Max Scherzer tiene los ojos de diferente color: uno azul y otro marrón. Según los especialistas, la causa es una heterocromía, una condición que se presenta mayormente en animales y que en los humanos no genera pérdida de visión.
En el caso de Scherzer, podría decirse que sus ojos han sido un arma letal, al punto de convertirlo casi en un robot, una perfecta máquina que elimina contrarios por la vía de los strikes, como si fuera un asesino en serie. Desde 2008, cuando entró por primera vez a un diamante de Grandes Ligas, ha ponchado a 3367 bateadores, más que ningún otro lanzador en los últimos dieciséis años.
Sin embargo, la coraza de Scherzer está un poco gastada, se siente más los golpes. A veces nota tensión en el brazo o en la espalda y, aunque se esfuerza por seguir, le cuesta un poco más. En el tercer partido de la actual Serie Mundial, por ejemplo, regresó con máxima motivación al Chase Field, primer estadio donde jugó en Grandes Ligas, pero luego de 3 entradas tuvo que retirarse a las duchas por molestias en la espalda. Eso y un pelotazo que recibió en el codo dañaron su sistema.
Por suerte para los Rangers, cuando miran al bullpen y al dugout tienen otros androides calibrando los parámetros para salir al terreno. Se va Scherzer y entra Jon Gray, y luego Josh Sborz, y Aroldis Chapman, y José Leclerc. Por sus nombres, no todos parecen robots (salvo Sborz), pero cuando aprecias su lenguaje corporal en la lomita se asemejan mucho a máquinas despiadadas.
Justo así funcionaron este lunes en el desierto de Arizona, incluso Chapman, quien tuvo un pequeño titubeo. También como un robot apareció Corey Seager, quien da la impresión de tener en su cabeza una radiografía de cada lanzador rival y de todas sus armas. Pese a la inmensidad de datos que tiene a su disposición, simplifica su plan de ataque y sencillamente hace swing a los primeros envíos.
En el tercer partido del presente Clásico de octubre, por ejemplo, volvió a jonronear en cuenta de 0-0, como mismo hizo para empatar el duelo inicial de la serie el pasado viernes. Definitivamente, entra en la caja de bateo y se convierte en un autómata para enfrentar los primeros lanzamientos de sus rivales. Desde que debutó en Grandes Ligas en 2015, tiene la novena mejor marca de cuadrangulares en ese conteo entre todos los jugadores del circuito.
Lo mejor
Nada más empezar y ya tenemos una disyuntiva: ¿nos quedamos con la defensa o con el picheo de los Rangers? Esa es una decisión difícil de tomar, por lo que preferimos darle un voto a cada una, a fin de cuentas, Texas fue tan letal con el guante como desde la lomita en su triunfo en el Chase Field de Arizona.
Josh Jung brilló en la antesala con esa exquisita combinación de velocidad de movimiento y potencia en los tiros. Corey Seager volvió a funcionar como un cerrojo a la hora cumbre en combinación con Marcus Semien, mientras Adolis García enseñó su brazo su brazo desde el jardín derecho para impedir que los Diamondbacks salieran delante en el marcador.
El cubano se anotó una sensacional asistencia para poner out en la goma a Christian Walker con un disparo de 94.6 millas, el segundo más fuerte de un patrullero en la Serie Mundial desde que comenzaron a registrarse estos datos en 2015.
De acuerdo con Sarah Langs, el tiro de Adolis solo está por detrás del que realizó Hunter Renfroe (94.9 millas) en el Clásico de Otoño de 2020 entre Dodgers y Rays. Además, es la segunda asistencia más fuerte registrada en postemporada por un jardinero en un tiro directo al plato, únicamente por detrás de Marwin González, quien marcó 97.4 millas en el primer partido de la Serie de Campeonato de 2017 entre Astros y Yankees.
“Es simplemente un jugador completo. Velocidad, brazo, puede batear. El chico puede hacerlo todo. Lo vimos. Y también es preciso y le encanta lanzar. Le encanta que lo desafíen. Y lo hemos visto bastantes veces. Realmente disfruta esa parte del juego y trabaja en ello”, dijo el manager de Texas, Bruce Bochy, sobre el disparo de Adolis.
