Los nombres de José Abreu, Yordan Álvarez, Yulieski Gurriel, Randy Arozarena, Aroldis Chapman o Raisel Iglesias acaparan la atención de los fanáticos cubanos que siguen las Grandes Ligas, aunque últimamente también ha crecido el interés por otros jugadores que, si bien no nacieron o no crecieron en la Isla, tienen raíces antillanas.
Tal es el caso de Néstor Cortés Jr., Alek Manoah, Nolan Arenado, Carlos Rodón o J.D. Martínez, cubanoamericanos que han saltado al estrellato de MLB y no han renegado nunca de sus vínculos con la nación caribeña.
De todos ellos, Arenado es el más mediático. Su padre es cubano, ha posado con la bandera de la estrella solitaria y hasta estuvo en la Isla de visita, reconectando con sus raíces. Miembro de los Cardinals, el antesalista se ha consolidado como uno de los mejores peloteros de las Mayores tras ganar nueve Guantes de Oro en sus primeras nueve campañas en el negocio.
Más allá de su estelar rendimiento en tercera base, refrendado también por cinco Guantes de Platino (premio que se entrega al mejor jugador defensivo de cada Liga), con el bate ha sido igualmente un crack. Para tener una idea de su impacto ofensivo, desde el 2015, cuando explotó definitivamente, nadie en MLB lo supera en jonrones (269), impulsadas (842) y extrabases (564).
Aunque ha tenido un lento inicio en el mes de septiembre (sin cuadrangulares y solo un remolque en ocho partidos y 31 viajes al plato), Arenado va camino a su séptima campaña de 30 vuelacercas y 100 empujadas. En la historia de Grandes Ligas, solo diez jugadores han logrado tantas temporadas con ese rendimiento antes de cumplir los 32 años:
* Alex Rodríguez (11), Jimmie Foxx (11), Albert Pujols (10), Miguel Cabrera (9), Mark Teixeira (8), Vladimir Guerrero (8), Manny Ramírez (8), Albert Belle (7), Juan Igor González (7) y Lou Gehrig (7)
En esa lista hay tres miembros del Salón de la Fama (Foxx, Guerrero y Gehrig), dos potenciales inmortales (Pujols y Cabrera) y varios con méritos deportivos para llegar a Cooperstown, pero manchados por su vinculación a los escándalos de consumo de sustancias para mejorar el rendimiento (Rodríguez, Ramírez, Belle y Juan Igor).
Además de Arenado, otro cubanoamericano que también ha dado que hablar por su producción con el madero es Julio Daniel Martínez, quien hace solo unas horas llegó a 1500 jits en Grandes Ligas. J.D., como se le conoce al recio toletero de los Red Sox, y comenzó su carrera en el 2011 con Houston, aunque ha sido en Detroit, Arizona y Boston donde realmente ha demostrado su poder.
Hijo de cubanos inmigrantes, Martínez es un claro ejemplo de superación. En el 2014 fue despedido y su futuro era una total incertidumbre, pero nunca se rindió. Pronto firmó con los Tigers, perfeccionó su swing y comenzó una fase de crecimiento progresivo que tuvo su primer pico en el 2015, cuando pegó 38 jonrones, remolcó 102 anotaciones, fue llamado al Juego de Estrellas y ganó el Bate de Plata. Había pasado poco más de un año desde que fuera dejado en libertad por los Astros…
De ahí en adelante, J.D. ha sido un bateador muy consistente. En el 2017 conectó 45 cuadrangulares, el tope de su carrera, y en la temporada siguiente impuso récord personal de 130 empujadas, líder absoluto de las Mayores. Para mayor satisfacción, en ese mismo 2018 ganó la Serie Mundial con los Red Sox y quedó en el Top-5 de las votaciones por el premio de Jugador Más Valioso en la Liga Americana.
