ligas de Desarrollo, el equipo Cuba a los III Juegos del Alba, y estuve en otras selecciones nacionales en torneos de Rotterdam, Harlem y la Intercontinental de Barcelona en 1991.
“Además, he acumulado mucha experiencia en misiones internacionales. Pasé seis años en Italia, dos en Moscú como manager del equipo nacional ruso y después me llamaron a los Piratas de Campeche, en la Liga Mexicana de Béisbol. Allí fungí como director de la academia, y coincidí con muchos cubanos, como Alfredo Despaigne, Michel Enríquez, Pedro Luis Lazo, Adiel Palma, Yordanis Samón, Pedro Medina, Benito Camacho, Eduardo Martín Saura, Miguel Borroto…
– ¿Qué puede esperar la afición de los nuevos Cocodrilos?
“Vamos a transmitir una imagen de lucha, ese es mi propósito. Quiero que los jugadores corran y no se guarden nada. Quiero eliminar totalmente, si la hubiera, cualquier tipo de indisciplina. A la afición les pediría que nos apoyen, que intercambien con nosotros, aceptamos críticas constructivas porque no somos perfectos ni tenemos toda la verdad en la mano. Nos apoyaremos en todos los criterios.”
Este “man” tiene un largo historial Italia, Rusia, Mexico y Cuba.
Habra aprendido lo necesario, lo diferente, para revolucionar nuestro maltrecho beisbol?? Lo dejaran dirigir?? O solo la escuela de Victor de la griteria y la guaperia es la que aporta resultados??