La peor actuación cubana en la historia de los mundiales de voleibol (F) se ha concretado: en la cita italiana de 2014 las chicas de la Isla apenas consiguieron ganar un set en cinco partidos, no acumularon puntos y terminaron en la última plaza del Grupo D, y en el 22 de todo el certamen.
Ello asombró a pocos, sorprenderse de tal cosa sería pecar de ciegos o infinitamente crédulos. Mas no por eso el desenlace de la aventura mundialista de las discípulas de Juan Carlos Gala resulta menos decepcionante.
Tras los resultados alcanzados en nuestra área geográfica, algunos apostamos por derrotas dignas ante rivales de mucho mayor nivel que las cubanas, pero la realidad se encargó de borrarnos las esperanzas y la plantilla cubana fue sepultada en vida una y otra vez.
Los cuatro primeros compromisos de Cuba fueron solventados por sus rivales con rápidos 3-0, decretados por una apabullante Bélgica, Puerto Rico, Japón y China. En tanto que solo en el quinto partido las chicas lograron arrebatarle un el segundo parcial a Azerbaijan con ajustado 27-25, score que nada cambiaría al final del choque.
En la ciudad itálica de Bari la mayor audiencia de las cubanitas nunca superó los 800 espectadores en la sala Palaflorio. Y es que del espectáculo asegurado por las Morenas del Caribe en otra década ya no queda rastro, ni siquiera Melissa Vargas —una niña prodigio que con 14 años ha cargado con la ofensiva de este conjunto— consigue borrar el mal sabor de una generación precisada a jugar con segundas figuras ante la ausencia de un relevo estelar.
Cuando aquella tropa cósmica de los 90 y 2000 terminó su vida activa, era posible vislumbrar un futuro; pero, de tan postergado, ese mismo futuro encarnado en el talento de varias voleibolistas cubanas decidió abrirse camino en otras tierras mientras la Isla se mantenía estática.
Quizás por eso resulta hasta cierto punto injusto achacar todo el desastre del voly femenino en este Mundial a las jugadoras. Eso sí, se trata de una generación con poco talento real, disminuida técnica y físicamente, que hace lo que puede y que hoy está muy lejos del primer nivel de este deporte en el mundo. Tampoco es cuestión de dirección, amén de posibles desacuerdos con los entrenadores, este cuerpo técnico solo puede trabajar con lo que tiene a mano, y la materia prima de calidad hoy escasea.
Haciendo una revisión de las estadísticas del conjunto cubano en esta edición es posible percatarse de la posición primordial que ha ocupado Melissa Vargas en la plantilla: la adolescente consiguió 67 puntos (más del 27 por ciento de los conseguidos por la selección) para encabezar las anotadoras y fue por amplio margen que mayor cantidad de ataques convirtió (58 remates por 34 Alena Ojeda, su más cercana colaboradora).
Vargas, por demás, fue la más eficiente rematadora al conseguir 44.27 por ciento de efectividad en sus ataques en los 131 pases que les fueron destinados, los cuales constituyeron la cifra más alta para cualquiera de las jugadoras del equipo. Además, la jovencita culminó segunda en el servicio (5 aces y promedio de 0.3 por set) y cuarta entre las bloqueadoras.
En sentido general, la plantilla cubana consiguió 243 puntos, tuvo una efectividad del 40.6 por ciento al ataque, bloqueó para un average de 0.3 por set y recibió para un 43.82 por ciento; todos ellos resultados por debajo de los estándares internacionales e insuficientes para aspirar a vencer al más alto nivel competitivo.
Sin embargo, el servicio de las caribeñas aseguró 21 tantos por directo, cifra acorde a la media de un grupo en el cual solo fueron superadas por Japón (32) y Bélgica (29), pues los 22 aces alcanzados por Azerbaijan no son diferencia notable.
En cuanto a experiencia, Cuba presentó la plantilla más joven e inexperta de la llave: 20 años y 7 partidos internacionales como promedio.
Melissa, ¿el futuro?
No cabe duda, Melissa Teresa Vargas Abreu es una verdadera fuera de serie, una chica que consigue despertar el interés desde que sale a la cancha. Es un portento y a sus 14 años resalta por encima de sus compañeras de equipo. Dicho de otra manera, Melissa ha sido escogida por el destino para deleitar el mundo del voleibol.
Pero Melissa tiene solo 14 años, y en la última etapa no se ha perdido ninguno de los torneos disputados por la selección cubana. A estas alturas lo que más impresiona de la chica es que ninguna lesión haya frenado sus insistentes ataques, que su cuerpo adolescente no haya colapsado bajo tanta presión.
A la jovencita cienfueguera le han asignado la tarea de rescatar algo de brillo para el voleibol femenino cubano, urgido de espectáculo y calidad en grandes cantidades. Un trabajo que precisa hoy, a la luz de los resultados, más esfuerzo del que podría desplegar sola esta excepcional jugadora.
En el pasado Campeonato Mundial de 2010, el elenco cubano culminó en el puesto 12, cuatro años más tarde desciende al escaño 22 y con tal resultado es poco probable que ascienda del sitio 22 en el ranking mundial.
De las Morenas del Caribe y su brillo sobre la cancha apenas queda un destello llamado Melissa, la única jugadora que hoy promete erigirse como heredera de aquellas e intentar, por cualquier vía, frenar la caída libre de esta disciplina en Cuba.
Estará ya consumada la obra de nuestra brillante dirección político.deportiva,o todavía habrá más descenso…?
Me cansa este periódico de porquería…Periodistas,TONTOS ÚTILES!Como una muchacha de 14 abrieles va a recuperar por si sola lo que una dirección de politólogos deportivos se encargó con la más absurda toma de deciciones y voluntad de castigar a las atletas que emigraron,de permitir que se derrumbara nuestro equipo.
Ambia:
no. Todavía no. Hay más por destruir y arruinar. Y cuando no que de nada en pie destruirán las ruinas
A veces creo que no vale la pena, escribir comentarios en estas páginas, si cada vez vemos a una dirección que solo piensa en el beneficio de ellos y que no se importan con nada más, es un absurdo pensar, 1 que una niña de 14 años sea la principal figura de un equipo nacional de voleibol y 2 que se piense en una sola persona para rescatar el futuro de un deporte de equipo. Ahora me quedan varias preguntas:
1 será que Melissa cuando alcance la mayoría de edad no se dará cuenta que puede ir a jugar en otros equipos donde pueda demostrar su verdadero valor? entonces tendríamos que pensar en buscar alguna niña en los circulos infantiles con habilidades para representarnos.
2 la exposición de una menor de edad a eventos de tanto stress y tanta presión no la afecta psicológicamente? y eso no irá contra los derechos de los niños? OJO
3 Será que algún dirigente se importa con la opinión del pueblo.
4 será que algún dirigente tiene la capacidad de ver que el mundo avanzó y que nuestro deporte que siempre estuvo en un alto nivel está quedándose ultrapasado?
5 Será que solo importan los deporte individuales porque son los que mas medallas olímpicas aportan?
6 Será que nuestros dirigentes tienen la capacidad de “cambiar todo lo que debe ser cambiado”, será que estaremos a tiempo. solo quedan 2 años para las olímpiadas.
7 Será que algún dirigente leen los comentários que escribimos los que nos preocupamos con la salud del deporte en Cuba
Que pena,no cabe otra frase,pero en el fondo a los que dirigen el deporte de alto rendimineto como lo fue el Volly femenino no les dara verguenza ver como han destruido de una u otra forman un bien comun para todos los cubanos,el INDER de hoy no es la sombra de lo que fue,Eugenio George levantate de esa tumba.