Ahora J.D. ha llegado a 1500 imparables en MLB, luego de conectar un sencillo al derecho frente a Austin Voth (Baltimore) en el Camden Yards. En ese mismo partido sumó otro indiscutible y llegó a 118 contra los Orioles, el equipo al que más ha castigado en su carrera, por delante de los Yankees (109), Tampa (103), los White Sox (98), Kansas (95), Toronto (95) y Cleveland (93).
Además de Voth, Martínez castigó este viernes en la noche al novato Bryan Baker y ahora le ha pegado al menos un jit a 670 lanzadores diferentes en Grandes Ligas. En este sentido, su víctima preferida es Ryan Yarbrough, a quien le ha dado 14 imparables, seguido por Alex Cobb (12), James Shields (11) y Ricky Nolasco (11).
La línea destacada de los cubanoamericanos se refleja también en los montículos de MLB. Alek Manoah, criado en Homestead por su madre de raíces cubanas, es un claro ejemplo y así lo viene demostrando durante la presente temporada en Toronto, con quienes ha conseguido 14 victorias (segundo de la Liga Americana) y su efectividad es de 2.42 (cuarto).
El gigante de los Blue Jays ha cumplido con las expectativas que se generaron tras su excelente debut en el 2021 y podría estar en camino de completar una temporada histórica para su franquicia. A Manoah le restan al menos cinco aperturas más en este 2022, en las cuales podría llegar a 200 entradas y 200 ponches, algo que solo tres lanzadores (Roger Clemens, Roy Halladay y A.J. Burnett) de Toronto han logrado y que no sucede desde el 2009.
Suponiendo que Alek llegue a 200 innings de labor, propine 200 ponches y consiga mantener el dominio sobre sus rivales con una efectividad inferior a 3.00, sería el primer lanzador de los Blue Jays menor de 30 años con esos números.
De momento, el cubanoamericano conserva su paso arrollador. Esta semana lanzó ocho episodios a ritmo de tres jits y una carrera permitida frente a Baltimore en el Camden Yards, con lo cual mejoró sus ya imponentes estadísticas lanzando como visitante.
Para ilustrarlo en toda su dimensión, tenemos dos datos de impacto:
1. En la historia de los Blue Jays, solo cuatro lanzadores han logrado efectividad inferior a 3.00 en sus primeras 26 aperturas como visitantes:
* Juan Guzmán (2.34)
* Roger Clemens (2.71)
* Alek Manoah (2.93)
* Aaron Sánchez (2.94)
2. En la historia de los Blue Jays, solo tres lanzadores han logrado al menos 155 ponches en sus primeras 26 aperturas como visitantes:
* Roger Clemens (213)
* Brandon Morrow (172)
* Alek Manoah (157)
Esas son evidencias suficientes para afirmar que estamos frente a un lanzador que puede marcar una época en la franquicia canadiense y en los libros de récords de los serpentineros cubanoamericanos que han pasado por Grandes Ligas.
Otro tirador que pudiera estar en el mismo camino es Carlos Rodón, quien suma una docena de triunfos y efectividad de 2.93 en 28 salidas en el 2022. Hace solo unas horas, el zurdo se convirtió en el lanzador de los San Francisco Giants con más partidos de al menos diez ponches en una temporada.
Aunque cargó con la derrota, Rodón –de padres cubanos– retiró a 11 bateadores de los Chicago Cubs por la vía de los strikes y acumuló su décimo choque con al menos diez estrucados en la presente campaña, y el cuarto en sus últimas cinco aperturas.
El zurdo rompió un viejo récord de los Giants, que no tenía ningún hombre con tantos choques de diez ponches desde el 2009, cuando Tim Lincecum facturó nueve salidas de estas características. El eléctrico derecho, que ese año ganó el “Cy Young”, igualó la marca que había impuesto Jason Schmidt en el 2004.
Por el gran rendimiento de todos estos cubanoamericanos habrá que seguirlos de cerca en la recta final de una campaña en la que algunos de ellos también serán protagonistas en la postemporada.