En el año 2015, una herramienta automatizada de alta velocidad y precisión llegó para revolucionar el béisbol. StatCast cambió totalmente la perspectiva de los análisis sobre los movimientos y las habilidades de los peloteros en los terrenos de las Ligas Mayores. El incremento del uso de la tecnología y la revolución de datos en las oficinas de los equipos sometió al deporte de las bolas y los strikes a transformaciones profundas.
En estos últimos ocho años hemos pasado por la era de los jonrones, la de las formaciones especiales a la defensa (Shifts) o la del bullpen. Si queremos resumirlas todas, digamos que hemos vivido en la era de la analítica. Esto ha provocado modificaciones de reglas en un deporte forzado a evolucionar.
Para el 2023, por ejemplo, MLB dio luz verde a varios cambios enfocados en la necesidad de dinamizar el ritmo de juego. Luego de realizar continuas pruebas en las Ligas Menores, dieron entrada definitiva al reloj de picheo. También aumentaron el tamaño de las bases y restringieron las formaciones especiales a la defensa.
Rob Manfred, comisionado de MLB, sabía desde hace un tiempo que el béisbol necesitaba un cambio. No solo porque los niveles de asistencia han caído sucesivamente en las últimas temporadas, sino también porque se estaba perdiendo una base importante de los fanáticos jóvenes.
Si bien la relación de Manfred con los jugadores no ha sido buena, como expresó unas horas después de que se firmara el vigente Acuerdo de Negociación Colectiva, hay que reconocer que el hombre defiende muy bien los intereses de las organizaciones. Cobra muy bien por hacerlo: 17.5 millones de dólares al año.
Por tanto, si este es el negocio de los 30 equipos, la primera persona que debe defenderlo y mejorarlo es Rob.
No creo que alguien que lleve los hilos de un negocio que genera 10.3 billones de dólares anuales haga cambios para empeorar lo que está ofreciendo. Que a usted o a mí no nos gusten es otra cosa, pero en el caso que nos ocupa no creo que los nuevos ajustes implementados vayan a empeorar este juego que tanto amamos.
Precisamente, en el análisis de hoy veremos cómo han repercutido las nuevas reglas de MLB en la presente contienda. Pero, antes de comenzar, es importante entender que solo hemos consumido poco más de un mes de la temporada, por lo que algunas cosas pueden cambiar desde ahora hasta el final de la campaña en octubre.
Este es un detalle que no debemos olvidar, aunque en realidad no creo que tengamos grandes variaciones, porque no las hubo en los períodos de prueba en las Ligas Menores o durante los entrenamientos de primavera. Hasta ahora, solo hemos visto un descenso de 20 puntos en el promedio de bolas puestas en juego (BABIP), algo normal, porque la calidad de los lanzadores es superior en MLB.
Liga | Tiempo promedio | BABIP | Robos por juego |
Doble-A | 2:40h | .311 | 1.4 |
MLB | 2:39h | .298 | 1.8 |
Spring Trainning | 2:37h | .318 | 1.5 |
El temporizador de picheo
Comenzamos nuestro análisis en profundidad del impacto de las nuevas reglas con mi novedad favorita: el temporizador de picheo. Claramente, va enfocada a acelerar el ritmo de juego. La fórmula es sencilla: para los serpentineros hay un cronómetro de 15 segundos entre lanzamientos con las bases limpias y uno de 20 segundos con corredores en circulación. Entre un bateador y otro hay un margen 30 segundos.
Como era de suponer, el impacto de esta regla ha sido inmediato, y no solo en Grandes Ligas. En Triple-A, durante la campaña de 2022, el temporizador ayudó a reducir el tiempo promedio de los juegos en 25 minutos y lo mismo sucedió en los entrenamientos de primavera de este curso.
Si revisamos las estadísticas en MLB después de la jornada del 7 de mayo (el pasado domingo) el tiempo de juego se había reducido de 3:03 horas en 2022 a 2:39 este año. Eso representa una disminución de 24 minutos. El tiempo promedio no se bajaba de las 2:40 horas desde la temporada de 1984 (fue de 2:39). Según los historiadores de MLB, la mejor época en este sentido fue en la década del 80 del siglo pasado.
Uno de los objetivos de Manfred se logró, aunque a varios lanzadores —especialmente aquellos que pasaron la curva de los 30— les está costando más recuperarse entre envíos, sin obviar que también están sometidos a la tensión de las continuas revisiones de los árbitros para investigar si usan sustancias prohibidas que mejoren el agarre de la bola.
Estos factores han incidido en el rendimiento de los tiradores de 36 años o más, tal cual se prueba en la siguiente tabla comparando los parámetros de promedio de carreras limpias (PCL), promedio de corredores embasados por entrada (WHIP) y tasa de boletos por cada 9 innings (BB/9) entre el 2022 y lo que llevamos de 2023.
Temporada | PCL | WHIP | BB/9 |
2023 | 4.92 | 1.35 | 2.94 |
2022 | 3.53 | 1.17 | 2.18 |
La regla del temporizador tiene un inciso que da cierta libertad a los lanzadores, quienes tienen “la capacidad de reiniciar el cronómetro bajando del montículo”. No obstante, para evitar abusos en ese sentido, “los lanzadores están limitados a dos de estos intentos de pickoff o viraje a las bases por aparición en el plato. Si un corredor avanza durante la aparición en el plato, el límite se restablece. El lanzador puede virarse una tercera vez pero si logra un out el corredor avanza una base”.
