Catalina de Güines, poblado ubicado en la actual provincia de Mayabeque, estuvo en la calle desde el amanecer de este domingo 5 de diciembre para despedir a uno de las más ilustres figuras de la comunidad, el pelotero Urbano González, fundador de las Series Nacionales de Béisbol y emblemática figura de los equipos capitalinos.
El “Guajiro de Catalina”, como le llamaban, falleció este sábado en su pueblo natal a la edad de 82 años (nació el 25 de mayo de 1939), aquejado de varias afectaciones de salud. Su muerte es un duro golpe para el béisbol cubano, que ha visto partir a varias de sus estrellas en los últimos tiempos.
“Se nos va físicamente ese jugador icónico que siempre será Urbano González Basanta. Encumbrado desde las primeras series nacionales, integró equipos Cuba campeones mundiales, panamericanos y centroamericanos y del Caribe. Condolencias para su familia”, expresó la Federación Cubana de Béisbol en su cuenta de Twitter.
Urbano era uno de los pocos fundadores de las Series Nacionales que permanecía en vida, junto a otras leyendas como Aquino Abreu, Miguel Cuevas, Tomás Soto, Pedro Chávez o Jorge Trigoura.
Precisamente, en los clásicos domésticos reinó como uno de los bateadores más espectaculares que se recuerden, aunque ya había mostrado su clase desde la adolescencia, pues con 17 años debutó con la novena de Catalina en la Liga Nacional Amateur, adscripta a la Unión Atlética Amateurs de Cuba. Además, destacó en las Ligas de Pedro Betancourt, la Liga de Quivicán y la de La Salud.
En la historia del béisbol cubano sobresalen muchísimos nombres ilustres, jugadores de enorme talento que, empujados por su ambición y calidad, contribuyeron a fomentar las más temibles dinastías de nuestro béisbol. Sin embargo, solo Urbano logró levantar la corona en cinco campeonatos consecutivos.
El “Guajiro de Catalina” jugó con los monarcas de Occidentales en la primera edición de clásico de las bolas y los strikes, y después estuvo con los Industriales en su imponente seguidilla de cuatro coronas en los años 60.
En ese periplo ganó el título de bateo en 1965 (56 jits en 156 turnos, para .359), fue tres veces líder en inatrapables (40 en 1962/56 en 1965/76 en 1966) y una en anotadas (19 en 1962). Por si fuera poco, en esas primeras cinco Series se tomó solo 20 ponches en 775 turnos oficiales.
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Aunque no ganó ningún otro campeonato, Urbano continuó siendo un enigma para los lanzadores contrarios, que nunca pudieron encontrar la clave para retirarlo por la vía de los strikes. Quizás la muestra más clara llegó en la octava Serie, cuando solo lo poncharon tres veces en 380 turnos oficiales, para promedio de un ponche cada ¡126! veces al bate. ¡De otra galaxia!
La prensa de la época lo elogiaba constantemente: “Encarna la consistencia y perdurabilidad en el béisbol nacional. A través de más de una década el popular y querido Guajiro de Catalina se ha granjeado el cariño de la afición, ya que su rendimiento en todos los órdenes ha sido excepcional”, decía un diario nacional sobre el intermedista, quien terminó su carrera con 56 ponches en 3203 comparecencias, uno cada 57,2 apariciones al home.
Cerca de igualar las cinco coronas consecutivas de Urbano quedaron Pedro Chávez, Manuel Hurtado, Jesús Juffré y Antonio Jiménez, quienes ganaron cuatro campeonatos en línea durante esos primeros años de la Serie Nacional. Hurtado y Juffré no estuvieron con Occidentales en el torneo de apertura, y después sucumbieron a manos de Manuel Alarcón y los Orientales en 1967, cuando estaban a las puertas de su quinto título en fila.
Dolor en el #BeisbolCubano. Se nos va físicamente ese jugador icónico que siempre será Urbano González Basanta. Encumbrado desde las primeras series nacionales, integró equipos #Cuba campeones mundiales, panamericanos y centroamericanos y del Caribe. Condolencias para su familia. pic.twitter.com/ViFz5SMMIU
— Federación Cubana de Béisbol (@CubanaBeisbol) December 4, 2021
Por su parte, Chávez se perdió un campeonato de Industriales al jugar con Occidentales en 1964, mientras Jiménez no estuvo con los Azules en 1965, cuando también pasó a integrar las filas de Occidentales. Más recientemente, y por la ruleta de los refuerzos, el granmense Guillermo Avilés también conquistó cuatro coronas seguidas (una con los Tigres de Ciego de Ávila, dos con sus Alazanes y una con los Leñadores de Las Tunas), pero su cadena se rompió en la 59 Serie, la cual no pudo jugar por una lesión.