Kazajstán logró ante Domadores de Cuba lo que parecía una quimera en la final de la V Serie Mundial de Boxeo (WSB, por sus siglas en inglés). Los antillanos salían como favoritos –nunca sin férrea batalla– por haber ganado el título durante la pasada edición, encabezar el grupo A sin dificultad, poseer estilistas que se entregan plenamente a esta lid, y más aún cuando los euroasiáticos anunciaron que contenderían sin sus dos refuerzos croatas (Hrvoje Sep y Filip Hrgović).
Todo ello inclinaba la balanza para los hasta hace muy poco campeones. Sin embargo, la supuesta quimera se hizo realidad y el equilibrio favoreció a los Lobos de Astana, que ante su gente le pusieron –como todos exigíamos– un poco de seriedad al asunto.
La angustia tuvo su tiempo. Como es habitual, se compitió en un formato cada jornada, y cada fecha cerró 3-2 para los locales, que hicieron historia al convertirse en el único equipo en obtener en par de ocasiones el trofeo de una lid que tiene mucho margen de mejoría.
Vayamos por pasos. El primer día, era conocido, no era el principal para los nuestros. Si bien hoy existe un Erislandy Savón (91 kilogramos) que se mantenía invicto, los restantes, ante rivales de nivel, dejaban sus dudas. A Jhoanys Argilagos (49) le falta a sus 19 años, aunque presenta manías de grande; Robeisy Ramírez (56), tras la dorada olímpica ha sido un manojo de dudas y actuaciones intermitentes; lo mismo puede ganar, que perder.
Yasnier Toledo (64) es de los baluartes menos seguros. Nunca ha dominado en el bueno. No por gusto suma dos metales plateados en torneos universales y un bronce en cita bajo los cinco aros. Mientras que Arlen López (75), a derecha o a la izquierda, necesita ring, y más que tiempo sobre el encerado, precisa confrontar con contrincantes superiores. El nivel centroamericano no es medidor.
Conclusión: Temirtas Zhussupov derrotó convincentemente a Argilagos (50-45, 50-45 y 50-45); Ramírez sudó pero le ganó a Kairat Yeraliyev (48-47, 48-47 y 48-47); y el ligero welter Samat Bashenov batió 3-0 (48-47, 48-47 y 48-47) a Yasnier Toledo.
Minutos después el mediano Meiirim Nursultanov recibió igual veredicto ante Arlen López, aunque se recortó distancia por intermedio del imbatible Savón, quien venció a Vassiliy Levit por 2-1 (48-47, 48-47 y 46-49).
Cerca de 24 horas después continuó el duelo. Para los cubanos llegaba el formato “duro”, la hora de la verdad. Un listado que suma cinco coronas ecuménicas, una olímpica, otra presea del orbe… en fin.
El espirituano Yosvany Veitía (52) no conocía la derrota en este evento, y, para muchos, es el boxeador cubano de mayor crecimiento en el último lustro. Lázaro Álvarez (60) demuestra su calidad en cada salida; Roniel Iglesias (69) -en su peor año- tuvo tiempo para optimizar detalles, aunque su estado real era desconocido; y Julio César La Cruz (81), con su esgrima aburrida por momentos, es casi imbatible.
Diferente era el entorno para Yoandy Toirac, el designado en más de 91 kilogramos, quien poco tenía para hacer, en un cambio inesperado y controvertido del cuerpo de dirección que comanda Rolando Acebal. La permuta tenía como objetivo guardar a Leinier Peró, la principal figura, para los Juegos Panamericanos de Toronto. La realidad fue no enfrentarlo con el croata Hrvoje Sep, uno que tiene dinamita en sus puños. Un fuera de combate dejaba al camagüeyano lejos de Canadá.
Con este ambiente se reanudaba el tope. La mayoría indicada un 3-2 para los isleños, y la necesidad de una pelea extra para definir la corona donde los protagonistas serían Meirbolat Toitov (4-0) y Andy Cruz (5-0) en 56. Nunca se vieron. No hubo necesidad.
Luego de 15 éxitos consecutivos Veitía perdió su invicto por la vía fácil de 3-0 ante Olzhas Sattibayev; y los bicampeones mundiales Lázaro Álvarez y Julio César La Cruz, fueron superiores a Zakir Safiullin y Nurdaulet Zharmanov, respectivamente.
Cayeron Iglesias ante Aslanbek Shymbergenov, y como era esperado –en duelo que significaba la paridad- el joven Toirac frente al gigante de 2.05 metros Iván Dyschko, el cual se impuso de manera categórica, aunque sin brillar.
Reza un viejo adagio que el que da primero, da dos veces, y así ocurrió en el Centro Nacional de Tenis. Los cubanos, incluso aquellos que ganaron, no mostraron su mejor forma, por lo que solo queda doblar la hoja y tomar este desenlace como un toque de atención rumbo a lo que se avecina. Aunque, ojo, tampoco se puede catalogar el resultado como un fiasco. Ganaron los kazajos, líderes en 2013 del último Campeonato Mundial en Almaty, dato que revela su peligrosidad como locales.
Ahora la escuadra caribeña continuará su preparación camino a la convocatoria continental, en julio venidero, donde los ojos se centrarán en el centro del podio de premiaciones para opacar los destellos de dudas. Al final, el equipo se vio mermado por el único rival que podía hacerle sombra. Y se la hizo.