En el 2000 se realizó la primera Serie del Caribe con dos sedes (Maracaibo y Valencia). Hemos tenido que esperar 17 años para ver otro clásico de la región en dos plazas diferentes. En esta ocasión cambiaron las ciudades (Caracas y La Guaira), pero el país es el mismo.
Casi una década después, el prestigioso evento ha regresado a la tierra de las arepas y el Maltín Polar: Venezuela.
La Confederación de Béisbol Profesional del Caribe ha aprovechado la ocasión para reunir a ocho conjuntos por primera vez en la competición, que se desarrolla desde la pasada semana en dos estadios muy modernos: el Fórum de la Guaria, inaugurado a finales del 2020, y la Rinconada, que ha escuchado por primera vez la voz de ¡Play Ball! durante la presente edición del tradicional certamen caribeño.
Por otra parte, “Gran Carcacas 2023” cuenta con tres de los cinco conjuntos que más participaciones han tenido en Series del Caribe: los Tigres del Licey (República Dominicana), los Indios de Mayagüez (Puerto Rico) y los Leones del Caracas (Venezuela). Entre ellos suman 14 títulos y 154 triunfos ¡Mucha historia!
Sin dudas, la expansión marcada y el cartel de estos tres grandes ha generado muchas expectativas, lo cual se ha visto particularmente reflejado en los partidos de Venezuela y Cuba, por lo general con mucho público en las gradas.
No obstante, un torneo de tamaña envergadura asume riesgos considerables, como le comentó a OnCuba Ramón Ruiz, presidente de la marca de la Confederación del Caribe: “Está Serie marcará el destino de las siguientes, si es rentable, esperamos seguir teniendo torneos con más países invitados”.
De momento, ya sabemos que en Miami 2024 bajará la cifra hasta seis o siete concursantes, con los cuatro miembros fijos (Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México) y algunos invitados por definir. Pero queda mucho camino por delante para pensar en la cita del próximo año, por lo que nos centramos ahora en analizar lo que ha sucedido en la presente edición en los diamantes venezolanos.
Se cumplen las expectativas con Cuba
Después de cinco jornadas, los Agricultores están cumpliendo con mi expectativa y pronóstico. Con un balance de cuatro derrotas y una sola victoria, OPS de .521 y una efectividad de 6.75, va siendo el peor conjunto de la Serie.
La única victoria de Cuba hasta ahora fue en el partido de apertura contra Curazao. Al menos, después que terminó ese partido me quedé satisfecho. ¡Ganamos, aunque sea un juego! De igual manera, creo que se pudo jugar mejor los choques contra Dominicana, México o Colombia, pero la asignatura pendiente salió a relucir: la débil ofensiva. Tras cinco jornadas, los Agricultores tienen el peor promedio de embasado (.261) del torneo y son penúltimos en slugging (.260), solo por detrás de Curazao (.241).
No obstante, se puede rescatar como punto positivo el desempeño ofensivo de Yuniesky Larduet, Yosvani Alarcón, Guillermo Áviles y Andrés de La Cruz, este último líder empujador del equipo.
En cuanto al pitcheo, esperábamos un manejo del bullpen antiguo y así ha sido. Carlos Martí ha usado a sus relevistas por más de tres entradas y los ha dejado lanzar más de 50 pitcheos, pero ninguno explotó en el trayecto, al no ser en la derrota contra Venezuela (20-3).
La falta de calidad se ha notado más en el pitcheo abridor. César García es el único que logró pasar del tercer inning (7.0 entradas y una carrera permitida vs. Curazao). Sin embargo, del resto de los abridores, dos no pasaron de la primera entrada, uno se fue a duchar en la tercera y otro en la cuarta. En resumen, solo uno de cinco ha pasado del quinto.
Cuando ponemos todo esto en la balanza nos encontramos con el peor diferencial de carreras (-18) de todo el torneo. No se podía esperar mucho más de un conjunto formado por figuras de la Liga Élite. Si bien comparto la idea de que llevar la mayor parte del roster ganador del torneo doméstico, no dejo de reconocer que la ausencia de refuerzos disminuyó completamente la posibilidad de competir y ofrecer una mejor imagen.
