Jayme Hoskins, la esposa del inicialista de los Phillies, Rhys Hoskins, se ha metido a los fanáticos del Citizens Bank Park en el bolsillo. En el quinto partido de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, ella compró cervezas para al menos 50 aficionados y la novena de Philadelphia terminó eliminando ese día a los San Diego Padres. Como quien no quiere las cosas, repitió el ritual este martes en la noche y la locura se desató…
En el regreso del Clásico de Otoño a la ciudad luego de 13 años de espera, Jayme volvió a comprar cervezas para un grupo de fanáticos y los resultados fueron espectaculares: su esposo selló un bombardeo histórico (7-0) de los Phillies contra los Houston Astros, que fallaron en todas las líneas y ahora marchan debajo en la discusión de la corona del mejor béisbol del mundo.
Just saw @jaymehoskins buying an entire case of beer. She’s the best pic.twitter.com/lIudUnCVq5
— Mark Kremer (@mark_kremer) November 1, 2022
Colgados del brazo de cinco lanzadores que dejaron en blanco a los monarcas de la Liga Americana, y apoyados en cinco batazos de vuelta completa, los chicos de Rob Thomson volvieron a salir airosos en su feudo, donde todavía no han perdido en la actual postemporada. Este detalle, por cierto, nos invita a establecer un enlace con el pasado: la última vez que un equipo ganó el título de Grandes Ligas sin perder un solo partido como local fue en el 2008, y las celebraciones de aquella campaña terminaron al sur de Philadelphia.
Con la misma conexión mágica entre el dugout y las gradas, estos Phillies del 2022 quieren repetir la historia del 2008, cuando derrotaron en cinco partidos a Tampa con memorables actuaciones de Ryan Howard, Chase Utley y Cole Hamels, el Jugador Más Valioso de aquel Clásico de Otoño. Ahora los chicos rudos de Philadelphia están a medio camino de otra corona con diferentes protagonistas y un estilo mucho más agresivo, patentado por Bryce Harper, Rhys Hoskins, Kyle Schwarber, Brandon Marsh, Alec Bohm y compañía.
Precisamente, este quinteto provocó el éxtasis en el Citizens Bank Park, abarrotado por 45 712 personas con pañuelos rojos y algunos carteles muy sugerentes. “World Serious”, se veía en una de las pancartas que volaban en las tribunas a la misma altura que los vasos de cerveza. Queda todavía camino, pero la fiesta ya está en marcha en Philly…
Lo mejor
Desde el 2015, entre todos los lanzadores de Grandes Ligas con al menos 700 entradas de labor, Lance McCullers Jr. es el que tiene la menor tasa de jonrones por cada nueve entradas (0.7), al permitir 57 vuelacercas en 718.2 innings. Esta temporada, aunque pudo trabajar poco (apenas ocho aperturas), se mantuvo en la misma línea, pues solo le conectaron cuatro bambinazos en 47.2 episodios, para una media de 0.8.
Por eso los Phillies nos tomaron a todos a contrapié luego de despachar cinco pelotas más allá de los límites este martes. Harper, Bohm, Marsh, Schwarber y Hoskins castigaron sin piedad a McCullers y algunos de ellos se metieron en clubes exclusivos.
Por ejemplo, Harper y Hoskins están a solo un cuadrangular de igualar el récord (siete) en una misma postemporada para un jugador de los Phillies, en poder de Jayson Werth desde el 2009. Además, Schwarber se ha colado también en un selecto grupo de siete hombres con al menos cuatro bambinazos para Philadelphia en un playoff.
De manera colectiva, la exhibición de poder de este martes les permitió igualar a Yankees, Athletics y Astros como los únicos equipos que han conectado cinco bambinazos en un mismo partido de Serie Mundial.
* Yankees/1928 vs. Cardinals: Babe Ruth (3), Lou Gehrig y Cedric Durst
* Oakland/1989 vs. San Francisco: Dave Henderson (2), José Canseco, Tony Phillips y Carney Lansford
* Astros/2017 vs. Dodgers: Yulieski Gurriel, José Altuve, George Springer, Carlos Correa y Brian McCann
“Fue un poco sorpresivo porque no permite jonrones. Por lo general, mantiene la pelota en el parque. No estaba satisfecho con eso. Nos sorprendió mucho”, dijo el manager Dusty Baker en declaraciones que recoge ESPN.
Por otra parte, esa habilidad de McCullers para limitar el poder de los contrarios realza el valor de lo conseguido este martes por los Phillies, que han sido particularmente arrolladores en sus duelos como anfitriones. Para tener una idea, los chicos de Rob Thomson tienen una línea ofensiva de .284/.362/.616 jugando en el Citizens Bank Park, con 17 cuadrangulares y 29 extrabases, mientras en la carretera suman solo cinco vuelacercas y sus promedios son mediocres (.195/.261/.315).
Si los Astros no logran corregir el rumbo, lo más probable es que regresen a Houston con un boleto de despedida hasta el 2023.
