No todos los peloteros que llegan a la Serie Mundial tienen aura de estrella. Algunos han labrado su camino completamente por debajo del radar, alejados del foco mediático, aunque eso no significa que pasen de puntillas por el escenario más exigente del béisbol mundial. Un buen ejemplo es Merrill Kelly, lanzador que cumplió 35 años de edad hace 15 días, que nunca había trabajado en postemporada hasta 2023 y que hoy amanece como el gran héroe de la primera victoria (9-1) de los Diamondbacks en el Clásico de Otoño en más de dos décadas.
Kelly nació en Houston, pero pasó la mayor parte de su infancia entre Illinois, Pennsylvania y Scottsdale, donde finalmente se estableció en su adolescencia. Allí, cada primavera, veía retoñar los sueños de varios equipos de Grandes Ligas que comenzaban su camino a la gloria o al ostracismo en los entrenamientos de pretemporada. También allí despegó definitivamente como pelotero en su paso por Desert Mountain High School, Yavapai College y Arizona State University.
Pero la ruta de Kelly rumbo a las Grandes Ligas resultó mucho más compleja. El derecho fue una selección tardía de tres equipos diferentes en el Draft, hasta que en 2010 aceptó el llamado de los Rays, con quien pasó cuatro campañas en Ligas Menores. En ese lapso, hizo mérito para ascender a MLB, sobre todo en el 2014, aunque nunca recibió una oportunidad.
Decidió entonces hacer las maletas. Fue primero a República Dominicana con los Leones del Escogido y en 2015 firmó el SK Wyverns en la Liga coreana, donde pasó cuatro años luchando por revalorizarse. La aventura no estuvo mal, hasta salió campeón en 2018, justo antes de regresar a Arizona, su casa.
Obviamente, no había manera de imaginar que un chico recién llegado de Corea del Sur se convertiría cuatro años más tarde en figura de la Serie Mundial con los Diamondbacks, de hecho, tampoco había manera de imaginar que Arizona estaría en el Clásico de Otoño del 2023 luego de acumular 310 derrotas en 546 partidos entre 2019 y 2022. Pero ambas cosas han sucedido y ha sido muy especial.
Este sábado, Merrill Kelly se encaramó en la lomita del Globe Life Field de Texas y le dio vida a los D’backs con una de las mejores presentaciones de su carrera. Fue una noche especial para el derecho, que tuvo a casi toda su familia en la grada, incluida su abuela June, a quien no veía desde hace más de una década.
“Desafortunadamente, siento que la vida se interpone en mi camino. Esto del béisbol ocupa mucho de nuestro tiempo. Pero, obviamente, me gustaría verla más”, dijo el serpentinero sobre el reencuentro con su abuela, retrasado por conferencias y sesiones de preguntas interminables tras el partido sabatino.
“Estaba muy emocionada. Le pregunté y me dijo que el último juego en que lo vio fue en las Pequeñas Ligas. Tenía lágrimas en los ojos. Tan feliz. Fue increíble”, relató Bre, la esposa de Kelly, quien vio el encuentro junto a su abuela.
También estuvo en las tribunas su hermano Reed, que cumple años el próximo martes, en Halloween. “Me envió un mensaje de texto el otro día diciendo que obviamente este es el mejor regalo que podría darle”, afirmó Kelly, quien, en efecto, ha hecho un presente de lujo a su hermano y a toda la fanaticada de Arizona.
Lo mejor
Obviamente, cuando lanzas siete entradas casi perfectas contra una de las maquinarias ofensivas más letales del béisbol en una Serie Mundial, tienes todas las papeletas para llevarte el premio de “lo mejor” de la jornada, pero en este caso particular preferimos hacerle un guiño a los bateadores de Arizona, que sacaron chispas con una producción muy eficiente.
La “ofensiva del caos” –como la calificara Pedro Martínez a principios de la pasada semana– de los Diamondbacks le ganó al poder los Rangers, que en esta ocasión solo contabilizó cuatro imparables y una carrera ante Merrill Kelly y los relevistas Andrew Saalfrank y Luis Frías. Los visitantes pusieron en práctica ese juego dinámico y veloz, apoyado en un gran corrido de bases y en la gran capacidad de contacto de sus hombres.
Fue un show coral en el que los nueve titulares –y uno de los sustitutos– pegaron al menos un jit hasta totalizar 16 cohetes, la mayor cantidad en un juego de Serie Mundial desde que San Francisco consiguiera la misma cifra en la final de 2014. En el presente siglo, solo Boston (2007), Anaheim (dos veces en 2002), los Giants (2002) y los propios D’backs (2001) habían conseguido tantos indiscutibles en un partido del Clásico de Otoño.
Además, en 45 viajes al plato, los visitantes solo fueron retirados dos veces por la vía de los strikes, por lo que se unieron a los Angels (2002), New York Giants (1912) y Philadelphia Athletics (1910) como los únicos equipos que han conectado 16 jits y han recibido dos ponches o menos en la historia de la Serie Mundial.