El mentor, además, elogió la defensa de su equipo y la reacción luego de perder 9-1 el pasado sábado. “No hubo tanto cambio de estrategia respecto al segundo juego de la serie. Aquel fue un choque muy reñido que se nos escapó al final. Ahora no sucedió lo mismo y en parte es gracias a la defensa. Mira lo que esos muchachos hicieron esta noche. Adolis, vaya lanzamiento que hizo a home. Y, por supuesto, Corey consiguió ese gran doble play. Josh Jung fildeó a mano limpia la pelota que se desvió tras pegarle a Max. Simplemente un gran juego a la defensiva. Y te muestra lo que la defensa puede hacer, puedes ganar un juego de pelota”.
La otra clave para los Rangers fue su picheo, que logró caminar toda la ruta a ritmo de una carrera, 9 ponches, par de boletos y 6 jits. Max Scherzer, Jon Gray, Josh Sborz, Aroldis Chapman y José Leclerc se combinaron para permitir solo 7 Hard Hit (batazos de 95 millas o más) en 30 turnos oficiales.
Particularmente, Gray hizo una gran labor de contención después de la imprevista salida de Scherzer por lesión. El derecho completó 3 episodios con 3 ponches y solo 1 jit en su cuenta. “Realmente está prosperando en este papel. Tiene mucha confianza. Empezaré diciendo que ahora mismo está sano. Creo que está entusiasmado con eso. Estaba lidiando con problemas en el brazo, pero ahora ha vuelto a ser quien es, está llevando la pelota a donde quiere, tanto con su velocidad como con su slider”, aseguró Bochy sobre su primer relevo de la noche.
Gray suma ahora 4.2 innings sin permitir carreras en la Serie Mundial, con 7 retirados por la vía de los strikes, ningún boleto y solo dos contrarios embasados por jits. Esta versión se parece mucho a la de inicios de temporada, cuando el derecho fue uno de los brazos principales de los Rangers, algo que después cambió a mediados de junio.
* Primeras 12 salidas de Gray en 2023: efectividad de 2.32 y OPS en contra de .605
* Siguientes 12 salidas: efectividad de 5.48 y OPS en contra de .769
* Último mes de la temporada: efectividad de 6.41 y OPS en contra de .960
“Ha vuelto a ser el tipo que teníamos a principios de temporada y durante la mayor parte de esta temporada. Siempre puede ser una transición difícil ir al bullpen, pero lo ha manejado muy bien. Ha acumulado resistencia y fuerza. Solo lo tuvimos durante una entrada, pero cada vez que sale se vuelve más fuerte. Entonces podemos usarlo en varias entradas. Fueron tres esta noche. Probablemente podría haber ido más, para ser honesto”, dijo Bochy, quien lo tendrá muy en cuenta en caso de un hipotético regreso de la serie a Texas.
El héroe
Casi a las 9 la noche del 4 de noviembre de 2001, Luis González vivió un proceso de transformación: pasó de ser humano a Dios ante los ojos de la fanaticada beisbolera de Arizona. El cubanoamericano pegó un jit a Mariano Rivera que decidió el séptimo partido de la Serie Mundial y le dio el primer y único título de su historia a los Diamondbacks. En esos duelos contra los Yankees, el otro gran héroe fue el inmortal Randy Johnson, quien ganó 3 de los 4 partidos de la serie.
No es de extrañar entonces que, casi 22 años después de aquella victoria histórica, los D’backs llamaran a Luis González y a Randy Johnson para que lanzarán la primera bola en el tercer choque de la Serie Mundial que disputan por estos días contra Texas. Los ídolos regresaron a casa este lunes, sin embargo, al final de la noche, otro terminó siendo el héroe.
Corey Seager agarró la capa y sacó a relucir sus poderes, tanto a la defensa como en el rectángulo ofensivo. Su doble play en el octavo episodio sobre un “trueno” de Ketel Marte fue crucial en la victoria de los Rangers, así como su cuadrangular de dos carreras en el tercer episodio, el cual dio ventaja de 3-0 para los visitantes.
Seager golpeó un cambio de Brandon Pfaadt y soltó un cohete de 114.5 millas que se perdió en las profundidades del jardín derecho a 421 pies. Según Statcast, este es el jonrón más fuerte que se ha conectado en la Serie Mundial desde 2015 hasta la fecha, desplazando de la primera posición al que despachó Kyle Schwarber (113.2) el pasado año contra los Astros.
“Simplemente venimos a jugar todos los días y estamos tratando de ganar ese día. No importa dónde estés, intentamos jugar buen béisbol todos los días. Tenemos la mentalidad de pasar el batón, no siempre uno tiene que ser el héroe. Eso es reconfortante y le quita estrés a la gente. Hemos hecho un buen trabajo en eso. Esperamos seguir haciéndolo”, aseguró Seager, quien ha sido un líder dentro de la novena.
