Frederich Cepeda está oficialmente fuera de la preselección cubana de béisbol y, por ende, del equipo de la Isla que buscará recuperar el trono continental en los inminentes Juegos Panamericanos de Lima.
El propio jugador lo confirmó en una extensa entrevista con la periodista Elsa Ramos, del periódico local Escambray, y también el mentor de la selección cubana, Rey Vicente Anglada, aseguró a Granma que excluir al espirituano ha sido “la decisión más difícil de mi vida, no solo como director, sino en toda mi carrera en la pelota”.
Pese a lo duro del momento, Cepeda no cerró las puertas al equipo Cuba y aseguró que lo más importante ahora es prepararse para la Serie Nacional y jugar béisbol.
“(Estar en el Cuba) no lo decido yo, sino el terreno y la vida. No estoy en el (equipo) que va a los Panamericanos, que me hubiese gustado porque fueran mis quintos Juegos. Pero no hay que hacer una novela de esto, es voltear la página”, puntualizó en una franca demostración de profesionalidad.
“Respeto todos los criterios, con los buenos trato de acogerlos con mucho cariño y con los malos trato de esforzarme más para sumar más seguidores a la lista de los positivos”, abundó.
No obstante, en su diálogo con Escambray Cepeda dijo estar sorprendido por la manera en que supo de su descarte, en el aeropuerto tras regresar de la gira por Canadá y Estados Unidos. El estelar slugger, aseguró que un directivo se le acercó cuando esperaban las maletas y le comunicó que no tenía que regresar a los entrenamientos y que había terminado su preparación para los Panamericanos
“Me sorprendió, te soy sincero, nos habían informado en Estados Unidos que cuando llegáramos a La Habana iban a decir los que continuaban en los entrenamientos para los Panamericanos y los que no estaban”, precisó el espirituano, uno de los mejores bateadores de la Isla en el presente siglo.
Cepeda no cuestionó los métodos de la dirección, tampoco exigió un encuentro para recibir explicaciones y reconoció que, si el medidor fue el rendimiento en Canadá y Estados Unidos, su salida del equipo es justa, pues estuvo mal.
“Cada colectivo de entrenadores cuando se reúne para tomar su decisión tiene su manera de proceder, se hacen análisis sobre qué atletas puede llevar o no para conformar un mejor equipo y esa fue la decisión que se tomó”, apuntó.
A pesar de su aparente conformidad, Cepeda reconoció que no tuvo las mismas oportunidades de preparación que el resto, pues lo convocaron tarde a los entrenamientos en La Habana y no lo tomaron en cuenta para la base de altura y el tope en México.
“Durante esos tres meses estuve aquí en Sancti Spíritus entrenando solo, sin jugar y esperando supuestamente ir a mi contrato a México, nunca tuve la seguridad de que iba a ir directamente a la Liga Can Am a jugar y que ahí sería mi decisión para estar en el equipo. Si se me hubieran dado un tratamiento diferente con respecto a esto estuviera más convencido de que podía estar con mejor rendimiento en esa Liga, personalmente no vi interés en todo este tiempo para que estuviera bien preparado para ir a los Panamericanos”, señaló.
Pese a este último reclamo, Cepeda mostró todo su respeto y cariño para con el mentor Rey Vicente Anglada, quien, a su vez, destacó en Granma que si ganan el oro panamericano y la clasificación olímpica habrá que darle a él esos títulos.
“El solo hecho de estar en la preparación aportó lo más importante: el ejemplo de un grande, que, con un esfuerzo sin límites y con mucha humildad, se entregó, y sé que lo seguirá haciendo, al equipo de todos, a Cuba”, expresó Anglada.
Para el manager, Cepeda dejó un último mensaje: “Las amistades, como la vida personal, no se divulgan, se llevan en el corazón. En los momentos más difíciles cuando se malinterpretaron cosas y no hice el “Cuba” y casi ni juego la Serie Nacional, de las tres o cuatro personas que conversaron conmigo para darme aliento estuvo él, me llamo por teléfono y me dijo: «para alante chama» y eso siempre lo voy a guardar como un buen recuerdo. No pierdo la esperanza de estar en la Premier 12, si soy capaz de ganármelo en el terreno, con disciplina, respeto, amor y dedicación a mi profesión y a los seguidores de este bonito deporte”.
En Cuba le a pasado a varios peloteros, cuando van terminando su carrera deportiva se olvidan de ellos, un caso es el del más grande Omar Linares..