En los últimos ocho meses, Guillermo Heredia había sido colocado para asignación en dos oportunidades por dos equipos distintos de las Ligas Mayores. Desde la temporada pasada, el matancero solo había tenido cerca de 50 viajes al plato en un terreno de Major League Baseball (MLB) y algunos ya avizoraban que cada vez tendría menos oportunidades de subir al Big Show.
Sin embargo, Heredia nunca se rindió y, como recompensa al trabajo, la vida le dio el privilegio de convertirse en el protagonista del jonrón 5.200 de Cuba en la historia del béisbol profesional estadounidense, detalle que pasó un tanto desapercibido el pasado domingo en la noche, cuando los reflectores se concentraron en los récords individuales de “El Conde”.
El yumurino desapareció dos pelotas en las añejas tribunas del Wrigley Field, en Chicago, donde Kyle Hendricks y Ryan Tepera, lanzadores de los Cubs, vieron viajar esas bolas a 415 y 386 pies, respectivamente. Por primera vez en su carrera, lograba pegar más de un jonrón en un partido y, además, activaba su casillero de grand slams desde que debutó en las Mayores en el 2016.
En particular, su segundo cuadrangular de la noche adquirió mucha más connotación al ser el número 5.200 para los peloteros cubanos en Grandes Ligas, la cuarta mayor cantidad entre los 41 países extranjeros que han registrado al menos un vuelacercas en el principal circuito beisbolero del planeta.
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— Atlanta Braves (@Braves) April 19, 2021
Si de cifras cerradas hablamos, los batazos de Heredia bien podrían incluirse entre las historias de los jonrones más emocionantes para Cuba en MLB. De ellas, rescatamos cinco:
- Con pocos jugadores de poder en escena, Cuba demoró en incrementar su cuenta de jonrones en MLB, pero en 1951 ya se habían pegado los primeros 100 estacazos. Quien redondeó la marca fue el receptor Ray Noble, y lo consiguió en su temporada de novato frente a una leyenda como Warren Spahn, miembro del Salón de la Fama, 17 veces All-Star y ganador de tres coronas de pitcheo.
- Treinta peloteros cubanos han pegado jonrones para decidir un partido (Walk-Off) en la historia de las Mayores, con liderazgo absoluto de Tany Pérez, quien lo hizo en 11 ocasiones. Una de las más especiales fue vistiendo la franela de Philadelphia Phillies, el 8 de junio de 1983, cuando rompió un empate a cuatro carreras en la baja de la novena entrada ante el lanzador Bruce Sutter (Cardinals) y se apuntó el jonrón 2.000 en la historia de la armada cubana en Grandes Ligas.
- El 28 de julio de 1994, las estadísticas indicaban que los jugadores cubanos habían conectado 2.488 jonrones en la historia de Grandes Ligas, y ese mismo día, en un solo partido, se llegaría a la cifra redonda de 2.500 vuelacercas. El autor de los batazos de vuelta completa fue José Canseco, quien castigó en par de ocasiones a Andrew Lorraine. Sin embargo, el protagonismo de aquel choque se lo robaría el lanzador de Texas Kenny Rogers, quien retiró a los 27 bateadores a los que se enfrentó y consiguió el décimo juego perfecto en la era de la bola viva.
- Si lograr los primeros 2.000 jonrones cubanos en MLB demoró casi 71 años, los siguientes 2.000 llegaron un poco más rápido. Desde que Tany Pérez completara los dos millares de vuelacercas en 1983, pasaron 32 temporadas hasta que Adonis García consiguió el cuadrangular 4.000 de Cuba. Fue el 27 de julio del 2015, en Baltimore y contra los envíos del relevista zurdo Zack Britton, que en esa campaña solo permitió tres batazos de vuelta completa.
- Ya hablamos algo de los jonrones 2.000 y 4.000 para Cuba en Grandes Ligas, pero no vamos a dejarlos con las ganas de conocer a los otros que protagonizaron marcas cerradas. Por ejemplo, el cuadrangular antillano número 1.000 fue obra de Tony Oliva en 1966; el 3.000 lo pegó Rafael Palmeiro en el 2001; y el 5.000 se lo anotó José “Candelita” Iglesias en el 2019.
