Jorge Soler se ha metido en la cabeza que puede convertirse en el rey cubano de los jonrones durante una temporada en MLB… y está cerca de lograrlo. El poderoso patrullero antillano disparó el pasado jueves su cuadrangular 44 de la campaña y se colocó a solo tres de igualar el récord de Rafael Palmeiro.
Soler ha sido una de las sensaciones cubanas en 2019 y, aunque no estará en la postemporada –Kansas se encamina a su segunda contienda seguida con más de 100 derrotas–, quiere terminar a todo tren.
Su primera gesta del año fue pulverizar la marca de jonrones de los Reales, establecida hace dos años por Mike Moustakas (38). Después, para demostrar que su paso no era cosa de juegos, se convirtió en el cuarto cubano con una contienda de 40 vuelacercas o más, luego de Tany Pérez, José Canseco y Rafael Palmeiro.
Como detalle distintivo, solo Canseco logró alcanzar la barrera de los 40 estacazos más joven que Soler, quien tiene 27 años. El polémico slugger, recordado sobre todo en Oakland (ahí dio 254 de sus 462 cuadrangulares) llegó a dicha cifra con 24 años en 1988, su cuarta temporada en las Mayores.
Si vamos un poco más allá, Canseco también es el único de los cubanos que ha registrado 44 jonrones en una temporada más joven que Soler, quien acaba de rubricar la marca con 27 años y 198 días cumplidos. En 1991, Canseco lo hizo con 27 años y 90 días.
A Soler no le obsesionan los récords, de hecho, cuando pasó a Moustakas, asumió con naturalidad el hecho de que otro jugador, en el futuro, puede superar su récord en la organización.
No obstante, en su mente da vueltas la posibilidad de alcanzar los 47 estacazos de Palmeiro, quien fijó la primacía para cubanos en 1999 y la igualó después en el 2001, justo en el epílogo de su carrera, cuando ya había cumplido 35 años y se encontraba bajo sospecha por consumo de sustancias prohibidas.
La segunda temporada con más vuelacercas para un cubano la tiene Canseco (46 en 1998), con la particularidad de que también lo logró en la recta final de su trayectoria, con 34 abriles.
Tanto Palmeiro como Canseco sobrepasaron la barrera de los 40 cuadrangulares en varias oportunidades, siete veces para ser exactos, mientras Tany Pérez consiguió redondear esa cifra una vez, en 1970, cuando culminó tercero en la votación por el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.
Soler está inmerso en su primera gran campaña jonronera en las Mayores. Antes, pese a sus tremendas condiciones, no había logrado superar la docena de batazos de vuelta completa, en gran medida por períodos de lesiones y porque no contaba con la misma estabilidad en su juego.
El 2019 ha sido su temporada de explosión con los Reales, logrando sus mejores totales en anotadas (84), jits (137), dobles (28), vuelacercas (44), impulsadas (107) y boletos (66), aunque también ha alcanzado una cifra máxima de 163 ponches.
La línea de jonrones
Si tomamos todas las temporadas de cubanos con más 40 vuelacercas, nos percataremos de que Soler ostenta la segunda mejor frecuencia, solo superado por el rendimiento de Palmeiro en 1999.
En aquella campaña, el inicialista pegó un cuadrangular cada 12.02 turnos oficiales (47 en 565), mientras el portentoso chico de Melena del Sur ahora anda con uno cada 12.20 (44 en 537). Este performance mejora con creces el 12.76 (47 en 600) del propio Palmeiro en el 2001, así como el 12.67 (46 en 583) y el 13.00 (44 en 572) de Canseco en 1998 y 1991, respectivamente.
Soler también ha dejado atrás la frecuencia (14.67) de Tany Pérez en 1970, cuando despachó 40 pelotas más allá de los límites en 587 turnos oficiales. Igualmente, supera sin dificultad a los jonroneros cubanos de la actualidad –dígase José Abreu, Kendrys Morales y Yoennis Céspedes–, quienes nunca han bajado de 15.00.
El único que se va por delante de Soler, aunque con una muestra más pequeña, es el fenómeno Yordan Álvarez, quien suma 24 estacazos de vuelta completa en 273 turnos, para una frecuencia de 11.37, al nivel del récord histórico de Babe Ruth (un jonrón cada 11.76 turnos en 22 temporadas).
En un paseo por los jonrones de Soler, encontramos que ha pegado con fuerza en valla ajena, pues suma 26 bombazos lejos del Kauffman Stadium, el cuartel general de los Reales, donde se ha llevado las cercas en 18 oportunidades.
De los estadios rivales, el Comerica Park (Tigres de Detroit) y el U.S. Cellular Field (Medias Blancas de Chicago) han visto desatada la furia del cubano, quien ha pegado seis y cuatro jonrones, respectivamente, en dichos recintos.
El chico ha sido muy consistente, pues pegó 23 cuadrangulares antes del Juego de las Estrellas, y luego de la pausa ya anda por 21. Además, ha dado al menos seis vuelacercas en cada mes de la temporada –salvo por tres partidos en marzo–, con un pico de diez en agosto.
En total, le ha desaparecido al menos una pelota a 16 equipos, aunque su víctima favorita es Detroit. Con los Tigres se ha enseñado en serio, pues además de botarla diez veces contra sus serpentineros, les ha remolcado 26 carreras, con línea de .408/.469/.944.
En cuanto a rivales individuales, 36 lanzadores han visto como el poder del cubano destruye sus pitcheos, incluidos algunas de notable nivel como Domingo Germán, Mike Minor, Jake Arrieta, Michael Wacha, Jake Odorizzi, Trevor Bauer, Jordan Zimmerman y Lucas Giolito.
No obstante, a quienes más le ha pegado ha sido a Daniel Norris (Detroit) y a Reynaldo López (Medias Blancas), cada uno víctima de tres jonrones.
Todavía a Soler le queda margen para incrementar sus totales en duelos ante Houston, Oakland, Minnesota y Atlanta, elencos a los que le ha conectado cinco cuadrangulares en la temporada. Los Bravos, por ejemplo, ni siquiera han sentido su poder, mientras a los Astros y a los Atléticos solo les ha pegado un vuelacercas.