En un abrir y cerrar de ojos ha quedado atrás el primer cuarto de torneo. Y si bien hay algo que remarcar en estos primeros desafíos de Serie Nacional es el modo pasional con que se está jugando al béisbol.
Tal vez, la estrategia de la Federación Cubana (FCB) haya dado en el clavo en ese sentido, la pugna de 16 equipos por alcanzar 8 boletos con destino a la segunda vuelta en un cortísimo lapso de 45 partidos, le ha concedido, al menos al juego, un mayor matiz de equilibrio que en principio disimula las asperezas de nuestra pelota y muestra un rostro más loable de la lid doméstica.
La Serie Nacional necesitaba un inicio bien arriba, impactante, un openning de primer nivel para garantizar audiencias. Uno, por las enésimas ausencias de jugadores de nivel y dos, por los excelsos triunfos de cubanos fuera de casa que contradictoriamente inciden de algún modo en el espectáculo de la serie.
Pues así arrancó la temporada, con incógnitas, con muchísimos cambios de estructura y funcionamiento, con un listón más alto que el Everest. Pero después de la primera bola lanzada simultáneamente el pasado domingo 4 de noviembre en todos los estadios del país, la cita volvió por sus fueros y ha cristalizado un arranque como hace mucho tiempo no se veía en Cuba.
Han vuelto los aficionados de voz rajada y cara pintada, el ambiente mágico de las noches beisboleras. Desde el primer gritó de play ball estalló la pasión y se desató la mayor fiesta de la nación caribeña.
Y en eso ha influido el estado de gracia de los planteles históricos, específicamente Santiago de Cuba e Industriales. Santiago, convencido a reconquistar el territorio perdido en las últimas campañas, ha arrancado a todo gas, después de traer de vuelta a varios consagrados, ha logrado armar nuevamente una mortífera ofensiva que unidos a los nuevos baluartes ya andan apegados a los puestos de arriba en la tabla, en el pelotón de avanzada, velando por no quedar fuera por cuarto año consecutivo.
Industriales igualmente ha salido lanzado desde el primer día, ha sabido surcar a las mil maravillas su defectuoso bullpen, que a pesar de estar ninguneado durante toda la pretemporada se ha comportado de forma magistral y se ubica en la segunda plaza entre los mejores cuerpos de lanzadores del país. Su ofensiva sigue dejando mucho que desear y los Malletas, Yulieski y Tomás siguen estando por debajo de sus habituales producciones, aunque así y todo, los azules están anclado en lo más alto de la clasificación.
Otro de los que va con buen viento y a toda vela es Villa Clara, flamante campeón nacional del pasado año. Con el mejor staff de lanzadores de la lid y con un bateo que le ha empezado a dar tranquilidad a los que se suben al box, los chicos de Ramón Moré han firmado un primer cuarto de campaña que, sin dudas, nuevamente los lanza a la candidatura por el título.
Por supuesto que en el cuadro de avanzada no puede faltar el Matanzas de Víctor Mesa, conjunto que cada vez interpreta mejor el ajedrez de su manager y sin ningún tipo de individualidades mantiene codo a codo la pugna por hacerse de un espacio en la primera plana de la serie. Con la combinación Moreira-Fernández alrededor del segundo cojín, con Joel Suárez desde el montículo y la garantía del emergente Garlobo, los cocodrilos han sabido regular aún más su rendimiento.
Pinar del Río y Ciego de Ávila no se quedan atrás. Los de vueltabajo con un fuera de serie en el banquillo de dirección, Alfonso Urquiola, emergen como un rival a considerar seriamente por todos sus contendientes. Reúnen de lo mejor en el pitcheo en la serie y su ofensiva de largometraje se ha comportado a buen nivel. En cambio Ciego, repleto de novatos ha logrado sortear está primera parte sin muchas dificultades, basándose fundamentalmente en un juego dinámico que pone en aprietos a las defensas rivales.
