Dos equipos que concentran su núcleo en el infield, Puerto Rico y Holanda, saldrán hoy al diamante de Dodger Stadium a dirimir la primera de las semifinales del Clásico Mundial de 2017. Los boricuas, en defensa del orgullo latinoamericano. Los tulipanes, por rematar la obra de colocar a Europa en el mapa beisbolero universal.
La novena de Edwin Rodríguez quiere ir a su segunda final consecutiva, y para ello se deberá colgar del talento de su Santísima Trinidad en el cuadro interior: el camarero Javier Báez, el paracortos Francisco Lindor y el (improvisado) antesalista Javier Correa, la pieza imprescindible en la estructura ofensiva de la escuadra.
Dos grandes veteranos estarán acompañando la faena: el receptor Yadier Molina, brillante en la conducción de los partidos, oportuno como pocos y temperamental como ninguno; y el jardinero Carlos Beltrán, todavía con mecha en las inmediaciones de los 40 años.
“Estamos listos para comenzar a trabajar y para que los muchachos conozcan la manera en que la pelota rebota y corre en el terreno de Los Ángeles”, ha dicho el manager de una novena cuyos miembros afirman que solo les vale el campeonato.
Puerto Rico, sin saber de la derrota en seis salidas exigentes (Venezuela, México, Italia, República Dominicana, Estados Unidos y nuevamente Venezuela), dependerá esta noche de las prestaciones del diestro Jorge López, ganador frente a México con 4.1 entradas de trabajo, una limpia, dos hits, cinco ponches y par de boletos.
Enfrente estará Holanda, cuya carta de triunfo también es el brillo de una generación de infielders (curiosamente, casi todos torpederos): Xander Bogaerts, Andrelton Simmons, Didi Gregorius, Jurickson Profar y Jonathan Schoop. Hace ya cuatro años, todos ellos –excepción hecha de Gregorius– vivieron la experiencia de rivalizar en las semifinales ante el entonces invicto plantel dominicano, a la postre monarca del evento. Ahora Gregorius volverá a quedar fuera por una lesión en el hombro.
“Esa es la palabra: experiencia”, asegura el mentor Hensley Meulens. “Estos chicos son cuatro años mayores, más experimentados, con mucho éxito en sus carreras en Grandes Ligas en los últimos años, y eso dice mucho”.
El poderío naranja se acrecienta con las aportaciones del tercera base Yurendel de Caster y, muy especialmente, el jardinero Wladimir Balentien, por distancia la gran figura del torneo.
Los holandeses vienen de dos triunfos de tórrida ofensiva sobre Israel (12×2) y Cuba (14×1), tienen otras victorias sobre Sudcorea y Taipei, aunque sufrieron varapalos contra Japón y los israelíes (en este caso, todo sea dicho, cuando ya habían garantizado su boleto a la segunda ronda).
¿A quién enviarán hoy a la loma? Al gigante derecho Rick van den Hurk (1-0, 6.43 de efectividad en siete innings), que laboró eficientemente ante Corea pero luego fue vapuleado por Japón.
Hecho este repaso, voy con mi favorito: Puerto Rico. Sospecho que los abridores van a pasar muy malos ratos en el choque (el global debe ser superior a diez carreras), y tengo por seguro que el bullpen de la tropa caribeña llega en mejores condiciones que el de los tulipanes, con todo y la inclusión del cerrador Kenley Jansen.
Y es como debe ser, porque el Clásico necesita de un equipo latino en la final. Por aquello, usted sabe, del sabor…