Si Reynaldo García fuera un personaje, pocos escritores se atreverían a añadir en su camino un destino tan exótico como Indonesia. Quizá decir que sería este el nuevo capítulo de su historia luego de pasar por las ligas de Ecuador, Bolivia, México, Argentina y Japón sería inverosímil. Pero la realidad a veces llega a horizontes que nos cuesta imaginar en la ficción.
Hace unos días, el propio García y el club Satria Muda Pertamina Jakarta anunciaban en conjunto su llegada a la liga de Indonesia, luego de una campaña sobresaliente en el básquet japonés y aquel histórico regreso al equipo cubano, que derrotó por primera vez en más de 50 años a una selección estadounidense.
Apenas llegó, el internacional cubano debutó en un choque en el que su equipo dominó 89-73 al Amartha Hangtuah Jakarta. En el desafío, García tuvo 17 minutos y logró encestar 10 puntos con 4 rebotes, 5 asistencias y 3 robos.
Sobre este nuevo paso, luego del cual regresará a su club en suelo npón, las sensaciones que le dejó volver a vestir la camiseta de la escuadra cubana y un futuro en el que se asoman las primeras señales del retiro, el basquetbolista conversó con OnCuba.
¿Por qué emprendiste este cambio?
Esta posibilidad surge a través de mi agente, porque el consejero del equipo de Jakarta, el español Luis Llul, me entrenó en Saga Ballooners el primer año que estuve allá. Es un contrato por poco tiempo, para mí será más bien como una liga de verano, pues ya había empezado en enero.
En Japón creo que estuve bien individualmente y las sensaciones fueron similares en lo colectivo. Hicimos un buen trabajo en equipo. Recién habíamos ascendido a la primera división y pusimos récord de más victorias para un equipo acabado de ascender. Estuvimos casi peleando por playoffs y tuvimos la mala suerte de que se nos lesionó un jugador que era importante, así que pienso que en general hicimos una muy buena temporada.
Habías declarado que, pese a no ser un sitio en el que habitualmente encontramos a un cubano, siempre te has sentido bien en Japón. ¿Por qué asumir esta nueva aventura en Indonesia?
En Japón estoy bien. Este es un nuevo reto que quise encarar, porque es por poco tiempo y económicamente el contrato sumaba bastante; por eso decidí asumirlo. Mi vínculo con Saga permanece igual. Está todo bien con ellos, sin problemas.
Ya tuve la oportunidad de jugar. En comparación con otras ligas creo que el nivel es más bajo, pero económicamente fue un buen contrato. Llevo dos partidos acá, hemos ganado. Espero que continúe así. Ya pronto termino y luego a descansar.
Conociendo el nuevo equipo, ¿qué objetivos te has propuesto?
Individualmente ninguno. Llego a un grupo que está armado, entonces a lo que vengo es a aportar y a tratar de ayudar en todo lo posible. No vengo a llevarme protagonismo ni nada por el estilo, solo a intentar sumar para que el equipo se mantenga ganando; eso es lo principal: ganar, así vamos a estar bien todos.
Respecto a la selección, tuviste la oportunidad de jugar contra Estados Unidos y lograr junto a tus compañeros esa victoria histórica en la Ciudad Deportiva. ¿Cómo viviste esos días y qué podemos esperar del equipo Cuba en el futuro próximo?
¿Qué te puedo decir? Esa fue una de las mejores experiencias en mi carrera. Fue algo que disfruté bastante, al máximo. Disfruté el estar ahí, poder ganar, compartir con los compañeros, con jugadores que conocía; pero no había tenido la oportunidad de jugar con ellos.
De cara a la próxima ventana, aún falta un poco. Creo que hay mucha ilusión y que se puede ganar y clasificar a la AmeriCup. Por el momento estoy muy contento y espero que en noviembre el equipo se arme lo mejor posible para poder ganar alguno de los partidos que tenemos en casa, si se puede los dos, y que el básquet en Cuba vuelva a hacer soñar a jugadores jóvenes que vienen atrás. Quizá a mí me quede poco.
Tal vez juegue estas ventanas de noviembre y febrero y luego deje de estar con la selección. Si acaso [jugaría] la AmeriCup y ya no más; pero la idea es que los muchachos que vengan atrás traten de animarse y sepan que sí se puede, para que puedan levantar de nuevo el baloncesto cubano y llenar al pueblo de esperanza… que este proceso siga.
¿Quiere decir que empiezas a valorar un posible retiro en un futuro no muy lejano?
Pienso que sí. La experiencia de jugar con la selección fue buena, pero creo que va a ser corta también. Se estuvieron haciendo los trámites durante muchísimo tiempo y nunca se concretó nada.
Estoy agradecido por la oportunidad, porque era algo que mi madre quería que hiciera. Yo también quería jugar, llegó el momento; pero tampoco es una situación que se pueda alargar mucho. Sin embargo, me parece que los jugadores que vienen atrás, los jóvenes, están listos para asumir el reto y hacer las cosas bien.
En la noche del 25 de febrero de 2024 Reynaldo García, algo “tocado” por molestias físicas, le encestó 9 puntos a Estados Unidos en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, en el primer partido de su segunda etapa con la selección ante su público. Pero lo relevante esa noche no fueron las estadísticas, sino el espíritu de grupo que Cuba exhibió sobre la cancha.
Ese es uno de los capítulos en que la trama de la novela de Reynaldo se salió un poco de control. El Coliseo hervía y los estadounidenses se hundían en esa olla de presión.
Ahora cuesta menos soñar, pensar en la AmeriCup y, por qué no, en una digna despedida luego de acabar lo que empezó junto a Jasiel, Howard, Bombino, Casero, Onel Planas y compañía.