Con presencia cubana en sus filas, las Águilas Cibaeñas consiguieron una remontada espectacular contra los Gigantes del Cibao en la final del béisbol invernal de República Dominicana, e igualaron a los Tigres del Licey como las organizaciones con más títulos (22) en el prestigioso circuito profesional quisqueyano.
Los aguiluchos comenzaron la final con dos derrotas, ganaron el tercer partido, pero volvieron a caer en el cuarto duelo y quedaron al borde del abismo, obligados a ganar tres juegos en línea para escalar a lo más alto del podio. Eso solo había sucedido una vez en la historia del béisbol invernal en República Dominicana, hace 33 años, cuando los Leones del Escogido borraron un déficit similar ante las Estrellas Orientales.
La película se repitió en esta atípica temporada, sin público en las gradas por la pandemia del coronavirus, aunque con los tradicionales niveles de rivalidad entre los contrarios, rasgo distintivo del circuito dominicano, quizás el más caliente de todo el Caribe.
Juan Lagares –MVP de la final– y Francisco Peña fueron los bates más consistentes de las Águilas en la batalla por la corona, aunque en el último desafío también brillaron desde el rectángulo ofensivo el panameño Johan Camargo, Jonathan Villar y el mexicano Luis Juárez, quienes remolcaron cuatro de las siete carreras de su plantel en el duelo definitivo.
Los aguiluchos extrañaron en la final el aporte con el madero del cubano Rangel Ravelo, uno de los puntales en la fase regular y semifinal. En dichas instancias tuvo una línea ofensiva superior a .300/.390/.330, pero en los duelos con los Gigantes del Cibao solo pegó cuatro imparables en 23 turnos (.174/.321/.174), con dos anotadas y un remolque.
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— Águilas Cibaeñas (@aguilascibaenas) January 19, 2021
Tampoco aportó demasiado en la serie decisiva el lanzador matancero Yoanner Negrín, quien permitió tres carreras y seis jits en 3.2 entradas de actuación en su única apertura contra los Gigantes. Eso fue en el cuarto partido de la final, en el cual cargó con la derrota 5-0 ante un inmenso
No obstante, Negrín sí fue un brazo importante para las Águilas durante la temporada regular, que concluyó con balance de 3-3 y efectividad 3,27 en siete aperturas, con solo nueve boletos y 30 ponches en 33 innings de labor. Además, en semifinales consiguió un éxito en el segundo duelo ante los Toros del Este y después cayó en el sexto frente a su compatriota Raúl Valdés.
El otro cubano que festejó a lo grande con las Águilas fue Yuniesky Maya, quien se ha convertido en el extranjero con más coronas en la historia del béisbol dominicano, según los números de Francys Romero. El pinareño ha ganado cinco cetros en tierras quisqueyanas con cuatro equipos diferentes, y desde el 2017 es una especie de talismán, pues los conjuntos que ha representado han terminado en lo más alto del podio.
“El Guerrero”, rostro icónico de las Águilas, realizó una estelar salida el pasado domingo, cuando caminó 4.2 episodios a ritmo de siete ponches y una limpia permitida. Con ese rendimiento, puso a su equipo en camino para un séptimo y decisivo encuentro contra los Gigantes del Cibao.
Maya se desquitó luego de una apertura irregular (4.2 innings con tres limpias y seis imparables en su cuenta) en el segundo duelo de la final, y agrandó su leyenda en la novena agilucha. Antes, en semifinales, maniató a los Toros del Este en cinco capítulos, en los cuales no permitió anotaciones.
El pinareño, quien jugó en Grandes Ligas con los Washington Nationals, ya ha lanzado en siete temporadas en el béisbol dominicano, donde tiene balance de 15-16, con efectividad de 2,84 en 66 salidas. “El Guerrero” fue líder en promedio de carreras limpias (1,32) en la campaña 2010-2011 y puntero en ponches (50) en la 2015-2016.