Cinco días después de que los Juegos Olímpicos de París 2024 descorrieran sus cortinas con el inédito desfile náutico de las delegaciones por el río Sena, la de Cuba aseguró su presencia en el medallero gracias a la exhibición del boxeador Erislandy Álvarez, uno de los semifinalistas de la división de 63,5 kilogramos.
El fajador cienfueguero hizo los deberes ante el tailandés Bunjong Sinsiri, a quien derrotó sin un despliegue deslumbrante, pero tan convincente como para merecer el apoyo unánime de los jueces.
Triunfo de 5-0 con que aseguró bronce sobre el tailandés Bunjong Sinsiri convirtió hoy al púgil Erislandy Álvarez en el primer medallista de la delegación cubana en los Juegos Olímpicos de París 2024. #Boxeo #BoxeoCubano #CubaInspira #Paris2024 pic.twitter.com/uj0CYPfJ6a
— JIT Deporte Cubano (@jit_digital) August 1, 2024
Por lo visto, todos en la armada cubana tomaron nota de que el boxeo olímpico se ha convertido en una especie de lotería cuando los veredictos quedan demasiado pendientes de la interpretación.
Dispuesto a que no le sucediera lo que un día antes a su compañero Saidel Horta, el medallista de bronce a nivel mundial soltó rápido sus puños para asegurarse la ventaja.
Por momentos -pocos- Sinsiri pareció un rival incómodo, pero sus embates no pasaban de estériles escaramuzas. A cada golpe medianamente claro, respondió Erislandy con varias combinaciones, que si bien no fueron del todo efectivas, le sirvieron para ensanchar de a poco la ventaja.
Sin importar la diferencia más o menos marcada, el cubano no dejó de tirar, incluso cuando el desgaste físico había pasado factura en ambas esquinas. Muchos pensaron que el tailandés no regresaría a casa sin probar un conteo de protección, pero la jueza principal le evitó el mal rato.
Pase lo que pase en lo que queda de ruta hacia el podio, hay que reconocerle al cubano que a sus tres pleitos ha salido con las ideas bastante claras: no es el cuadrilátero olímpico un sitio para especular.
También se lleva como mérito la capacidad de cumplir el plan táctico orientado desde su esquina, que varió en cada momento de acuerdo a la circunstancia. “Los entrenadores me marcaron muy bien cuándo acercarme al intercambio, cuándo buscar golpes fuertes o acudir a la intensidad. Lograrlo fue clave importante del éxito”, consideró el púgil de la isla ante la prensa.
“Me siento bastante contento con ser medallista, pero no satisfecho todavía, porque quiero la de oro. No voy a parar hasta conseguirlo”, agregó una vez cumplido el trámite de salir ileso de la ronda de cuartos de final.
París 2024: el verdugo cubano de La Cruz ya está en medallas
“La presión lógica del principio por ser mis primeros Juegos Olímpicos ya no está. Me siento muy tranquilo, sé que he mejorado con cada combate y creo que estoy listo para seguir aspirando a más”, precisó.
Por delante le quedan enormes retos, como mejorar el color de su premio con una victoria sobre el georgiano Lasha Guruli, con mayor recorrido sobre los encerados y como el cubano, tercero en el Campeonato Mundial de Tashkent 2023.
Con la victoria de Erislandy llegó algo de sosiego al puesto de mando del otrora buque insignia, pues al menos una presea de bronce regresará en sus bodegas. Puede crecer la carga, en dependencia de las siguientes incursiones del doble campeón olímpico Arlen López (80 kg) y el jovencito Alejandro Claro (51 kg), el otro superviviente de la isla.
Arlen, sobre quien descansa la máxima atención desde la despedida de La Cruz, podrá asegurar presea este viernes, cuando enfrente en cuartos de final al uzbeko Turabek Khabibullaev, en tanto el aporte de Claro depende de un victoria en la misma jornada sobre el local Billal Bennama.
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