Con este cuadrangular, Seager llegó a 18 vuelacercas en postemporada y se colocó a solo 2 de igualar a Derek Jeter (20) como el torpedero con más jonrones en los playoff. Además, el batazo sirvió para extender a 14 la cadena de partidos con al menos un bambinazo de los Rangers, la más larga de la historia en una sola postemporada. Los chicos de Texas superaron el récord de los Dodgers (13 en 2020).
Lo peor
Perder el tercer juego de la Serie Mundial no fue bueno para los D’backs por 2 razones fundamentales:
1- La historia dice que cuando el Clásico de Otoño está igualado 1-1, el conjunto que salió airoso en el tercer juego se llevó la corona el 65% de las ocasiones (41 de 63).
2- No aprovechas el día que tu abridor trabaja decentemente, entonces, tienes que lanzar el cuarto choque con tu bullpen.
Después de un juego donde anotaron nueve carreras, la ofensiva de Arizona fue maniatada por los serpentineros de los Rangers. Si bien conectaron 6 jits y la mitad fueron dobles, solamente pudieron anotar en una ocasión.
Un momento del juego cambió todo para los anfitriones y ocurrió en el segundo inning. Christian Walker abrió la entrada con un doble, acto seguido Tommy Pham alineó una slider de Scherzer por todo el jardín derecho y, en esa jugada, Adolis García hizo un gran corte antes de realizar un brutal disparo a la goma.
El coach de tercera base de Arizona, Tony Perezchica, primero decidió mandar a Walker al home, pero cuando el inicialista pasaba por la tercera almohadilla le puso el pare. Walker no lo observó y siguió corriendo para finalmente ser puesto out con el fenomenal tiro cortesía de “El Bombi”.
Después de esa secuencia, Pham ancló en la segunda base y de allí no se movería, porque Lourdes Gurriel Jr. falló con un fly al intermedista y Alek Thomas fue retirado con una conexión que chocó en el codo de Scherzer y terminó en el guante del Josh Jung, quien lanzó a primera para acabar la entrada.
Ben Verlander, el hermano de Justin, tiene un interesante podcast en Fox Sports, y allí hizo una gran explicación de la jugada: “El coach de tercera demoró en cambiar la señal, pero también fue un error de Walker que ni siquiera lo miró cuando pasó la base. Simplemente, perdió la oportunidad de atacar a Scherzer con corredores en primera y tercera base sin out”.
Lo otro a tener en cuenta es que Walker es un corredor promedio. En la campaña pasada cubrió 26.4 pies por segundo en su carrera más rápida, por debajo del promedio de la liga (27 pies). No obstante, también subestimó el brazo de Adolis quien logró salvar la segunda mayor cifra de carreras gracias a la potencia de sus tiros (+8.2). El cubano promedió la decimocuarta mayor velocidad (93 millas) en los disparos entre los 152 jardineros calificados en 2023.
“En momentos muy críticos del juego, ya sea la primera o segunda entrada, simplemente no sabes cuándo va a suceder. Siento que fue un gran cambio de impulso. Pudimos tener corredor en primera y tercera base sin outs y a habían altas probabilidades de que los siguientes bateadores respondieran, pero quizás no hubiésemos anotado. ¿Quién sabe?”, declaró tras el partido el manager de los D’backs, Torey Lovullo, quien aseguró que Walker reconoció el error.
“Lo bueno de esto es que deberíamos haber sido mejores en esa situación. Christian Walker era el protagonista. Él lo aceptó. Él es responsable de sus acciones y todavía lo considero uno de nuestros mejores corredores por su instinto. Simplemente fue una mala lectura. Ese fue un momento crucial y no mentiré, me dolió”, añadió el mentor.
Otro punto negativo para Arizona aconteció en el octavo capítulo, cuando su bateo oportuno no apareció. Así ocurrieron los hechos:
El relevista cubano Aroldis Chapman no entró fino. Emmanuel Rivera (doble) y Geraldo Perdomo (sencillo) le generaron la única carrera del choque. Sin embargo, el holguinero se recuperó con un ponche esencial contra Corbin Carroll. Antes de ese partido, Carroll había visto 85 lanzamientos de 98 millas o más entre la temporada regular y la postemporada, y ante ellos promediaba un anémico average de .067.
Chapman necesitaba lanzar fuego en ese turno contra Carroll, y los primeros cinco picheos fueron rectas de cuatro costuras, todos por encima de las 99.6 millas. Aun así, el máximo candidato al premio de Novato del Año en el viejo circuito logró defenderse, pero con la cuenta en 2-2, Aroldis cambió el plan y disminuyó la velocidad con una slider al centro de la zona. El envío tuvo una diferencia de 10 millas respecto a la recta; para el ojo humano es difícil asimilar eso y Carroll se ponchó sin tirarle.
