La poderosa y variada ofensiva de las Medias Rojas de Boston, conjugada con la astucia del manager Alex Cora, dieron al conjunto de la Liga Americana la primera victoria en la Serie Mundial sobre los Dodgers de Los Ángeles.
Lo que se preveía como un duelo estelar entre Chris Sale y Clayton Kershaw, probablemente los dos mejores lanzadores zurdos de MLB en los últimos años, terminó siendo una partida de ajedrez, en la cual los mentores pusieron sus cartas sobre la mesa y venció el que más tacto tuvo para manejar las situaciones del partido.
Ese triunfador fue Alex Cora, quien dio un verdadero repaso a Dave Roberts en el manejo de los bateadores emergentes y del bullpen, parcelas en las que se definió el encuentro, ganado 8-4 por Boston.
Las Medias Rojas atacaron desde temprano con sendos remolques de Andrew Benintendi y J.D Martínez, aunque los Dodgers regresaron rápido gracias a cuadrangular de Matt Kemp y sencillo impulsor de Manny Machado, quien produjo tres careras en el duelo.
Este despliegue prematuro dejó claro que no era la noche de Sale o Kershaw, quienes ya estaban en las duchas en la mitad del encuentro. Y justo la salida de los abridores condicionó el desenlace final, pues la entrada en escena de los relevistas forzó diversos movimientos ofensivos cruciales.
Roberts, por ejemplo, colocó una alineación titular sin zurdos para medirse a Sale, pero tan pronto salió el as de las Medias Rojas, mandó al rectángulo ofensivo a la artillería de la llamada mano equivocada, ya en el diamante antes de entrar al último tercio.
Paulatinamente aparecieron Joc Pederson, Yasmani Grandal, Cody Bellinger y Max Muncy, cuyo impacto no fue el esperado contra los relevistas de Boston. Cora jugó muy bien con la desesperación de Roberts, a pesar de que no tenía una ventaja significativa en la pizarra.
Lo primero fue con su bullpen, plagado de derechos casi en su totalidad, el cual estuvo implacable con solo tres sencillos y una limpia permitida en cinco entradas. Además, el timonel de las Medias Rojas estudió muy bien cuál era el bateador más adecuado para cada situación.
Con ventaja mínima en el quinto, Cora confío en el debutante en Series Mundiales, Rafael Devers, quien respondió con sencillo impulsor al derecho. Más adelante, en el séptimo, el capataz sacó al propio Devers y dio vía libre a Eduardo Núñez, autor de un jonrón de tres carreras lapidario.
El propio Devers reconoció que no tenía ningún resentimiento por haber sido sustituido en el séptimo capítulo. “Núñez es latino, somos compañeros, me dice las cosas como son, me comenta sus experiencias”, señaló el joven antesalista, quien a la medianoche comenzó los festejos por su cumpleaños 22.
Ese séptimo episodio fue particularmente fatal para los Dodgers. Primero, abriendo la entrada, Joc Pederson dudó en su corrido y no pudo capturar un elevado inofensivo de Benintendi que se convirtió en doble tras pegarle en el guante.
Después, Cora salió airoso en la guerra estratégica contra Roberts. Con dos corredores en circulación sin outs, el capataz de Los Ángeles le entregó la bola a Pedro Baez, quien ponchó a dos bateadores.
Sin embargo, Roberts decidió quitarlo para colocar al zurdo Alex Wood contra Rafael Devers, quien también empuña a la zurda. Cora respondió a ese movimiento con el mencionado cambio de Núñez, héroe de la noche junto a Benintendi (5-4, tres anotadas y una impulsada).
“Lo mejor que tiene el equipo es que nunca se sabe quién va a ser el héroe. Puede ser uno hoy y otro mañana”, señaló el receptor Sandy León. “El bullpen ha hecho el trabajo todos los juegos, tanto contra los Yankees como contra Houston, y esperamos que siga igual ahora. El siguiente partido debemos salir a pelearlo como hoy”, añadió.
Aunque estamos en la Serie Mundial y no hay ni pistas de los Yankees de Nueva York a esta altura del campeonato, los fanáticos de las Medias Rojas demostraron que la rivalidad con los Mulos trasciende cualquier frontera.
A la altura del octavo capítulo, el Fenway Park comenzó a gritar “¡Yankees sucks!” (Yankees apestan), coros que se combinaron con los “MVP” dedicados a Mookie Betts.
Por los Dodgers, el cubano Yasiel Puig se fue en blanco en tres turnos y recibió un boleto. Además, cometió un error mental en el primer episodio cuando realizó un innecesario tiro a home para intentar sacar out a Betts. Esa jugada permitió el avance a segunda de Benintendi, quien después anotó por cohete de J.D. Martínez.
Boston abre con una importante victoria, lo cual es sinónimo de victoria en la Serie Mundial, pues el 62,5 % de los ganadores del primer juego del Clásico de Otoño han terminado campeones.
Este miércoles será el segundo encuentro del duelo por la corona, en el cual habrá otro duelo de zurdos entre el coreano Hyun-Jin Ryu (Dodgers) y David Price (Medias Rojas).