Esta historia trata sobre un dios, un ser supremo de 1,66 metros. Un simple mortal que alcanzó la beatitud mientras hacía milagros con el balón en un césped sagrado. En la Argentina goza de omnipotencia por eso le llaman “Diego Todopoderoso”, y no es juego, pues Diego Armando Maradona es uno de los pocos hombres en el mundo que cuenta, en vida, con su propia iglesia.
“El Pibe de Oro” es la máxima deidad de lo que hoy se conoce como la Iglesia Maradoniana, una religión alternativa con más de 120 mil feligreses dispersos en 60 países. Poco importa la distancia cuando el fútbol hermana pasiones, pues desde Islandia y Vietnam, naciones bien distantes del continente americano, se han incorporado algunos miembros vía Internet.
Esta religión, en nombre de su “D10S” (vocablo creado por sus fieles al fusionar la palabra Dios y del número 10 del dorsal del futbolista), celebra bodas y bautizos, donde se debe jurar amor eterno a la camiseta argentina y consumar un acto de fe: convertir un gol con la mano. Por difícil de creer, la Iglesia Maradoniana realiza misas con hombres vestidos con túnicas blancas como si fueran sacerdotes. En ellas el “sagrado balón” sustituye a la hostia y un rosario compuesto por 33 pelotas negras y un botín en lugar de una cruz bendice a los devotos.
¡Alabado seas D10S! se escucha en el altar mientras uno de los misioneros, con las memorias del jugador bajo el brazo y, a su espalda, un cuadro de la última cena maradoniana (momento exacto cuando el argentino empuja la pelota con su mano hacia el arco inglés durante el Mundial de México 1986) pronuncia el “Diego nuestro” que dice así: “Diego nuestro que estas en la tierra, santificada sea tu zurda. Venga a nosotros tu magia, hágase tus goles recordar, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy la alegría de este día, y perdona aquellos periodistas así como nosotros perdonamos a la mafia napolitana. No nos dejes manchar la pelota y líbranos de Havelange… Diego.”
Maradona llevó el fútbol a otro nivel. Su talento único obró milagros deportivos rara vez observados con anterioridad. Sus gambetas y sus goles avivaron pasiones adormecidas. De la mano del “Pelusa” la albiceleste consiguió el Mundial Juvenil de 1979, la Copa Mundial de 1986 y el subcampeonato de la siguiente edición: Italia 1990. Su impacto futbolístico fue tan trascendental para su época que un ateo convencido como el escritor uruguayo Eduardo Galeano expresó que tras ver jugar a Maradona llegó a pensar en la existencia de Dios.
¿Por qué ser rey si puedes ser D10S?
En 2005 Maradona conducía un show televisivo llamado “la noche del 10”. En uno de los programas se invitó a Pelé, uno de los adversarios más famosos del “Pibe de Oro”. Cuando apareció el brasileño la publicidad lo promocionó como “El Rey en la noche de Dios”, una de las tantas acciones que provocó protestas en ciertos sectores de la sociedad, pues decían que Maradona utilizaba el fútbol como un medio para legitimar su divinidad.
La libertad de culto está amparada constitucionalmente en Argentina, no obstante, el estado reconoce a la Iglesia Católica como institución rectora y pilar de los valores nacionales. Según cifras del gobierno el 88 por ciento de los argentinos han sido bautizados como católicos, de ellos más del 69 por ciento se considera practicante.
La Iglesia Maradoniana no quiere ser un competidor para el catolicismo, pues desde sus inicios se definieron como una parodia de religión, en otras palabras, una religión que se utiliza como entretenimiento y a la vez se burla de otros credos. Por supuesto que esta idea disgusta al universo cristiano, pues nadie desea ser un hazmerreír internacional.
Tal vez, lo que más preocupe a La Santa Sede no sea la mofa sino el ascenso vertiginoso de los maradonianos. Un grupito de bromistas no tiene mucho peso, mas si crecieran pudiera suceder en Argentina lo que ocurrió en Reino Unido en 2001, cuando la religión jedi (derivada de las películas de La Guerra de las Galaxias) se declaró como religión oficial para el 0,7 por ciento de la población de este estado unitario.