El punto de partida para todas estas historias lo encontramos hace más de un siglo, en el mítico estadio Polo Grounds, donde Armando Marsans (Cincinnati Reds) pegó el primer jonrón cubano en las Ligas Mayores contra los New York Giants, el 1 de agosto de 1912. Tras ese vuelacercas, el matancero solo pegó otro más en sus ocho años de carrera al máximo nivel, pero nadie podrá quitarle el mérito de ser el primero con un batazo de cuatro esquinas para Cuba en el circuito estadounidense.
Después de Marsans, Rafael Almeida, Jack Calvo, Manuel Cueto y Mike González también conectaron cuadrangulares de mucho valor antes del inicio de la era de la bola viva (1920), cuando los bateadores de poder eran un fenómeno raro, como lo demuestra el hecho de que solo un hombre —Gavvy Cravath— dio más de 100 vuelacercas entre 1910 y 1919.
Al margen de los pioneros, podría decirse que el primer cubano con una producción jonronera consistente fue Bobby Estalella, quien registró seis campañas con al menos par de cuadrangulares en los años 30 y 40, aunque Orestes “Minnie” Miñoso, Román Mejías y Humberto “Chico” Fernández mostraron mucho más poder en la década del 50.
Después llegaron las temporadas doradas de Tany Pérez, Tony Oliva, José Cardenal, Leo Cárdenas y Tony González, todos con más de 100 vuelacercas en su carrera. Además, complementaron la faena Zoilo Versalles —primer MVP cubano en las Mayores—, Bert Campaneris, Tony Taylor, Octavio “Cookie” Rojas, Joe Azcue, Paul Casanova o Tito Fuentes, quienes no fueron grandes jonroneros, pero conectaron más de 45 batazos de cuatro esquinas cada uno.
Hasta 1983, cuando Tany Pérez consiguió el cuadrangular 2.000 para Cuba en MLB, la producción antillana fue una obra colectiva, pero poco después la situación cambió drásticamente. El volumen de jugadores de la Isla incluidos en los rosters de Grandes Ligas disminuyó hasta niveles mínimos, aunque con dos hombres bastó para mantenernos en los titulares en lo que a bateo de poder se refiere.
Desde finales de los años 80 hasta inicios del presente siglo, período de una considerable explosión jonronera en la liga, Cuba contó con dos sluggers de raza como Rafael Palmeiro y José Canseco, quienes se convirtieron en un azote para los lanzadores contrarios, con 26 temporadas de más de 20 bambinazos.
Pero, como ya explicamos, la armada antillana de aquellos tiempos no tenía muchos más efectivos para complementar la producción de sus estrellas, por lo que la cuenta de cuadrangulares de los jugadores nacidos en la Isla no tuvo un crecimiento exponencial.
El escenario actual es muy diferente para Cuba, porque las fuerzas están mejor repartidas y hay mucho más arsenal para mandar las pelotas más allá de las cercas. Si algo ilustra esta sentencia claramente es el hecho de que, solo desde el 2015 hasta la fecha, los jugadores antillanos en MLB han conectado 1.312 cuadrangulares, cifra que supera por amplio margen toda la cosecha histórica (1031) de Palmeiro y Canseco.
La última década ha sido, por mucho, la más notable para Cuba en cuanto a producción de jonrones en MLB, al punto de que 33 jugadores han inaugurado su casillero de bambinazos. De ellos, cinco ya tienen más de 100 cuadrangulares y 11 han pasado de 50. Además, peloteros como Kendrys Morales, Alexei Ramírez, Yunel Escobar o Yunieski Betancourt, quienes debutaron entre 2005 y 2008, también siguieron aportando hasta su retiro de los diamantes.
En total, desde el 2011 hasta el 2020, los efectivos antillanos en las Mayores han conectado 1.774 vuelacercas, conteo muy superior a lo alcanzado en décadas anteriores, incluso a los años dorados de Tany Pérez, Tony Oliva y compañía. Aquí lo ilustramos:
2001-2010: 467 jonrones
1991-2000: 687
1981-1990: 279
1971-1980: 506
1961-1970: 1031
Sin dudas, el incremento de la cantidad de jugadores cubanos en Grandes Ligas ha posibilitado una mayor producción jonronera, aunque no se trata de una mera cuestión cuantitativa. La calidad individual y el poder de hombres como José Abreu, Yoennis Céspedes, Yasiel Puig, Jorge Soler, Yordan Álvarez, Yonder Alonso o Yasmani Grandal, por solo citar algunos nombres, ha sido determinante para este crecimiento.
