El pasado 22 de febrero, la Federación Nicaragüense de Fútbol (FENIFUT), en sus perfiles oficiales de redes sociales, oficializó la concertación de un partido amistoso ante su similar de Cuba en la próxima fecha FIFA, que tendrá lugar el próximo 26 de marzo.
El encuentro, que se jugará en el Estadio Nacional de Managua, será la última oportunidad de la que dispondrán Los Leones del Caribe para engrasar la maquinaria de cara las Eliminatorias Mundialistas de CONCACAF, en la que el combinado antillano estará interviniendo a partir de junio próximo.
Eliminatorias mundialistas: fútbol cubano ante la mayor oportunidad de su historia
La elección del rival podría catalogarse como un acierto de la Asociación de Fútbol de Cuba. Aún está fresco en nuestras memorias el varapalo que significó —para las aspiraciones del cuadro caribeño en la Copa Oro— tomar partidos de preparación contra selecciones como Chile y Uruguay, ante las cuales, por la notable diferencia de calidad, no fue posible ensayar de forma eficiente tácticas y estrategias de cara al torneo importante.
En ese sentido, los centroamericanos parecen ser un rival más coherente. La balanza histórica de resultados entre ambos equipos no puede estar más equilibrada. En lo que va de siglo XXI, antillanos y pinoleros se han visto las caras en 11 ocasiones. De ellas, cada elenco ha cosechado cuatro victorias y tres empates, con un total de 16 goles anotados para los nicas y 15 para los caribeños.
De hecho, si analizamos los resultados más recientes, los números se inclinan del lado cubano. Bajo la batuta de Pablo Elier Sánchez, Cuba archivó dos victorias, un empate y tan solo una derrota ante Nicaragua, marcando cuatro goles en igual cantidad de partidos y recibiendo solo dos. Esta línea es más meritoria si entendemos que todos los encuentros fueron disputados en suelo nicaragüense y que, incluso una de estas victorias, se consiguió antes de la llegada de los legionarios a nuestra escuadra.
Por tanto, además de servir como fogueo, el resultado del próximo compromiso ante los de azul y blanco no podrá escapar a los juicios comparativos. La inmensa mayoría de la afición y prensa especializada ha valorado la gestión de Yunielys Castillo —sustituto de Pablo Elier— al frente de la absoluta como “un retroceso” respecto a la de su predecesor. Sin embargo, hasta ahora no habían enfrentado rivales similares, por lo que el partido ante Nicaragua se erige como una oportunidad de oro para que el estratega logre redimirse o, por el contrario, dar crédito a sus detractores.
Potencialmente, Castillo tiene a su disposición el material humano para jugarle de tú por tú a Nicaragua. Sin embargo, la principal incertidumbre es, precisamente, si está dispuesto a contar con todo ese capital. Desde la llegada del estratega yayabero al banquillo de la absoluta, se ha manifestado una marcada tendencia a la limpieza de futbolistas establecidos, con experiencia sobrada en el balompié profesional, llevando en su lugar a jugadores en formación, sin apenas recorrido dentro de nuestras lides nacionales amateurs.
Esto se ha visto reflejado de forma notable en el funcionamiento del equipo. En los cinco partidos bajo la égida del nuevo míster, la selección cubana solo ha obtenido una victoria, dos empates y dos reveses. Más alarmante aún es el saldo de goles a favor y en contra. En estos cinco encuentros, los nuestros solo han visto puerta en una ocasión y se han recibido 12 dianas.
En términos futbolísticos, el plantel ha mostrado un juego pobre, incapaz de proponer eficazmente algo que no sea parar el bus frente a la portería y encomendarse a las manos salvadoras de Raiko Arozarena. A diferencia de la mayor parte de la etapa anterior, han quedado en evidencia serios problemas en la construcción de juego, la circulación de balón y la capacidad asociativa, lo cual ha terminado anulando casi por completo la generación de llegadas de peligro en el arco rival.
Tras este compromiso, la selección cubana no verá más acción hasta el mes de junio, cuando arranque su camino en las Eliminatorias Mundialistas de CONACAF rumbo a la Copa del Mudo a celebrarse en varias ciudades de México, Estados Unidos y Canadá en 2026.
Para dicho proceso clasificatorio, Los Leones del Caribe quedaron encuadrados en una llave asequible, donde rivalizarán con selecciones como Honduras, Islas Caimán, Bermudas y Antigua & Barbuda en busca de uno de los dos boletos que ofrece su grupo hacia la fase final del torneo.