No obstante, entre todos los datos que dejó la ofensiva de Arizona este sábado hay uno que nos impresiona: materializaron tres sacrificios, algo tan inusual en el béisbol de Grandes Ligas en la actualidad que este año solo hubo un partido con tres toques, el pasado 6 de mayo. ¿Quiénes fueron los protagonistas? Obvio, los Diamondbacks.
Según Sarah Langs, Arizona es el primer equipo con un partido de tres sacrificios en Serie Mundial desde los Cardinals (2011), y también el primero con tres toques que se lleva una victoria en el Clásico de Otoño desde Oakland en 1974.
En el festival sobresalió Tommy Pham, quien se fue de 4-4 con par de dobles y dos anotadas. El patrullero, que llevaba de 29-3 en sus últimos partidos, fungió como bujía de los Diamondbacks y se convirtió en tan solo el cuarto jugador que logra cuatro imparables en igual cantidad de turnos durante un partido de Serie Mundial en el presente siglo. Los únicos que lo habían logrado antes eran Pablo Sandoval (Giants-2014), Matt Holliday (Cardinals-2007) y Tim Salmon (Angels-2002). Pham, además, igualó al estelar Albert Pujols como el jugador con más partidos (tres) de cuatro jits en postemporada.
La otra historia que nos llamó la atención fue la de Evan Longoria, quien volvió a remolcar una carrera en la Serie Mundial exactamente 15 años después de su última empujada en el Clásico de Otoño. En el 2008, su temporada de debut con Tampa, el antesalista disputó la final contra los Phillies y logró par de impulsadas.
Ha pasado mucho tiempo y hoy Longoria es el jugador más veterano de los D’backs. Quizás la mejor forma de palpar la diferencia es precisamente ver dónde estaban algunos de sus compañeros cuando él disputaba la Serie Mundial del 2008:
* Marte tenía 15 años y no había firmado su primer contrato profesional
* Corbin Carroll, Gabriel Moreno y Alek Thomas tenían ocho años, y Geraldo Perdomo tenía nueve. Estaban todos en la primaria
* Christian Walker tenía 17 años y ni siquiera había sido seleccionado en el Draft
* Tommy Pham tenía 20 años y luchaba en Clase A por ascender en la organización de los Cardinals
* Lourdes Gurriel Jr. tenía 15 años y no había debutado en la Serie Nacional cubana
No obstante, la juventud ha sido una de las armas más potentes de estos Diamondbacks. Por ejemplo, este sábado Gabriel Moreno abrió el marcador con su cuarto cuadrangular de la postemporada, igualando a Mike Zunino (2020), Salvador Pérez (2015), Jason Varitek (2003), Mike Piazza (2000) y Gene Tenace (1972) con la segunda mejor marca para un receptor en playoff, solo por detrás de Sandy Alomar (cinco en 1997).
Con este cuadrangular, Arizona suma ahora una docena de jonrones de sus jugadores de 23 años o menos, la mayor cantidad para cualquier equipo en la historia de la postemporada, según los datos de Sarah Langs.
El héroe
El voto unánime es para Merrill Kelly. No puede ser de otra manera después que el derecho completara siete entradas con una sola carrera en su cuenta, tres jits, nueve ponches y ningún boleto frente a la artillería de Texas, que ha sido implacable contra la mayoría de los rivales en la presente postemporada.
Kelly sacó todo su arsenal y se adueñó del montículo con una combinación de seis armas: cambio de velocidad, cutter, recta de cuatro costuras, sinker, slider y curva. Con todos ellos logró un total de 32 strikes (22 cantados y 10 abanicando).
El derecho volvió a lanzar una joya en el momento que su equipo lo necesitaba. Recordemos que en el sexto juego de la Serie de Campeonato, en un choque de vida o muerte, logró sumar cinco innings de una carrera para llevarse la victoria y séptimo encuentro frente a los Phillies. Ahora los D’backs perdieron el primer juego de la Serie Mundial y Kelly respondió con una de las mejores salidas en la historia de la franquicia en Series Mundiales.
Merrill se convirtió en el tercer lanzador de Arizona que logra lanzar al menos siete episodios admitiendo una carrera y tres jits como máximo en un choque del Clásico de Otoño. ¿Los otros dos que lo lograron? Pues dos leyendas de la postemporada: Curt Schilling (Juego 1 y 4 en 2001) y Randy Johnson (Juego 2 del 2001).
Por si fuera poco, Kelly se unió a los estelares Clayton Kershaw (Juego 1 en 2017) y Roger Clemens (Juego 2 en 2000) como los únicos lanzadores que han logrado retirar siete episodios con tres jits, nueve ponches, ningún boleto y una carrera o menos permitidas en la historia de las Series Mundiales.
“Simplemente mostró un excelente comando. Acertó en sus puntos toda la noche con sus cuatro lanzamientos. Él estaba encendido y es duro cuando está activo. Ha estado lanzando bien en la postemporada y lo acabó de demostrar contra nosotros” dijo el manager de Texas, Bruce Bochy, tras el partido.