También era previsible que este límite de virajes ayudara a la aceleración de los juegos, pero igualmente ha provocado el aumento del ataque terrestre. Lo veremos a continuación.
Las bases más grandes
La matemática del nuevo tamaño de las bases en los diamantes de MLB es bastante sencilla. Las almohadillas de primera, segunda y tercera han aumentado 3 pulgadas (de 15 a 18 pulgadas), mientras el home permanece sin cambios. Con estas modificaciones, la distancia entre el plato y la inicial se ha reducido en 3 pulgadas; lo mismo que de la antesala a la goma. Por otra parte, la distancia de primera a segunda y de segunda a tercera se ha reducido en 4.5 pulgadas.
Ante este escenario, los jugadores no se lo están pensando mucho para salir al robo. Hasta ahora, el porcentaje de intentos de estafas por juego aumentó de 1.4 en 2022 a 1.8 en la actual temporada, mientras la tasa de éxito también se elevó del 75 % al 79 %). Pero observemos este último detalle con más detenimiento:
Tasa de éxito cuando se roba tercera base
2023: 85 %
2022: 71 %
Tasa de éxito cuando se roba segunda base:
2022: 68%
2023: 72%
Esto nos hace pensar que el ataque terrestre cobrará mucha mayor importancia a partir de ahora, por lo que la defensa deberá estar más enfocada en restringir los robos, algo que no depende solo de lanzadores y receptores, sino del trabajo en equipo y de la medición de múltiples factores: los tiempos de reacción y tiro, velocidad y ubicación de los picheos, y distancia recorrida y por recorrer de los corredores cuando el receptor recibe la bola.
Restricciones de las formaciones especiales a la defensa
Los tiempos de las extravagantes formaciones especiales (Shifts) con todos los defensores en una misma zona del diamante han terminado. De acuerdo con lo establecido en la nueva regla de MLB, los jugadores de cuadro deben colocarse en una alineación más tradicional: un mínimo de 4 hombres en el infield, con al menos 2 ubicados a cada lado de la segunda base.
Sobre esta regla, es válido aclarar que MLB no prohíbe el shift totalmente, pues todavía se puede cambiar a los jardineros, incluso, poner a uno de ellos en el infield (acá puede verlo). Eso sería un riesgo, pero como dijo Alex Cora en la primavera, “se debe hacer con los bateadores correctos y en las situaciones adecuadas”.
La eliminación del shift no ha logrado un gran cambio, como tampoco se notó en Ligas Menores. Si nos guiamos por los resultados estadísticos, no existe mucha variación: el promedio de bateo solo subió 5 puntos (de .243 a .248), y para los zurdos (los más afectados en la revolución del shifts) ha mejorado de .283 a .294, pero recordemos que en 2019 estaba en .297, así que no es algo tan llamativo.
Quizás se nota una mejoría cuando filtramos resultados específicos de average ofensivo en rodados por el centro del terreno, que este año ha aumentado 10 puntos hasta .247, el más alto desde 2016. En cuanto al promedio de bateo y el promedio de las bolas puestas en juego de los zurdos en conexiones de rollings y líneas hacia el centro del terreno y hacia sus manos, este año son de.354 y .349, respectivamente, los indicadores más altos desde 2017.
Es algo alentador para los bateadores zurdos, que el año pasado registraron .320 de average y .325 de BABIP, lo más bajo en una temporada desde 2008 (año que comenzó el seguimiento de cada lanzamiento). Claro, ellos eran mucho más perseguidos en formaciones especiales a la defensa que los derechos. Lo demuestra la siguiente tabla, en la que se recogen los porcentajes de shifts por comparecencias contra derechos y zurdos desde 2018 hasta 2022, excluyendo la temporada acortada por la pandemia en 2020.
Temporada | % de Shifts vs. derechos | % de Shifts vs. zurdos |
2022 | 19.5 | 55 |
2021 | 16.2 | 52.6 |
2019 | 14.3 | 41.9 |
2018 | 8.9 | 29.6 |
Al margen de este detalle, no hay cambios abruptos por la reducción de los shifts, salvo por el hecho que ya mencionábamos de la mejoría de los zurdos y las similitudes de su rendimiento en comparación con los derechos.
Colectivamente, los bateadores derechos están registrando un promedio de .250 y un BABIP de .300, mientras los zurdos están en .244 y .294, respectivamente. Esto nos da una diferencia de seis puntos porcentuales en ambos departamentos, inferior a la de 11 puntos para el average (247/236) y 12 para el BABIP (.295/.283) que se estamparon estos bateadores en 2022.
Solo se ha jugado un 20 % de la temporada y las cosas pueden cambiar de ahora en adelante, aunque, como escribimos anteriormente, no creemos que hayan transformaciones tan grandes. De cualquier manera, vale la pena seguir de cerca el fenómeno. Por ahora, las nuevas reglas nos están dejando una mejor versión del béisbol, con juegos más rápidos y más acción debido al aumento del ataque terrestre. Si a esto le agregamos que hay un calendario más equilibrado, el panorama se ve mejor.
Rob Manfred no será el comisionado que todos quisieran, tampoco es del agrado de muchos jugadores, pero que eso no nos ciegue. Él ha estudiado estos cambios de reglas por más de dos años y solo los implementó en Grandes Ligas después de ver las buenas transformaciones que dejaron en otros circuitos de prueba. De esta manera, estamos entrando en una nueva era para el béisbol ¿A usted le gusta? Personalmente, me encanta.