La joya de la corona llegaría al siguiente turno. Ketel Marte tomó un sinker de Chapman al primer envío y lo disparó a 114.4 millas por el campo corto (la segunda conexión más rápida del juego, solo superada por el jonrón de Seager a 114.5), pero el propio Seager se deslizó y puso rodilla en tierra para iniciar un fabuloso doble play. Con poco tiempo de reacción, logró pasarle la bola a Semien, quien hizo un gran tiro a la inicial.
“Tremendo trabajo por parte de Marcus, especialmente con ese tiro. Ese fue un gran impulso para nosotros”, dijo Seager después del choque.
Finalmente, los D’backs no pudieron aprovechar los momentos importantes y eso les terminó pasando factura.
El villano
Su mal corrido marcó un punto de inflexión en el juego y significa otra mancha en su postemporada. Tras el juego de anoche, su average en estos playoffs es de .173 en 66 veces al bate. Solamente tiene un jonrón en 15 juegos. Para ser justos, su defensa ha sido buena en la inicial, pero su equipo necesita más que eso.
Walker lideró a Arizona en carreras impulsadas (103) y jonrones (33) en la temporada regular, además, según la métrica OPS+ que nos dicta cuántas veces estuvo un bateador por encima o por debajo de la media, fue 23 veces mejor que el bateador promedio.
“Contamos con él ofensivamente. Es alguien que de muchas maneras diferentes ha sido un catalizador para nosotros, ya sea embasándose, teniendo un buen turno al bate o empujando a los corredores. No logras 105 carreras impulsadas a menos que estés haciendo algo bien. Necesitamos que se ponga en marcha y sé que ha estado trabajando duro para eso, sé que lo puede conseguir”, dijo Lovullo sobre la situación de Walker.
Al menos, como punto a favor, tenemos el siguiente argumento: 5 de las 8 conexiones que ha logrado en esta Serie Mundial han salido a 100 millas o más. Esa puede ser una buena señal para proyectar la salida de un bache ofensivo. Lo cierto es que Arizona necesita el despertar de ese bate.
El dato
El primer episodio de la historia fue en Tampa, después siguió en Baltimore y Houston, y ahora se ha escrito un nuevo capítulo en Arizona. Los Rangers han arrasado por las 4 ciudades que han pasado en la presente postemporada, al punto de que suman 9 victorias seguidas como visitantes desde inicios de octubre.
Nunca un equipo ganó tanto en la carretera en la historia de los playoff, y quienes más se acercaron, en su gran mayoría, se llevaron la corona en la Serie Mundial. Por ejemplo, los Nationals de 2019 lograron 8 triunfos (con una derrota) como visitantes y salieron campeones, lo mismo que los Yankees de 1996 (8-0). Si seguimos bajando, la tendencia casi siempre se mantiene:
* Boston Red Sox en 2018: 7 victorias en la carretera-campeones de la Serie Mundial
* Arizona Diamondbacks en 2023: 7-discuten la Serie Mundial
* San Francisco Giants en 2010, 2012 y 2014: 6 triunfos en cada uno de esos años, en los cuales quedaron campeones de la Serie Mundial
* New York Yankees en 2000: 6-campeones de la Serie Mundial
* Florida Marlins en 2003: 6-campeones de la Serie Mundial
* Chicago White Sox en 2005: 6-campeones de la Serie Mundial
* Chicago Cubs en 2016: 6-campeones de la Serie Mundial
* Boston Red Sox en 2004: 6-campeones de la Serie Mundial
Aquí tenemos 13 equipos que han logrado al menos 6 triunfos como visitantes en unos playoff. De ellos, 11 han terminado celebrando el título, y los otros 2 están en disputa ahora mismo. Como dato significativo, de estas 13 escuadras, Bruce Bochy ha dirigido 4 (San Francisco en 2010, 2012 y 2014, y los Rangers en 2023).
Su récord de la presente postemporada es el más asombroso de todos porque todavía no ha perdido en la carretera. Además de Texas, los únicos equipos que han ganado al menos 5 partidos de visitantes sin la sombra de una derrota en octubre son los Yankees (8 victorias en 1996), los White Sox (6 en 2005), los Orioles (5 en 1983) y los Astros (5 en 2023). De estas 4 selecciones, solo Houston no ganó la Serie Mundial.