Los Leñadores de Las Tunas dieron un golpe de autoridad y a fuerza de batazos arrollaron a un diezmado elenco de Santiago de Cuba en los cuartos de final de la 60 Serie Nacional de Béisbol, para garantizar su cuarta presencia consecutiva en el podio del clásico cubano de las bolas y los strikes, algo que solo había conseguido Matanzas en la última década.
Con un ataque despiadado de 20 carreras y 29 imparables en tres partidos, sumado a una actuación estelar de sus lanzadores, los pupilos de Pablo Civil dieron la vuelta al duelo contra las Avispas, que comenzaron perdiendo a finales de enero, cuando varios casos de Covid-19 en las filas santiagueras impidieron la continuidad del play off.
En este retorno a la acción, los Leñadores fueron implacables, aprovecharon todas las brechas que dejó el rival y ellos casi no se equivocaron, al punto de no cometer errores defensivos en los tres choques efectuados desde el pasado domingo. Además, su pitcheo estuvo indescifrable, con par de lechadas al hilo y una cadena de 24 ceros consecutivos, dos hechos muy extraños en la historia de la postemporada en Cuba.
Solo cinco equipos habían conseguido dos blanqueadas seguidas en partidos de play off, desde que La Habana lo lograra por primera vez en el lejano 1998, cuando José Ibar y Raúl Valdés se combinaron para pintar de ceros la pizarra del Latinoamericano ante los Metropolitanos. Después, Guantánamo, Santiago de Cuba, Industriales y Granma repitieron la hazaña, en el caso de indómitos y capitalinos por partida doble.
Justamente, los guantanameros fijaron el récord de 25 escones consecutivos en la Serie 38, hace ya 21 años. En aquella campaña, los más orientales maniataron a la mítica Aplanadora santiaguera entre el final del segundo juego y el principio del quinto partido semifinal. En ese lapso, Giorgi Díaz y Rember Abella se apuntaron lechadas en línea. La racha la cortó Gabriel Pierre con un jonrón.
Ahora los Leñadores estuvieron a punto de igualar esa marca, pero un doble remolcador de Edilse Silva en el sexto capítulo del duelo de este jueves, frente a los envíos de Alejandro Meneses, cortó la cadena de escones consecutivos de los tuneros, que quedó en 24.
Vital en ese repute del staff verdirrojo fue el regreso de as, Carlos Juan Viera, quien se perdió el inicio de la postemporada en enero por encontrarse en México contratado. El derecho dio un impulso decisivo a los tuneros con ocho episodios inmaculados en el segundo choque, que garantizaron la igualdad de cotejo.
Viera quizás no hubiera podido incidir tanto en los destinos de la serie, pero el brote de coronavirus en los dos equipos le dio un margen de tiempo notable para cumplir los protocolos de aislamiento tras llegar desde el exterior y prepararse.
También pudo reincorporarse a las filas santiagueras Yoelkis Guibert, campeón en México con los Tomateros de Culiacán. Se esperaba que el patrullero central fuera una bujía, pero solo pegó tres jits en 11 turnos y encontró muy pocos complementos ofensivos.
En sentido general, tras un mes de inactividad, se notó muchísimo el impacto de la Covid-19 en el elenco más oriental, que tuvo más de 20 positivos desde que se detectara el primer contagiado a finales de enero.
En aquel momento, los indómitos estaban lanzados, pero el corte brusco, los efectos de la enfermedad y el extenso período sin actividad física los limitó por completo. El caso más ilustrativo, quizás, sea el de Santiago Torres, indetenible antes del parón y ahora desactivado con solo un jit en diez turnos, sin carreras producidas.
Esto para nada demerita la faena de los Leñadores, que también estuvieron aislados y sin poder entrenar durante mucho tiempo, aunque el hecho de tener menos contagios jugó a su favor.
Con la victoria, los Leñadores aseguraron su cuarta presencia consecutiva en el podio de los clásicos beisboleros. En la Serie 57 fueron segundos tras perder la final con Granma, en la 58 quedaron campeones al superar a Villa Clara en la discusión del cetro, y el pasado curso cayeron en semifinales ante Matanzas y culminaron en el tercer escaño.
En la última década, solo los Cocodrilos lograron colarse entre los tres primeros del campeonato tantas veces seguidas. Los yumurinos fueron terceros en cinco oportunidades y en otras dos terminaron segundos entre la Serie 51 y la 57, para un total de ¡siete podios! en línea, seis de ellos bajo la égida de Víctor Mesa.
Esa cadena se cortó en la edición 58 del clásico beisbolero, cuando cayeron hasta el sótano, pero emergieron el pasado año y conquistaron la corona. Justamente, ahora continuarán en la defensa del título frente a los Leñadores, elenco ante el que tienen un inmejorable balance en los últimos cinco años.
Los Cocodrilos han logrado 24 victorias en 35 partidos frente a los tuneros desde el 2016 hasta la fecha, la mitad de ellos entre las Series 56 y 57, cuando perdieron apenas tres desafíos en 15 salidas al diamante. En todos estos años, los Leñadores solo lograron ganar el match de la Serie 58, con par de victorias en tres desafíos.
Ya Las Tunas y Matanzas se enfrentaron en las semifinales del pasado curso, con triunfo 3-1 de los Cocodrilos. Ahora será la revancha en un duelo que promete un sostenido y parejo intercambio de golpes. El premio para el ganador será el boleto a una final sin refuerzos contra los Alazanes de Granma.