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El deporte cubano vuelve a estar de luto. Este lunes se conoció del fallecimiento de Lázaro Beltrán, uno de los más relevantes miembros de la selección nacional de voleibol durante las décadas de 1980 y 1990.
Su muerte ha conmocionado a la familia voleibolística de Cuba, que despide a uno de los atletas más queridos y respetados de su generación.
Beltrán formó parte de una de las etapas doradas del voleibol cubano, en la que la isla conquistó importantes títulos internacionales.
Fue campeón de la Copa del Mundo celebrada en Japón en 1989, subcampeón mundial en 1990 y medallista de plata en la primera edición de la Liga Mundial en 1991. Además, integró el equipo que logró el cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Desde hace años residía en Estados Unidos, donde hizo carrera como entrenador.
Lázaro Beltrán y el voleibol cubano
La trayectoria de Beltrán incluyó una destacada participación en los Juegos Panamericanos, donde conquistó el oro en La Habana 1991 y platas en Caracas 1983 e Indianápolis 1987.
En el ámbito regional, fue bicampeón centroamericano, tras obtener títulos en 1986 y 1993.
“Nos ha dicho adiós uno de los buenos, como atleta y como persona”, lamentaron sus compañeros, recordándolo como un deportista ejemplar y un ser humano íntegro que marcó a generaciones.
El destacado comentarista deportivo René Navarro escribió en Facebook: “Estelarísimo atleta y persona. Comunicativo, alegre, sencillo y respetuoso. Titular en nuestras formaciones nacionales de mejores resultados internacionales”.
Según los registros oficiales del Comité Olímpico, Lázaro Beltrán fue clave en los logros de la selección cubana durante una etapa de esplendor del voleibol nacional.
Durante esos años compartió con otras figuras trascendentales del deporte de la malla alta en la isla, como Joel Despaigne, Idalberto Valdés, Raúl Diago y el también fallecido Abel Sarmientos.