El culto institucionalizado a Diego Armando Maradona es tan masivo como burlesco, por eso, muchos cristianos agrupados en el Foro Cristiano de la Argentina tildaron de “estúpidas” las creencias maradonianas. Incluso desde el Vaticano llegó un fax donde exigía separar sus sagradas representaciones artísticas de un Dios que surgió de un edén verde y rectangular.
“Somos todos católicos romanos. Nosotros tenemos un Dios de razón, el cual es Cristo, y un Dios del corazón, que es Diego”, explicó a un medio de comunicación Alejandro Verón, uno de los fundadores de la Iglesia Maradoniana.
“Esta es una iglesia deportiva. Admiramos y le decimos D10S con el 10 en medio, por lo que fue Maradona como jugador. No le rezamos, ni pedimos dinero, ni obligamos a la gente a que vaya a ningún lado. Tenemos bien en claro que Diego es una persona. Nuestra misión es mantener siempre vigente su nombre en este deporte, no olvidarnos de los milagros que realizó en las canchas”, declaró Julián Chavero, otro de los miembros de la Iglesia Maradoniana, al periódico Publimetro.
En Argentina, donde el fútbol es casi una religión, gran parte de estos feligreses sí observan en “el Pibe de Oro” una imagen celestial. A consideración de Jorge Valdano, excompañero de selección, “Maradona fue más que un futbolista genial. Fue un factor extraordinario de compensación para un país que en pocos años vivió varias dictaduras militares y frustraciones sociales de todo tipo. Maradona ofreció a los argentinos una salida a su frustración colectiva y por eso la gente lo adora allí como una figura divina.”
Por otro lado, el sociólogo Eliseo Verón en entrevista para el Diario Clarín en 2004 coincidió con Valdano al expresar que Maradona refleja “las creencias y las necesidades colectivas de los despojados, de los pobres, de los que necesitan creer que Dios está cerca y por eso se identifican con Diego, como antes con Evita”.
La palabra de D10S
Maradona tiene miles de detractores, pero nadie, absolutamente nadie ha puesto en duda su genialidad como jugador. Sus destrezas trascendieron las canchas y pese a que se retiró 17 años atrás, todavía se rememora su nombre cuando alguien realiza algún acto de magia sobre el césped. ¿Qué fanático, independientemente de su edad, no ha oído hablar alguna vez de las hazañas del “Pelusa”? Por eso Maradona es un mito viviente, un Dios del fútbol.
Cuando se le preguntó que pensaba de aquella religión que lo trataba como una divinidad Diego confesó: “Estoy muy emocionado de que haya tanta gente que me quiera y me aprecie, muchas gracias Dios.” No sabemos si respondió así por pura humildad o para no presionar más la herida sangrante de los cristianos, lo cierto es que cualquier cosa dicha por Maradona siempre sorprende. Quizás no pretenda reconocerlo públicamente, pero… ¿Qué mortal no desea ser D10S?
Los cimientos de este culto se remontan hasta el 30 de octubre de 1998, cuando Hernán Amez y Héctor Campomar comenzaron una broma muy inocente: festejar la navidad el día del nacimiento de Diego Armando Maradona. Luego se sumó Alejandro Verón y al año siguiente Federico Canepa. De a poco, estos cuatro admiradores del “Pibe de Oro” inventaron una nueva religión que hoy cuenta con cientos de miles de feligreses por todo el mundo. Entre los principales maradonianos se encuentran los futbolistas Juan Román Riquelme, Michael Owen, Ronaldinho, Lionel Messi y el cantautor español Joaquín Sabina.
Si el día del nacimiento de D10S es importante que decir del 22 de junio (otra de las fechas sagradas para los maradonianos). A criterio de uno de sus fundadores, Alejandro Verón, “fue ese día cuando Maradona convirtió los dos goles ante los ingleses en el mundial de México 86. Nosotros veníamos de la derrota en la guerra de Malvinas y de vivir un dolor muy grande. Y ese día fue una resurrección nacional, como la de Cristo.”
Según la palabra de D10S, existen ciertos pecados imperdonables como “nunca cruzarse delante de un televisor mientras haya un partido” o “si se va a patear un penal jamás se te ocurra preguntar quién lo patea”. Sin embargo, algo que todo fiel debe conocer al pie de la letra son los Diez Mandamientos que “Diego Todopoderoso”, ha obsequiado al mundo. El autor de este trabajo ignora si estos preceptos celestiales descendieron del Monte Sinaí o de La Bombonera (Estadio Alberto J. Armando), no obstante aquí aparecen enumerados:
1- La pelota no se mancha (el fútbol debe ser respetado), como dijo D10S en su despedida.