Cuba ha dado un paso adelante, ubicándose, incluso, por encima de los boricuas en cuanto a cosecha de cuadrangulares desde el 2015 hasta la fecha. En ese lapso, la armada antillana suma 1.312 vuelacercas, la tercera mayor cantidad para un país extranjero en Grandes Ligas, solo superada por República Dominicana (3.873) y Venezuela (3.158), cuya representación casi triplica a la cubana. Por detrás de la Isla se ubican Puerto Rico (983), Canadá (344) y México (96).
Este orden ha modificado un poco el escalafón histórico, en el que los quisqueyanos dominan ampliamente. Ellos abrieron su cuenta con Ozzie Virgil en 1957, y desde entonces han pegado más de 16.500 vuelacercas en MLB, con nueve jugadores que han superado la barrera de los 400 bambinazos y 48 con más de 100, cifra que eventualmente va a crecer por la enorme legión dominicana en el béisbol de Estados Unidos.
Les sigue Puerto Rico, con más de 10.000 batazos de cuatro esquinas. Su historia también comenzó temprano, en 1943, y durante casi una década fue propiedad exclusiva de Luis Olmo. Pero si de bateo de poder hablamos, quienes encendieron la mecha de la armada boricua en MLB fueron Orlando Cepeda, Roberto Clemente, Víctor Power y Félix Mantilla, figuras de mediados de los años 50.
No obstante, la explosión puertorriqueña se vivió entre los años 80, 90 y principios del presente siglo, lapso en el que 14 jugadores lograron superar la barrera de los 200 vuelacercas: Carlos Delgado (473), Carlos Beltrán (435), Juan Igor González (434), Iván Rodríguez (311), Rubén Sierra (306), Bernie Williams (287), Jorge Posada (275), Danny Tartabull (262), Javy López (260), José Valentín (249), Mike Lowell (223), Benito Santiago (217), Roberto Alomar (210) y José Cruz (204).
#PorSiTeLoPerdiste: ¡”Clutch” con sabor latino, @AdolisJose fue nuestro héroe de la noche! 🇨🇺#PuroTejas pic.twitter.com/38BULR157T
— Rangers de Texas (@losrangers) April 16, 2021
El tercero en la lista es Venezuela, cuyo primer cuadrangular en las Mayores lo conectó Alex Carrasquel, lanzador que se llevó las cercas en un partido de 1939 entre Washington y Philadelphia. Como podrán suponer, ese fue el único bambinazo de Alex, tío de Alfonso “Chico” Carrasquel, quien verdaderamente dio notoriedad a la historia jonronera del país morocho junto a Luis Aparicio y Víctor José Davalillo en las décadas del 50 y 60 del siglo pasado.
Si bien ellos no sobrepasaron la barrera de los 100 estacazos de vuelta completa, fueron los responsables de marcar el ritmo sostenido y creciente de la producción de largo metraje venezolana, apuntalada después por Tony Armas y David Concepción, y más recientemente por una generación de sluggers de máximo nivel como Miguel Cabrera, Andrés Galarraga, Magglio Ordóñez o Bobby Abreu.
Cuba, aunque inició su cosecha de cuadrangulares mucho antes, se encuentra por detrás de los tres colosos latinos. De cualquier manera, el repunte de los últimos años es un mensaje elocuente: en igualdad de condiciones, con más y mejores jugadores en escena, se puede luchar por recuperar el terreno perdido.
Ya la lista de jonroneros cubanos en MLB va por 106 nombres, luego de que José Adolis García inscribiera el suyo la pasada semana. El avileño emuló a Adonis García y, de conjunto, ya son la segunda pareja de hermanos antillanos que han pegado cuadrangulares en MLB, después de Yulieski y “Yunito” Gurriel.
La irrupción del José Adolis, quien fue ascendido a las Mayores con Texas un par de días antes de su primer cuadrangular, es una prueba de que el talento está. Entonces, a los cubanos solo les falta seguir trabajando para ganar más oportunidades en el escenario beisbolero más exigente del planeta.
No entiendo porque se habla de peloteros cubanos en la actualidad en las Grandes Ligas si para jugar tienen que negar de su paìs. Hablen mejor de peloteros latinos en las grandes ligas. Es mejor para Cuba y la pelota
No debe mezclarse el deporte con la politica, y ser cubano en la guerra con Estados Unidos es una cuestiòn politica y no de simple lugar de nacimiento, eso no se lo cree nadie