Lo peor
Obviamente, la pésima salida de McCullers se roba los focos entre lo peor del tercer partido de la Serie Mundial en Philadelphia, pero la ofensiva de los Astros tampoco hizo nada por sacar a flote el encuentro. Supongamos que Lance hubiese lanzando siete entradas sin permitir carreras, pues de nada hubiera valido su esfuerzo por lo apagados que estuvieron los bates de su equipo,
Houston recibió su primera blanqueada en la actual postemporada, la que, al mismo tiempo, es la octava que registra la franquicia en los playoffs y la cuarta en Series Mundiales. El año pasado, la ofensiva de los Astros venía inspirada, especialmente, después que le remontaron la Serie de Campeonato de la Liga Americana a los Red Sox; sin embargo, en la final contra los Bravos, se quedaron sin anotar en dos ocasiones ¿Pasará algo similar ahora?
Los toleteros de los Astros se fueron de 3-0 con corredores en posición anotadora y no pudieron ligar un extrabase, algo que no había sucedido en esta postemporada. Siete de los 15 outs que sacó el abridor Ranger Suárez fueron por la vía del rodado, lo que quiere decir que la mayoría de los contactos que le hicieron fueron rollings.
En medio de esta catástrofe, el único punto positivo para los bateadores de los Astros fue la gesta que logró Yuli Gurriel. El cubano se fue de 4-1 y con ese sencillo superó a Tony Pérez en la lista histórica de los antillanos con más imparables en Series Mundiales (24).
El conjunto naranja tiene ahora la misión de reflotar su ofensiva contra el as de la rotación de los Phillies, el derecho Aaron Nola, a quien ya le anotaron cinco veces en el primer partido del pasado viernes. Parece complicado repetir, pero no les queda otra variante si quieren conservar sus esperanzas de abrir el champagne.
La clave
La lluvia del lunes le dio un día extra de descanso al venezolano Ranger Suárez, quien otra vez le dio una salida de calidad a los Phillies en un momento de emergencia. El zurdo completó cinco episodios a ritmo de tres imparables, cuatro ponches, un boleto y ninguna carrera permitida, por lo que entregó el juego en bandeja de plata a los relevistas.
Suárez, quien realizó 48 de sus 76 pitcheos en strike, combinó a la perfección un variado repertorio de sinker, cambio, cutter y curva que le rindió frutos ante una tanda muy apacible a pesar de la urgencia. De esta forma, el tirador se unió a Tony Castillo (Toronto/1993), Francisco Rodríguez (Anaheim/2002), Freddy García (White Sox/2005), Félix Dubront (Boston/2013) y Yusmeiro Petit (Giants/2014) como los únicos lanzadores morochos con un triunfo en la historia de la Serie Mundial.
Además, se convirtió tan solo en el tercer venezolano que lanza cinco entradas sin permitir carreras en un duelo de Serie Mundial, algo que solo habían hecho Les Straker en el tercer juego del Clásico de Otoño de 1987, y Freddy García en el 2005.
Del resto se encargaron Connor Brogdon, Kyle Gibson, Nick Nelson y Andrew Bellati, quienes salieron del bullpen y mantuvieron el mismo dominio. Cuatro epidosios, dos jits, tres ponches, dos boletos y ninguna carrera fue el saldo de los relevistas de los Phillies, que sellaron la blanqueada y dejaron en 0.00 su efectividad (ninguna anotación permitida en 12.2 innings) en lo que va de Serie Mundial.
El héroe
Desde muy temprano en el juego, los Astros recibieron señales muy evidentes de que no iban a tener una buena noche en Philadelphia. Al primer lanzamiento del choque, José Altuve conectó una línea envenenada al derecho que Nick Castellanos capturó de forma espectacular tras una gran carrera hacia adelante. Poco después, ya con los Phillies al bate, Lance McCullers regaló boleto al primer hombre que enfrentó y luego Bryce Harper le despachó jonrón al primer pitcheo.
No llevábamos ni 15 minutos de partido y ya la novena de Houston estaba aturdida por el estruendo del Citizens Bank Park, que explotó con el bombazo de Harper. El estelar zurdo no dio margen a que los Astros pusieran los pies en el piso y los castigó con un descomunal cuadrangular de 402 pies por el bosque derecho.
Con esa conexión, el tercer madero de los Phillies pasó de villano a héroe, porque en el encuentro anterior había quedado a deber tras fallar cuatro veces y dejar cinco corredores en los senderos. Harper no demoró en saldar la deuda y puso temprano las cartas sobre la mesa, lo cual condicionó muchísimo el partido. Un golpe al mentón y a la lona, solo esa descripción cabe para el vuelacercas que dejó a los Astros en modo zombie, deambulando sin rumbo durante todo el desafío.
Harper igualó a José Altuve (Astros/2019), Daniel Murphy (Mets/2015), David Ortiz (Boston/2004), Carlos Beltrán (Houston/2004) y Gene Tenace (Oakland/1974) con cuatro jonrones para poner delante a su equipo en una misma postemporada, a solo uno del récord impuesto en el 2004 por Albert Pujols con los Cardinals.
