La Serie Internacional de Béisbol entre Cuba y Nicaragua dejó en evidencia a nuestro pasatiempo nacional. Un empate y par de derrotas muestran las debilidades de un grupo de atletas que lleva más de cuatro meses de preparación.
El último enfrentamiento no pudo celebrase a causa de la lluvia por lo que Cuba no tuvo opciones de revancha. Nicaragua rompió, con la primera victoria en el segundo partido, una racha adversa de 22 juegos seguidos sin ganarle a una selección cubana desde que lo hiciera con marcador de 5-1 el 30 de septiembre de 2001.
El tope, que parecía un manjar para el equipo que dirige Rey Vicente Anglada, terminó por atragantársele a unos jugadores que mostraron bien poco, a las puertas del torneo panamericano.
Las dudas y las disyuntivas crecen para el mánager capitalino, quien ahora tendrá como misión fundamental integrar al grupo a todos los contratados (Yurisbel Gracial, Liván Moinelo, Raidel Martínez, Roel Santos, etc.) que sean llamados a la selección y tratar de que haya buena química. ¿Alcanzará con esto para conseguir el oro panamericano?
OnCuba les muestra lo mejor y lo peor de la serie.
Lo Mejor
Lázaro Blanco es el mejor lanzador de Cuba. Su salida en el primer juego fue bien efectiva con apenas una carrera permitida en seis capítulos de labor. La mayor certeza del equipo panamericano es que el derecho de Yara abrirá el primer juego en Lima ante Colombia el próximo 29 de julio.
Jorge Bucardo lanzó una joya de pitcheo frente a Cuba en el segundo duelo con 15 hombres retirados por su cuenta, incluidos seis ponches. El pitcheo nica se comportó muy bien en sentido general con solo tres carreras limpias a la ofensiva antillana.
Wilson Paredes mostró categoría con su relevo de casi cinco entradas en el tercer partido en el que apenas permitió dos indiscutibles y ponchó a cuatro contrarios. ¿Le alcanzará para integrar el equipo cubano a Lima?
Lo Peor
La ofensiva de Cuba fue desastrosa en los dos primeros partidos. Solo sumaron siete indiscutibles entre ambos enfrentamientos, y en el segundo apenas uno en el octavo inning.
Por cierto, el cienfueguero César Prieto ha salvado a la escuadra cubana de sufrir dos hits no runs durante esta temporada internacional. ¿Se imaginan si se hubieran concretado? El jovencito de 19 años conectó el único indiscutible en un partido ante los universitarios norteamericanos y en el segundo juego ante Nicaragua.
Cuba bateó en la serie para un paupérrimo promedio colectivo de .163 ante lanzadores que no tiran nada del otro mundo. La disciplina en home fue pésima, con 17 ponches y solo cinco boletos entre los tres juegos disputados.
Horrible el intento de robo de tercera base de Yuniesqui Larduet en el séptimo capítulo del segundo duelo, cuando su equipo perdía por cuatro carreras. Para colmo era el primer cubano que se embasaba en el juego. ¿Cómo es posible que un jugador de 29 años con varias campañas a cuestas intente estafar la antesala con semejante desventaja?
Inefectiva la apertura de Yosimar Cousín en el tercer duelo. Solo pudo sacar siete outs y fue bateado con comodidad. No aguantó la ventaja inicial, y recibió castigo con cuatro carreras además de ocho indiscutibles incluidos dos tubeyes y un triple.
Cousín fue líder en derrotas en la pasada Serie Nacional y dejó muy malas sensaciones en la mayoría de sus salidas, sin embargo, ha sido uno de los hombres más utilizados de la preselección y hoy cuenta con opciones reales de ir a los Panamericanos. ¿Será una buena apuesta?
El manejo del bullpen tampoco estuvo acertado. ¿Por qué Pedro Álvarez salió a trabajar el noveno capítulo del primer juego después de sacar seis outs con diez lanzadores en la recámara? ¿Cuál era la función de Frank Luis Medina en esta gira? El primer día el lanzador pinareño cerró el partido, y el segundo vino como relevista en la quinta entrada. Después de trabajar par de capítulos también fue demorado en el box.
Si esta serie era para foguear a los más jóvenes ¿qué sentido tiene que Andy Rodríguez solo haya salido a tirar dos bolas para completar un boleto ante un bateador al que no comenzó lanzándole?
Cuba no empató a cuatro carreras el tercer partido porque Sergio Barthelemy no anotó desde segunda con cohete de Yoelquis Guibert a la pradera derecha, después de un sacrificio efectivo de Ricardo Ramos. Quedarse en tercera le costó al santiaguero irse a las duchas, y en su lugar fue a los jardines el receptor Oscar Valdés.
Más penas que glorias. Otra vez el béisbol cubano en la picota pública por sus malos resultados internacionales. ¿Otra vez será esquivo el título en un torneo importante?