El otrora estelar pelotero pinareño Tony Oliva, uno de los ocho antillanos que han sido exaltados al Salón de la Fama de Cooperstown, llegó este viernes a Cuba en una visita familiar y recibió el saludo de Juan Reinaldo Pérez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol (FCB).
La propia institución develó una foto del federativo con Oliva, acompañada de un breve texto en el que aseguran que el vueltabajero estará en su natal Consolación del Sur y en La Habana durante su estancia en Cuba.
El presidente de la @CubanaBeisbol, @JuanReinaldoPer, saludó hoy a Tony Oliva a su arribo a #Cuba, en visita familiar. El miembro del Salón de la Fama de la MLB estará en su natal Consolación del Sur, Pinar del Río, y La Habana. #Beisbol #BeisbolCubano pic.twitter.com/yBmonCqUZS
— Federación Cubana de Béisbol (@CubanaBeisbol) January 5, 2024
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El mensaje ha sorprendido, porque las autoridades beisboleras cubanas no suelen intercambiar o hacer públicos los encuentros con peloteros activos o retirados que residan fuera del país cuando estos vienen de visita a la isla.
El propio Oliva, por ejemplo, estuvo en territorio pinareño en febrero de 2023 y la FCB no se hizo eco de la noticia ni informó de ningún encuentro con uno de sus hijos más ilustres. Además, los federativos cubanos tampoco aprovecharon la oportunidad para homenajear públicamente al estelar jugador, exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown en diciembre de 2021 gracias a los votos del Comité de Veteranos (Era de los Días Dorados).
Tony Oliva reside desde hace 60 años en Minnesota, la ciudad que lo vio triunfar plenamente en los terrenos de béisbol. Allí es un ícono entre la fanaticada de los Twins, aunque también se ha convertido en un referente para la comunidad, que no desconoce su labor social, su acercamiento y apoyo a discapacitados, a los pobres, a personas de la tercera edad y a los latinos.
Tony Oliva: “Llegar a Cooperstown no es un premio solo para mí”
Su fama está bien ganada. Como jugador, mereció el premio de Novato del Año de la Liga Americana en 1964, conquistó un Guante de Oro, fue llamado ocho veces al Juego de Estrellas y consiguió tres títulos de bateo y cinco reinados de jits en el joven circuito.
Oliva fue un verdadero fenómeno ofensivo en sus primeras ocho temporadas completas en las Mayores. En ese lapso, dejó una línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) de .313/.360/.507, con 1455 jits, 278 dobles, 177 jonrones, 719 impulsadas, 711 anotadas y 84 bases robadas.
Por desgracia, su carrera dio un giro al final de la temporada de 1971, cuando se lesionó una de sus rodillas fildeando un batazo en Oakland. Ese accidente condicionó por completo el futuro del patrullero de los Twins, quien tuvo que someterse a ocho intervenciones quirúrgicas en las últimas cinco campañas que disputó en las Mayores.
Aunque vio limitado su tiempo de juego en Grandes Ligas, Oliva es uno de los pocos jugadores con tres títulos de bateo y cinco liderazgos de jits, algo que solo han logrado tres verdaderos monstruos como Stan Musial, Pete Rose y Tony Gwynn.
Tras su exaltación a Cooperstown, Oliva se convirtió en el segundo cubano –tras Tany Pérez– que recibió en vida su placa del Salón de la Fama. El pinareño entró al templo de inmortales como jardinero derecho y miembro de los Minnesota Twins, la única camiseta que defendió en Grandes Ligas durante 15 temporadas.
Cuba tiene ocho miembros en el Salón de la Fama de Cooperstown, más que ningún otro país extranjero. La lista de inmortales antillanos la integran los jugadores Martín Dihigo, Tany Pérez, Cristóbal Torriente, José de la Caridad Méndez, Orestes Miñoso y Tony Oliva, así como el ejecutivo Alex Pompez y el periodista Rafael “Felo” Ramírez.