Una de las claves de Kelly fue que no se metió en conteos, apoyado en su exquisito control (logró 22 strikes cantados). Desde 2018, año en el cual se coronó la era del bullpen, solo otros tres lanzadores han sumado 22 strikes cantados o más en un choque de Serie Mundial: Stephen Strasburg (22, Juego 6 de 2019), Rich Hill (22, Juego 4 de 2018), y Gerrit Cole (23, Juego 5 de 2019).
En general, comenzó con strikes a 14 de los 24 bateadores que enfrentó. Los derechos se fueron de 11-2 con tres ponches y un extrabase (jonrón de Mitch Garver), mientras los zurdos agonizaron de 13-1 con media docena de estrucados.
Después del quinto inning, cuando admitió el jonrón de Garver y un sencillo de Josh Jung, Kelly retiró a seis bateadores seguidos –cinco de ellos con ponches– para cerrar al séptimo episodio con 89 lanzamientos. A pesar de que en la parte baja del octavo el juego estaba 7-1 a favor de los D’backs, su manager (Torey Lovullo) le entregó el juego al bullpen.
“Lo miré de arriba a abajo y lo noté un poco fatigado. Tuvimos una conversación y estuvimos de acuerdo. Normalmente, tienes que decirle a Merrill por qué lo sacas y tienes que decirle lo que tienes en mente. Tenemos algunos tipos que necesitan algo de trabajo y él dijo que estaba de acuerdo con ser retirado” afirmó Lovullo cuando le cuestionaron por la salida de su abridor.
Lo peor
El pitcheo de Arizona logró lo que nadie en esta postemporada: permitir apenas una carrera ante la ofensiva de los Rangers. Además, toleraron solo cuatro jits, la menor cantidad del conjunto de Bochy en un encuentro de estos playoff.
El poco aporte de los primeros cuatro bateadores del lineup de los Rangers condujo a un mal día de la ofensiva. Marcus Semien, Corey Seager, Evan Carter y Adolis García se combinaron para pegar solo dos imparables (sencillos) en 14 veces al bate (.143), con seis ponches y un boleto. A eso le sumamos que el emergente Robbie Grossman (entró por Carter) se ponchó en su única oportunidad.
No obstante, del quinto al noveno puesto del orden tampoco carburaron: solo obtuvieron dos jits en 16 turnos (.125). En general, tres bateadores de los Rangers conectaron de jit y ninguno, se pudo embasar en más de una ocasión. La ofensiva fue tan pobre, que Texas solo tuvo una oportunidad para batear con corredores en posición anotadora y la desaprovecharon.
El villano
La tortura para los Rangers en el segundo juego de la Serie Mundial no se extendió demasiado, de hecho, el partido duró menos de tres horas (2:59) y fue el encuentro más rápido del Clásico de Otoño desde el 2017. Sin embargo, la noche se hizo eterna para los lanzadores de los Rangers, que quedaron muy lejos del rendimiento de choques anteriores.
Jordan Montgomery acusó en alguna medida su salida como relevista en el séptimo encuentro de la Serie de Campeonato contra Houston, pues vio como su velocidad descendió cerca de dos millas respecto a su promedio de la temporada. La principal consecuencia de este detalle fue que los Diamondbacks solo fallaron dos de los 37 swines que hicieron contra sus envíos.
No obstante, el zurdo se las arregló para mantener el choque con diferencia de una carrera hasta el quinto capítulo. Abriendo el sexto, Alek Thomas le pegó un doble y Evan Longoria consiguió jit que remolcó a Thomas y decretó la salida de Montgomery. Lo que vino después en el tercio conclusivo del encuentro fue una debacle en toda la regla: Andrew Heaney permitió un sencillo de dos anotaciones de Corbin Carroll, mientras Martín Pérez aceptó cohetes impulsores del propio Carroll, de Ketel Marte y de Emmmanuel Rivera.
Esta es la primera vez en la historia que los Texas Rangers permiten 16 imparables y 9 carreras en un partido de postemporada.
El dato
Ketel Marte ha jugado 18 partidos de postemporada y en cada uno de ellos ha pegado al menos un imparable, lo que representa la racha más larga en la historia de los playoff. Este sábado el dominicano extendió su cadena y dejó atrás a Manny Ramírez (2003-2004), Derek Jeter (1998-1999) y Hank Bauer (1956-1958), quienes compartían el récord de 17 choques en línea con jits en octubre.
La gran racha de Marte comenzó el 4 de octubre de 2017 en su primer turno de postemporada. Contra Jon Gray (Colorado), el quisqueyano pegó sencillo al derecho durante el duelo de comodines de la Liga Nacional. A partir de ahí, no ha fallado en su cita con el jit y ha inscrito su nombre en la lista de récords de los playoff.
Veamos algunas cifras destacadas de la racha de Ketel:
* Le ha pegado al menos un jit a 21 lanzadores diferentes
* Al que más ha castigado es Aaron Nola (tres jits)
* Ha conseguido 18 imparables bateando a la zurda y diez a la derecha
* Jugando de local ha conectado 12 imparables y como visitante tiene 16
* De sus 28 imparables, 12 han sido extrabases (seis dobles, tres triples y tres jonrones)