El Torneo Nacional “Playa Girón” de boxeo ha concluido en Sancti Spíritus. Los púgiles cubanos, posiblemente los de mayor empaque en los escenarios amateurs del orbe, se citaron por una semana para pugnar por la corona de la Isla.
Con un aceptable público, teniendo en cuenta la poca publicidad del evento, subieron al entramado varios campeones panamericanos, mundiales y los recientes campeones olímpicos. Si bien este torneo ya no goza del caché de antaño, la edición 2012 revivió alguna que otra vieja pasión por este deporte en el país.
Matizado por los sorpresivos cambios de nombres en las divisiones de 52 kg, 56 kg, 64kg y 69 kg (todas medallistas en los pasados Juegos Olímpicos de Londres), el torneo evidenció por chispazos el nivel de los boxeadores antillanos. En definitiva fueron estos trueques previos al evento lo que suscitó un poco de morbo y expectación pre-competencia.
A lo largo de la semana todo giró entorno de una pelea, de un encuentro, de un choque entre dos exclusivos boxeadores de resonancia mundial ahora adversarios de peso que, quizás, equivalga al “51 Playa Girón”.
Con todos los favoritos campeando por su respecto en sus respectivas divisiones, a excepción de los 75 y 91 kg, los 56 kg se convirtieron en la atracción del certamen: Robeisy Ramírez contra Lázaro Álvarez.
Pero lo que no deja de dilucidarse claramente es que los combates de boxeo han perdido dramatismo y emoción en Cuba. Ya no te levantan del asiento para gritar con un puñetazo sólido y limpio al rostro que zarandee al rival. Las cuentas de protección se han extinguido, los excitantes rifi-rafa en el centro del ring ya no se ven y los boxeadores se dedican más a entrar y salir sin pegar, y a pasear por todo el encerado sin la elegancia y el brío de antes.
Sancti Spíritus será recordado por ser la sede de las últimas cabeceras y los últimos guantes protuberantes. A partir del próximo año se comenzará a implementar en las competencias amateur nuevas reglas en el deporte en pos de recobrar el espectáculo del ring. En unos meses veremos a los cubanos sin camisetas y protector de cabeza, exhibiendo los pectorales y con guantes de menor consistencia.
El anuncio del cartel final movería inteligentemente el plato fuerte de la jornada para mitad de tarde. En los 56 kg: Campeón Olímpico Ramírez cara a cara con Campeón Mundial Álvarez. Una vez llegada la hora del duelo, el Playa Girón tomaría su punto de inflexión.
Robeisy Ramírez de Cienfuegos y rojo, Lázaro Álvarez de Pinar del Río y azul. Ambos zurdos. La cautela fue el inicio del pleito, durante minuto y más se dedicaron a observarse, a medir cada uno los pasos cortos del otro, a tantear la intensidad de los swines lanzados para evitar el intercambio. Los primeros compases defraudaron lo esperado aunque se veía a Ramírez pegar con más potencia y sin presión. En cambio, Lázaro, más reservado y menos incisivo en el ataque, dejó a su oponente siempre comenzar los embates corticos.
Segundo asalto. Ramírez, pega y sale, vuelve a pegar, Álvarez no lo encuentra. El cienfueguero sin excederse ha encontrado el atajo para llevar ventaja, con elegantes movimientos de torso deja pasar los golpes lanzados por su rival. El pinareño lo encuentra. Entran en un intercambio en el medio del ring, al fin, ha llegado la expectación.
Se pegan los dos, de derecha, de izquierda. Robeisy saca los mejores dividendos, va ganando, Álvarez lo sabe y va en su busca pero es en vano, el de la esquina roja se le escurre como insecto y la campana anuncia el impasse.
Último asalto. El de la esquina azul sabe que va debajo en el marcador, tiene que forzar la pelea. Ramírez, no lo deja, es un extraclase, es campeón olímpico, baila, mueve los pies, intercambia cuando quiere. Lázaro Álvarez no es un fajador, le cuesta forzar las peleas, es más bien un estilista, gusta de la media y la larga distancia. Su oponente todo lo contrario. Álvarez sigue sin encontrar a Robeisy, y la campana avisa que el rojo es el dueño de la faja.
Campeones del Playa Girón 2012:
Yosvani Veitía (49 kg), Darieski Palmero (52 kg), Robeisy Ramírez (56 kg), Ivan Oñate (60 kg), Yasniel Toledo (64 kg), Rosniel Iglesias (69 kg), Yasiel Despaigne (75 kg), Julio Cesar la Cruz (81 kg), Lenier Peró (91 kg)Yohandry Toirac (+91 kg).