José Legrá (77 años), uno de los más relumbrantes boxeadores cubanos de la segunda mitad del siglo pasado, fue hospitalizado con síntomas de coronavirus en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, en Madrid, España, donde reside hace más de 50 años luego de salir de la Isla cuando se prohibió el pugilismo profesional.
De acuerdo con la agencia EFE, Legrá “no está grave, está en situación de control”, pero de cualquier manera hay que prestar especial atención a su estado, pues por su avanzada edad se encuentra entre los más amenazados por la Covid-19, enfermedad que ha paralizado el mundo en los últimos meses.
“El Puma de Baracoa”, mote que acuñó en referencia a su ciudad natal en el Oriente cubano, está internado desde hace unos años en una residencia, sitios en los que el coronavirus más ha golpeado en España.
Legrá llegó ahí luego de dejar su piso en el barrio de Las Ventas, al parecer por dificultades económicas.
“Gané casi cuatrocientos millones de pesetas, pero puse negocios que fueron mal o regular. ¡No tenía ni puñetera idea!”, confesó al diario AS, donde explicó que con el tiempo sus inversiones inmobiliarias se fastidiaron y el dinero se perdió.
A pesar de que ya se le veía poco por veladas boxísticas, Legrá es una de las leyendas del pugilismo español luego de ganar par de coronas mundiales y siete cetros europeos entre 1968 Y 1973.
En ese lapso, escaló 148 veces al cuadrilátero, logró 133 victorias, 11 empates y cuatro peleas terminaron sin decisión. Su primer cetro del orbe en el peso pluma lo ganó en 1968, cuando desbancó al galés Howard Winstone en Porthwal.
Después perdió su cinturón en Londres ante el británico Johnny Famechon y lo recuperó en Monterrey (México) en 1972 al tumbar a Clemente Sánchez. Legrá se bajó del ring en 1973, luego de perder en Nicaragua contra Alexis Argüello.
Aunque en Cuba su figura prácticamente no ha sido publicitada, en su natal Baracoa sí lo tienen en un altar. “Me han construido un supermuseo. Allí está la faja de campeón del mundo, ¡porque lo fui dos veces del mundo y siete de Europa, que se dice fácil! Muchos recuerdos en una vitrina, aunque en España también conservo cosas”, contó a AS.
Legrá siempre ha asegurado que el boxeo lo sacó de la calle y borró todas las necesidades que padeció junto a su familia, muy pobre. “Mi trabajo en Cuba era limpiar zapatos y vender periódicos. Aprendí a boxear en la calle, y como decían que pegaba mucho, montaron un ring en el pueblo y me apunté (…) Pasé muchos trabajitos, pero luego tuve una recompensa increíble”, rememoró hace tres años.
José Legrá coincidió en 5th Street Gym, en la Florida, con el gran Muhammad Ali, quien según sus palabras, era muy fanfarrón. “Pero lo que decía lo cumplía. ‘¡I am the best, I am the best!’, gritaba. Pero es que era el mejor de veras. Yo también era fanfarrón. Algo se me pegó de él. Los rivales subían al ring contra mí y entraban con miedo. Se les veía en la mirada”, recordó el antillano, que ahora espera salir airoso de la batalla contra el coronavirus.
Con información de EFE
Mucho ánimo Pepe Legrá. Uno de los mejores boxeadores de la segunda mitad del siglo XX.