2- Amar al fútbol por sobre todas las cosas.
3- Declarar tu amor incondicional por Diego y el buen fútbol.
4- Defender la camiseta argentina, respetando a la gente.
5- Difundir los milagros de Diego en todo el universo.
6- Honrar los templos donde predicó y sus mantos sagrados.
7- No proclamar a Diego en nombre de un único club.
8- Predicar siempre los principios de la Iglesia Maradoniana.
9- Llevar Diego como segundo nombre y ponérselo a tu hijo.
10- No ser cabeza de termo (no vivir alejado de la realidad) y que no se te escape la tortuga (no seas un inútil).
Todo Dios debe ser supremo, omnipotente, omnipresente, omnisciente, toda bondad, protector y salvador del universo y la humanidad. El mundo del fútbol tiene su propio D10S y es argentino. Por eso lo colocaron al frente de la albiceleste para que comandara divinamente al seleccionado nacional durante el mundial de Sudáfrica 2010. Ni la voluntad celestial pudo evitar que Argentina perdiera 0-4 frente a Alemania en los cuartos de final pasados. No obstante, tener un Dios viviente es una de los mejores privilegios de la Iglesia Maradoniana, sino pónganse a pensar que religión permite hablar con el creador y decirle en su propia cara: No hiciste nada D10S, ¿vos sos un pelotudo o qué?
D10s te Salve
Dios te salve pelota.
Llena eres de magia,
el Diego es contigo.
Bendita tú eres entre todas las demás
y bendito es el Diego que no te deja manchar.
Santa redonda, madre del gol
ruega por nosotros los jugadores
ahora y en la hora de nuestro encuentro…
Diego.
Creo
Creo en Diego.
Futbolista todopoderoso,
Creador de magia y de pasión.
Creo en Pelusa, nuestro D10s, nuestro Señor.
Que fue concebido por obra y gracia de Tota y Don Diego.
Nació en Villa Fiorito,
Padeció bajo el poder de Havelange,
Fue crucificado, muerto y mal tratado.
Suspendido de las canchas.
Le cortaron las piernas.
Pero él volvió y resucitó su hechizo.
Estará dentro de nuestros corazones,
por siempre y en la eternidad.
Creo en el espíritu futbolero,
La santa Iglesia Maradoniana,
El gol a los ingleses,
La zurda mágica,
La eterna gambeta endiablada,
Y en un Diego eterno.
Diego
Con el mayor respeto, pero hay que estar loco para hacer algo asi y mucho menos para publicarlo, es un simple pecador como todos ahi no se publico que tambien es un adicto a la cocaina y no ha podido salir de ese flagelo, si reconociera al verdadero Dios Jesucristo y dejaran tanta basura ya estaria sano y seria mejor persona y ustedes tambien lo deberian de recibir en sus corazones.
Muy bueno e interesante el articulo!! Felicidades al periodista que lo escribió.
Total falta de respeto este artículo y las imágenes que lo acompañan. Dónde están los editores?
Lean el articulo completo para que se den cuenta que esa “religión” es una especie de broma! Los devotos no creen para nada que Maradona sea un Dios, de echo fíjense que no se escribe “Dios” sino “D10S” en referencia al número que uso cuando era jugador!
Jajajajajaja, conste que soy ateo, por puro convencimiento y total convicción, pero hay que ser extremadamente obtuso para no entender el sentido de este trabajo. Para millones en el mundo el fútbol y sus ídolos son su religión, una palpable y que les trae alegrías y, a veces, tristezas. Intentar tergiversar un trabajo tan interesante y curioso me hace preguntarme si, además de la biblia, se estudian otros textos dentro de la educación católica. Señores, por favor que la Santa Inquisición es cosa de hace siglos, respetemos posiciones y puntos de vista.
Eso es periodismo, muy buen articulo, juzguen a los q aparecen en el si quieren, el periodista hizo su trabajo, Felicidades Emilio, muy buen trabajo!