En la vida del cubano intervienen continuos sucesos de carácter económico, migratorio, y socio-político, sin embargo existe un fenómeno que mitiga las tensiones y desata impredecibles espontaneidades individuales, su nombre: béisbol.
El béisbol llegó a Cuba desde la década de los años 60 del siglo XIX y el primer partido oficial recogido por la prensa aconteció en el Palmar de Junco de Matanzas, el 27 de diciembre de 1874. A partir entonces ese deporte cautivó el corazón de millones de personas, y en poco tiempo se convirtió en el principal entretenimiento nacional, con decenas de ligas organizadas en todo el país y miles de jugadores de todos los niveles.
En campeonatos como la Liga Obrera Nacional, la Pedro Betancourt, la Unión Libre Amateur de Oriente, la Unión Atlética Amateur de Cuba, las Ligas Azucareras, la Liga Popular, y la de los Amateurs Libres se formaron excepcionales peloteros del calibre de Martín Dihigo -para muchos expertos el mejor jugador de todos los tiempos-, Edmundo Amorós, Adolfo Luque, Conrado Marrero, José De La Caridad Méndez, Orestes Miñoso, Willy Miranda, Luis Tiant y Alejandro Oms, por solo citar algunos.
Los jugadores de la Isla constituyeron la principal cantera de Latinoamérica de las Grandes Ligas estadounidenses hasta 1959, cuando la máxima autoridad del béisbol en ese país, el Comisionado Ford Frick, prohibió la participación de los cubanos en la Gran Carpa, como método para torpedear la naciente Revolución.
Ante tal disposición, el gobierno cubano tomó medidas, y mediante la Resolución 83-A del Instituto Nacional de Educación Física y Recreación (Inder) abolió la práctica profesional del béisbol en 1962.
Ese mismo año, el 14 de enero, “nació” la Serie Nacional del Béisbol Cubano, con la celebración del primer partido entre Azucareros y Orientales en el estadio Latinoamericano de La Habana, ante una enorme multitud de fanáticos.
Las primeras campañas fueron protagonizadas por cuatro equipos – Industriales, Occidentales, Azucareros y Orientales-, que representaban a los ciudadanos de todas las regiones del país, sin importar raza ni descendencia social.
Así, míticos jugadores como Juan Ealo, Conrado Marrero (exprofesional), Don Miguel Cuevas, Lázaro Pérez, Pedro Chávez, Urbano González, José Antonio Huelga, Modesto Verdura, Aquino Abreu, Santiago "Changa" Mederos, Manuel Alarcón, Gaspar Pérez, Braudilio Vinnent, Alfredo Street, Armando Capiró, Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique, Antonio González, Rogelio García, Antonio Muñoz, Agustín Marquetti, Félix Isasi, entre otros, conformaron la generación vanguardista del béisbol revolucionario, que mantuvo a Cuba en la supremacía mundial de la disciplina.
Desde entonces, la novena de los Industriales de La Habana se erigió como la insignia del béisbol en la isla caribeña, al deslumbrar a propios y extraños con un juego distintivo, magnífico, repleto de glamour y buenas maneras, que le valió la conquista de 12 títulos en las 51 Series Nacionales disputadas hasta hoy.
La edición 52 de estos torneos estrenará nueva estructura de competencias, compuesta por dos fases con formato de todos contra todos y la posterior etapa final de play off. En la primera rueda concursarán 16 equipos, mientras a la segunda solo accederán los ocho mejores.
El duelo de apertura tendrá lugar el domingo 25 de noviembre del 2012 en el estadio José Ramón Cepero, con el desafío entre el local y campeón defensor Ciego de Ávila contra Industriales, subtitular del patio.
Durante los 365 días del año, la magia del béisbol desenfunda el frenesí en el corazón de todos los cubanos, quienes viven y vivirán eternamente orgullosos de sus 25 títulos en campeonatos del orbe y tres cetros en Juegos Olímpicos, aunque aún aguardan impacientes por ocupar el trono en el Clásico Mundial.