El resto de los concursantes añadieron nuevas piezas a sus equipos, rompiendo el modus operandi de años anteriores. Por ejemplo, un colega de la prensa mexicana, Fernando Ballesteros, publicó una columna criticando el roster de los Cañeros de Los Mochis. Los campeones de la Liga Arco se reforzaron con 18 jugadores. De igual manera, los Tigres, Indios y los Leones llamaron a más de 10 jugadores, mientras los Vaqueros de Montería buscaron ocho. Solo los Federales de Chiriquí llevaron tan pocos refuerzos (cuatro) como Cuba.
Dentro del equipo cubano, solo tres peloteros tenían cierta experiencia profesional: Raico Santos, Guillermo Avilés y Rafael Viñales, aunque los dos últimos no han jugado mucho internacionalmente. Al margen de esto, siempre preocupó la falta de bateadores de fuerza de los Agricultores, un elenco que lideró la temporada regular de la Liga Élite en anotadas, OPS, promedio ofensivo y slugging.
En cuanto al pitcheo, había muy poco para destacar. Me hubiese gustado que llevaran a dos lanzadores más, principalmente, experimentados como Freddy Asiel o Dariel Góngora. De igual manera, se vislumbraban lagunas fatales en un staff que generaba muy pocos swines al aire, tal cual reflejaba el hecho de que ningún lanzador calificado en la pasada liga Élite tuvo más ponches que innings trabajados.
Con ese conjunto, no se puede aspirar a competir. Si comparamos la actual selección cubana con las que llevamos a otras Series del Caribe desde el 2014 hasta la fecha, podemos afirmar que esta puede ser la de más bajo nivel, tal cual lo reflejan los números.
Pitcheo cubano en Series del Caribe:
2014: Efectividad (6.62)/Promedio oponente (.291)/34 innings lanzados
2015: Efectividad (3.40)/Promedio oponente (.242)/53 innings lanzados
2016: Efectividad (6.40)/Promedio oponente (.272)/45 innings lanzados
2017: Efectividad (1.67)/Promedio oponente (.256)/43.2 innings lanzados
2018: Efectividad (4.91)/Promedio oponente (.282)/44 innings lanzados
2019: Efectividad (1.40)/Promedio oponente (.209)/45 innings lanzados
2023: Efectividad (6.75)/Promedio oponente (.321)/44 innings lanzados
Al menos en tres de esas seis ediciones lanzamos para una efectividad colectiva menor a 3.50. No obstante, en esta ocasión no tenemos mejor staff de lanzadores que en esos años.
Ofensiva cubana en Series del Caribe:
2014: Promedio de bateo (.242)/Slugging (.356)/Carreras (13)
2015: Promedio de bateo (.275)/Slugging (.362)/Carreras (18)
2016: Promedio de bateo (.203)/Slugging (.243)/Carreras (16)
2017: Promedio de bateo (.251)/Slugging (.383)/Carreras (17)
2018: Promedio de bateo (.291)/Slugging (.424)/Carreras (22)
2019: Promedio de bateo (.195)/Slugging (.244)/Carreras (5)
2023: Promedio de bateo (.213)/Slugging (.260)/Carreras (16)
En algunos eventos hemos lucido bien en el pitcheo, pero el bateo ha sido una asignatura pendiente. Solo una vez se tuvo un slugging sobre .400 y un promedio superior a .290 y fue en el paraíso de los bateadores, el estadio de los Charros en el 2018. En el 2019, llegamos a la final del evento con un average de .195 y con cinco carreras anotadas, panorama que no se debe repetir en Caracas.
Como dicta el dicho “no puedes correr si no caminas”. No debemos culpar a los peloteros o al manager por lo que está sucediendo; los responsables son quienes organizan nuestras ligas, aquellos que no acaban de dar los pasos decisivos para profesionalizar los torneos domésticos y buscar competir con el nivel del resto de los circuitos del Caribe.
Si no comenzamos por eso, pasaremos 20 años más con estos resultados. Lo peor es que aún tenemos que oír que nuestro béisbol es uno de los mejores del mundo.