El pasado lunes 20 de mayo la Asociación de Fútbol de Cuba dio a conocer la lista de 23 de jugadores con los que la selección absoluta de nuestro país saldrá a buscar su clasificación a la Copa del Mundo de 2026 a partir de junio.
Como ya se ha hecho costumbre desde la llegada al banquillo del director técnico, Yunielis Castillo, la convocatoria se caracteriza por la ausencia de figuras contrastadas en favor de jugadores noveles, con poca o nula experiencia en nuestros campeonatos nacionales. Este detalle, inevitable y justificadamente, ha despertado una avalancha de críticas en el seno de la familia del fútbol cubano.
La involución en las convocatorias de la absoluta ha sido progresiva desde la salida de Pablo Elier Sánchez. Para que se tenga una idea, en la lista de Cuba a la Copa Oro, último evento dirigido por el estratega pinareño, hubo solo 4 jugadores del campeonato nacional; los 19 futbolistas restantes militaban en clubes profesionales. Esto contrasta con lo que vemos hoy. En el listado de Castillo para estas Eliminatorias Mundialistas, la cifra de legionarios desciende a 15, mientras el número de jugadores del patio asciende a 8.
Eliminatorias mundialistas: fútbol cubano ante la mayor oportunidad de su historia
Pero el problema va más allá del mero análisis cuantitativo, pues no sería un inconveniente que se convoquen más o menos jugadores que se desempeñen en Cuba si estos tuvieran la calidad para ser parte de una selección absoluta. Sin embargo, en no pocos casos claramente no es así. Varios de los convocados por el estratega espirituano ni siquiera son titulares en sus equipos provinciales de la Liga Nacional de Fútbol y otros han acumulado muy pocos minutos en estos certámenes.
Si tomamos como referencia los datos ofrecidos por la aplicación LNF Cuba, herramienta oficial de la AFC para el acopio de datos sobre la Liga Nacional, Yurdy Hodelín, arquero guantanamero presente en la convocatoria, no ha disputado un solo partido en nuestros campeonatos nacionales. Según refieren activistas del fútbol desde El Guaso, estamos hablando del tercer portero del equipo provincial.
Elvis Casanova, defensor presente en el listado de Castillo, solo ha disputado un partido como titular con Villa Clara, según la mencionada aplicación. Lo hizo en el Torneo Clausura 2022.
Por su parte, a Karel Pérez, lateral izquierdo de Los Diablos Rojos de Santiago de Cuba, solo le registran 14 partidos disputados entre 2022 y 2023. En el caso de este jugador, si bien lo considero una de las mayores promesas jóvenes del fútbol nacional, creo que en condiciones normales aún estaría muy verde para integrar una selección de mayores. Sin embargo, ante la defenestración de Jorge Luis Corrales y la lesión de Alejandro Delgado podría ser una buena variante.
Ricardo Polo, otro de los defensores del patio presentes en el llamado de Castillo, no registra ninguna aparición con su equipo, Las Tunas, en nuestros campeonatos nacionales. Mientras, Rey Ángel Rodríguez, mediocampista habitual en los llamados del actual seleccionador, solo registra 14 encuentros con La Habana entre 2022 y 2023.
En el caso de Marcos Campo, mediocampista presente en la convocatoria, registra 11 partidos disputados en nuestros campeonatos nacionales con Holguín, todos en 2023. Mientras, al también convocado Leandro Mena solo le aparecen seis partidos disputados con Santiago de Cuba entre los años 2022 y 2023.
No queremos decir con esto que los jugadores mencionados no tengan potencial; pero está claro que la calidad no está siendo el principal criterio de inclusión en estas convocatorias.
Del análisis de estos datos se deduce que muchos de ellos aún no tienen la madurez futbolística necesaria para ser parte de una selección mayor, máxime cuando estamos hablando de un evento de tanta importancia como las Eliminatorias Mundialistas.
¿Cómo se explica que futbolistas que ni siquiera son titulares en sus equipos de la Liga Nacional sean más aptos que los que sí juegan para hacer el grado a una selección mayor? ¿No tenemos en el fútbol profesional jugadores con mayor calidad y experiencia? ¿Qué nivel de responsabilidad y compromiso con los objetivos puede existir por parte del cuerpo técnico y la federación, cuando se utiliza un evento tan importante como las Eliminatorias Mundialistas para mostrar figuras noveles?
Lo cierto es que nunca antes los estándares para integrar una selección nacional habían bajado tanto. El proceso de la inclusión de legionarios que comenzó en marzo de 2021 se ha venido fragmentando de forma sistemática. Y si bien es cierto que los resultados se han concretado, ha sido a pesar de, y no gracias a ello.
La dualidad del fútbol cubano: éxito en el marcador, fracaso en el campo
Uno de los ejemplos más recientes es el partido amistoso que se disputó contra Nicaragua a finales de marzo último, en el que se ganó por la mínima, pero dejando una imagen negativa a nivel de juego. Deficiencias en la circulación de balón, pobre capacidad asociativa y exigua generación de llegadas claras de peligro son algunos de los males que nos dejó ese encuentro y que vienen caracterizando el proceso de la selección desde la llegada de Castillo.
El problema es que si estas líneas no cambian será muy complicado salir adelante en la primera fase de la Eliminatoria Mundiales, en la que enfrentaremos a Honduras, Antigua & Barbuda, Bermudas e Islas Caimán. A priori, es una llave asequible para el once antillano, pero si no se convoca a los mejores jugadores disponibles la dificultad del reto aumenta.
Hace ya algunos meses dijimos que Cuba tenía claras opciones de pelear por el segundo puesto de ese grupo y avanzar así a la fase final de las Eliminatorias Mundialistas, algo que no se consigue desde el proceso clasificatorio de 1982. Ese, obviamente, sigue siendo el objetivo, más con las facilidades que nos deparó el sorteo, pero si no se logra tendríamos que hablar de estrepitoso fracaso.