Sin embargo, la sorpresa de la serie va siendo hasta el momento Holguín. Sólido en todos los aspectos de juego, se ha colado en el tercer escaño del torneo gracias a su pitcheo que encabeza la lista de staff de pitcheo por equipos. Con el madero en ristre no se quedan atrás y liderados por el trío Cáceres, Manduley y Paumier ya pueden considerarse entre los candidatos a pasar a la segunda ronda.
Con el resto de los equipos no ocurre lo mismo. En ese grupo, lamentablemente, se ubican Cienfuegos y Santis Spiritus, dos planteles que en el último lustro habían sido de las novenas más temibles y respetadas. Pero el debilitamiento de sus respectivas nóminas ha dado al traste con el rendimiento en esta primera parte.
Los espirituanos sin los Gourriel no han logrado mucho. Por su parte, los sureños han visto como en un santiamén su plantilla ha quedado desarmada por diversos motivos. Del año pasado para acá han perdido a Abreu, Arruebarruena, Norberto, Ferrán, Arias y Hernández, no pueden estar en otra posición que no sea el frío sótano.
Datos a destacar
La contienda es aún bien joven, pero ya se han producido un par de hitos que merecen ser resaltados. Lo particular del asunto es que la novena de Santi Spiritus se ha visto envuelta en ambos hechos y nunca como protagonistas.
Los gallos de Yosvani Aragón tuvieron la mala suerte de cruzarse en el camino de Freddy Asiel Álvarez aquel sábado en la tarde en que el derecho se presentó intratable. El principal artífice de la victoria naranja el pasado año (incluso por encima de Pestano).
Trepado en la lomita del Sandino pasaría a la historia del béisbol cubano por maltratar a los espirituanos, por no dejarlos conectar ni hit ni anotar carreras durante nueve entradas consecutivas, la única concesión, y por eso no llegó a la perfección, fue regalarle un boleto de libre tránsito hacia la inicial a su compañero de selección nacional Frederich Cepeda.
Donde Yulexis La Rosa posaba su mascota, ahí caía centrada la bola lanzada por Asiel, pegada, afuera, alta, contra el piso, en rompimiento, primero con más y después con menos velocidad. Así fue la sinfonía del lanzador que mandaría cabizbajos y meditabundos a sus rivales a descansar después del tortuoso encuentro, mientras él, se incluía en la prestigiosa lista de 52 nombres que en Series Nacionales han logrado semejante hazaña.
En lo que va de temporada el otro hecho memorable tuvo como protagonista a Yosvani Alarcón, receptor de Las Tunas y ocurrió el pasado viernes cuando su equipo enfrentaba como ya dije a los gallos. En una consecución de jugadas, Alarcón llegó a tercera base, a la más incómoda de las almohadilla, para poder moverse de esa porción de tierra de la medialuna hay que ser remolcado por una conexión o por alguna imprecisión de la defensa, tal vez Yosvani es demasiado intranquilo para esperar por alguien y tomó una decisión por sí solo, quizás no confiaba en ser remolcado hacia el plato por uno de sus compañeros, recuerden que de los leñadores de Las Tunas ya no queda ni el hacha.
Entonces, comenzó a tomarle ventaja al lanzador, con zancadas cortas, con disimulo, lo suficientemente escurridizo para no levantar sospechas y en un instante de absoluta sorpresa para pitcher y cátcher, Alarcón arrancó a todo velocidad hacia el home plate cuando el lanzador iniciaba sus movimientos de presentación, antes de la carrera debe haber recordado que esa proeza casi estaba extinguida en Cuba después del retiro de Víctor Mesa (ilustre ladrón de home), una vez próximo a la goma se deslizaría abierto en abanico hacia la izquierda del árbitro y rozaría con su pierna derecha la base antes de que la mizuno 200 junto a la mascota del receptor llegarán a hacer contacto con su cuerpo.
Foto: Miguel Rubiera