El villano
Al término de la Serie Divisional del 2021, los Astros recibieron un duro golpe cuando perdieron por el resto de la postemporada a Lance McCullers Jr. Después, en el Clásico de Otoño, la ausencia se notó más mientras los abridores permitían 16 carreras en 20 entradas. En este 2022, los astronautas cuentan con el derecho, pero ahora extrañan su mejor versión.
Este martes, el oriundo de Tampa registró una apertura para el olvido, probablemente una de las peores que se haya visto en un choque de Serie Mundial. En los 118 años de historia del Clásico de Otoño, jamás un lanzador había permitido cinco cuadrangulares en un juego. Eso cambió anoche, cuando los Phillies le sacaron cinco pelotas más allá de los límites a Lance…
En el presente siglo, nadie había permitido más de tres jonrones en un choque de Serie Mundial, pero McCullers concedió esa cantidad en un lapso de solo seis comparecencias. Harper, Bohm y Marsh martillaron al tirador entre el primero y el segundo episodio, dejando muy claro que una nueva marca de cuadrangulares frente a un mismo lanzador podía imponerse.
Y en efecto, los bombazos de Schwarber y Hoskins en el quinto capítulo dejaron al abridor de Houston en un incómodo sitial de honor, por delante de Dick Hughes (Cardinals/1967), Gene Thompson (Cincinnati/1939) y Charlie Root (Cubs/1932), quienes poseían el récord de más jonrones (cuatro) permitidos en un mismo partido de Serie Mundial.
Por si fuera poco, McCullers es uno de los 13 abridores que ha cedido al menos siete carreras limpias sumando cinco entradas o menos en choque de las finales de MLB. La última vez que sucedió en esta instancia fue en el 2004, cuando el veterano Woddy Williams (Cardinals) aceptó siete vueltas al cuadro en 2.1 innings contra los Red Sox.
Los pitcheos de McCullers parecían indefensos, al punto de que solo nueve de los 40 swing que le hicieron terminaron abanicando la brisa, aunque su principal problema fue con las ubicaciones de los envíos. “Me ganaron, hombre. Conectaron muchos lanzamientos sólidos, pensé. Al final del día, nos golpearon bastante”, dijo a MLB el abridor de los Astros con total resignación.
Casi todos los lanzamientos que terminaron en jonrones se quedaron en el centro de la zona, y no te te puedes equivocar de esa manera ante la ofensiva más caliente de la postemporada. Para colmo, su principal arma, la slider, perdió casi una milla en la media de velocidad con respecto a la que presentó en la temporada regular.
McCullers, en sus dos últimas aperturas en estos playoffs ha permitido siete anotaciones y 14 imparables en 9.1 innings. Lo cierto es que su actuación en el juego tres puso en una posición incómoda a los Astros.
La polémica
¿Por qué dejar que le empaten el juego a Justin Verlander en el primer partido? ¿Por qué sacar a Framber Valdez a lanzar el séptimo inning en el segundo choque? ¿Por qué dejar que le peguen tantos jonrones a McCullers en el tercero? La polémica se ha centrado en un solo hombre en esta Serie Mundial: ¡Dusty Baker una y otra vez!
Si los Phillies se convirtieron en el primer equipo con cinco jonrones en los primeros cinco innings de un encuentro de la Serie Mundial, en parte fue gracias a Baker. Una vez más, el timonel de los Astros dejó que su lanzador abridor recibiera castigo de más en el montículo.
Quizás, dejar a McCullers con el juego 4-0 no resultó tan malo, porque desde el cuadrangular de Brandon Marsh en la segunda entrada, retiró a ocho bateadores en fila. Pero después que le admitió un sencillo al propio Marsh en el quinto, no fue buena idea dejarlo contra Kyle Schwarber, quien ya había negociado un boleto en su primer turno al bate. El partido 4-0 estaba difícil de remontar, pero al incrementar la ventaja con tres anotaciones más ya se definió por completo.
En la historia de las Series Mundiales, solo una vez se ha remontado un 7-0 o una mayor diferencia, hace 93 años en el cuarto juego del Clásico de Otoño de 1929. En aquel choque, los Philadelphia Athletics se recuperaron de un 8-0 para vencer 10-8 a los Cubs. Una ventaja de cuatro carreras se ha remontado en cuatro ocasiones, y la última fue el cuarto duelo del 2018, donde los Red Sox se recuperaron de un 4-0 para ganarle a los Dodgers 9-6.
A partir de ahora, el margen de error es mínimo para Baker y sus posibilidades para ganar la Serie Mundial también descienden a medida que pierde juegos importantes. Dusty tendrá a Cristian Javier en el cuarto juego, pero, si los Phillies conectan con facilidad sus lanzamientos rápidos, no debería demorarse en utilizar su bullpen, que sigue siendo el mejor del negocio.
la pelota es redonda y viene en caja cuadrada