La tarde del 27 de marzo, hace ya cuatro meses, fue nefasta para el lanzador cubano Yariel Rodríguez. En su primera presentación de la temporada, “El Gallero” de San Serapio permitió dos jonrones y tres carreras frente a los Orioles en un episodio como relevista, generando múltiples dudas sobre lo que podría ser su campaña de 2025 como miembro de los Blue Jays.
En el Rogers Centre de Toronto, el derecho camagüeyano entró con el pie izquierdo y lo pagó caro frente a Adley Rutschman y Jordan Wetsburg, quienes le despacharon dos batazos de más de 400 pies. En ese momento, tanto fue el estruendo que se llegó a rumorar que podía ser enviado a Ligas Menores para hacer los ajustes pertinentes.
Sin embargo, Yariel se impuso un correctivo y poco a poco logró enderezar el rumbo hasta convertirse en uno de los brazos más importantes del bullpen de los Blue Jays. Para ilustrar su mejoría basta con comparar su rendimiento del primer mes de la temporada a lo logrado a partir de mayo:
* Marzo-abril: efectividad de 5.68, con ocho carreras limpias en su cuenta, diez ponches, siete boletos, cuatro jonrones y ocho extrabases permitidos en 12.2 innings de labor.
* Desde el 1 de mayo hasta el 29 de julio: efectividad de 1.12, con cinco carreras limpias en su cuenta, 39 ponches, diez boletos, dos jonrones y tres extrabases permitidos en 40.1 innings de labor.
La diferencia cualitativa entre los dos períodos ha sido abismal, pero este miércoles en Baltimore Yariel regresó al punto cero de la temporada. Como el primer día del curso y de nuevo frente a los Orioles, el agramontino volvió a permitir tres carreras —una de ellas sucia— y revivió sus peores fantasmas de 2025.
El antillano se encaramó en la lomita con cuatro de ventaja (9-5) en el séptimo capítulo y, luego de sacar el primer out, concedió imparables seguidos de Jackson Holliday, Jordan Westburg y Gunnar Henderson. Entre ellos fabricaron una carrera y pusieron en alerta a Yariel, quien no permitía tres jits desde el pasado 22 de abril contra los Astros.
Después, las cosas solo empeoraron. En lo que pudo ser una conexión salvadora a la inicial de Adley Rutschman, el inicialista Ernie Clement cometió un error que descolocó totalmente al “Gallero”, quien perdió el control y tiró ocho bolas consecutivas frente a Ryan O’Hearn y Colton Cowser, quienes se apuntaron impulsadas con sendos boletos.
Tras tirar más bolas que strikes (14 por 10), el mentor John Schneider no esperó más y sacó al cubano, cuya salvación fue el relevista Braydon Fisher, quien entró en escena con las bases llenas y ponchó a Cedric Mullins y Ramón Laureano. Eso evitó males mayores para Yariel y una renta más abultada de carreras permitidas.
Lo que sí no puede negar el agramontino es su maldición contra los Orioles, una novena a la que no ha podido dominar. En seis salidas ante ellos solo ha podido trabajar 4.2 episodios, con diez carreras (ocho limpias) y ocho imparables permitidos, entre ellos par de jonrones. Lo peor es que acumula ocho boletos y solo cuatro ponches en esas presentaciones. Su promedio de limpias frente a Baltimore es de 15.43, el peor entre los 26 rivales que ha enfrentado en MLB.
Por cierto, Yariel no fue el único cubano que salió mal parado de este duelo entre Blue Jays y Orioles. El derecho avileño Yennier Cano aceptó cinco limpias y cuatro jits (entre ellos jonrón de Nathan Lukes) y cargó con su sexta derrota del año.
Este castigo a dos relevistas cubanos en el mismo partido es un hecho raro si nos remitimos a la historia de Grandes Ligas. De hecho, la última vez que dos apagafiegos de la isla permitieron tres o más carreras en un mismo partido fue el 19 de junio de 2010, hace más de 15 años, cuando los derechos pinareños Danys Báez y José Ariel Contreras salieron del bullpen de los Phillies y aceptaron tres anotaciones cada uno en un partido contra los Yankees.