Cuba se marcha al Premier 12 con cierta cautela. Por una parte, los directivos no esconden su obstinado patrioterismo y dicen que el objetivo es avanzar hasta la Súper Ronda del torneo y buscar la clasificación olímpica –lo cual sería una tremenda sorpresa–, y por otra, entrenadores y jugadores son más cautelosos y hablan solo de dejar una imagen decorosa.
Hay un enorme contraste entre los dos propósitos planteados, pero dado el momento actual del béisbol cubano y los más recientes resultados internacionales, el sentido común nos indica que debemos inclinarnos por la mesura, sin soñar demasiado para no despertar en medio de una pesadilla.
En los Juegos Panamericanos de Lima, el antecedente más cercano, la novena caribeña cayó por el barranco continental hasta un inédito y para nada honorable sexto lugar. Eso sucedió en un marco competitivo pobrísimo, de segunda o tercera categoría, por lo que ahora, en un contexto cualitativo muy superior, es descabellado e irresponsable pedirle peras al olmo.
No obstante, nuestro eterno orgullo nacional volverá a ganar por nocao la partida a la prudencia, volveremos a sacar las agujereadas banderas del optimismo, madrugaremos para gritar jonrones, ponches y fildeos, e invocaremos la ayuda de todos los santos para no sufrir con los jonrones, los ponches y los fildeos de los rivales.
Pero el camino hasta esos amaneceres de infarto todavía es largo. Antes, quedan unas cuantas jornadas polémicas, en las que millones de managers de grada impondrán alineaciones y rotaciones, se lamentarán por algún jugador ausente y sacarán las tiras del pellejo a Miguel Borroto, a Higinio Vélez, al nuevo comisionado y hasta la coyuntura.
El marco para la crítica popular en estos días será inmejorable. La selección cubana, que sale este jueves a Taipei de China, jugará sus primeros partidos de preparación –ante un equipo amateur– poco después de bajarse del avión y chocar con el brusco cambio horario y un clima diferente al del Caribe.
No se puede esperar nada bueno de esos primeros exámenes, y probablemente tampoco de los dos duelos siguientes contra escuadras profesionales del circuito rentado local. Ya más asentados, la verdadera cara del plantel cubano se verá en los duelos ante los elencos nacionales de Taipei y Venezuela, que también se alistan de cara al Premier.
Borroto, que estará lejos y probablemente ajeno a los comentarios filosos de las redes, utilizará dichos encuentros para perfilar las variantes de alineaciones, la estrategia de pitcheo abridor y la definición de roles en el bullpen, cuestiones sobre las que no ha querido profundizar demasiado en las decenas de entrevistas que ha concedido en el último mes.
El estratega camagüeyano es un viejo zorro y no pretende regalar información; su apuesta claramente es jugar al despiste, aprovechando de alguna manera el bajo cartel de un buen grupo de nuestros peloteros y el poco conocimiento que deben tener los rivales.
Miguel Borroto: la mística, el equipo Cuba y el gran regreso
No obstante, en medio del silencio, algo siempre se sabe. Por ejemplo, todos los comentarios tras bambalinas indican que el derecho tunero Carlos Juan Viera, uno de los repatriados del elenco, será el encargado de la primera apertura contra Canadá.
Por otra parte, el mentor agramontino sí adelantó que el zurdo pinareño Liván Moinelo tendrá la responsabilidad de cerrar los partidos, cambio respecto a los últimos torneos internacionales, en los cuales el taponero ha sido Raidel Martínez.
El veloz vueltabajero, miembro de los Dragones de Chunichi en la Liga Japonesa, también estará en el plantel, pero presumiblemente asumirá el rol de preparador o relevista situacional.
En temas ofensivos, Borroto ha dicho que podría decantarse por una alineación titular con sus jugadores más ofensivos, para reforzar en el último tercio de los partidos algunas posiciones defensivas.
Esa variante podría incluir a Ariel Martínez (r), William Saavedra (1b), Raúl González (2b), Pavel Quesada o Alexander Ayala en la antesala, “El Grillo” Arruebarruena (ss), Frederich Cepeda (lf), Roel Santos (cf), Yurisbel Gracial (rf) y Alfredo Despaigne (bd).
La dificultad de este orden ofensivo es el pobre balance entre zurdos y derechos, problema que se puede maquillar con la entrada al line up de César Prieto en el segundo cojín.
Pero repetimos, estas son solo teorías, y sospecho que tendremos muy pocas pistas sobre los verdaderos factores que conduzcan a una alineación u otra en el Premier.
felicitationes!!