Francia- Australia
“Le bleu” tiene una base joven pero con experiencia (Griezmann, Pogba, Umtiti) que ya lleva años jugando en el primer equipo nacional y en clubes de primer nivel, a lo que se suma la gran promesa del fútbol francés: Kylian Mbappé. Con 19 años será el futbolista más joven en jugar para Francia en la historia de los mundiales y lo hará con la 10 que usó Zinedine Zidane en la espalda. No son pocos los que afirman que será el “nuevo Messi”.
Del otro lado, los Socceroos (contracción de “Soccer” y “Canguros”). Australia es un equipo duro, ordenado, que juega fuerte y que conoce sus limitaciones técnicas. En el banco es una cuestión de familia: Van Marwijk, el manager, contrató como adjunto al ex futbolista holandés Mark Van Bommel, que es su yerno.
Si el Mundial no fuera de fútbol sino de migraciones, Australia sería candidato aunque al final habría un empate. Si bien 1 de cada 3 habitantes de Australia no nacieron allí y el país ya recibió casi unos 30 mil, la Isla de Manus es el espejo de la política europea en el Mediterráneo: es a donde los australianos envían a los que llegan en barco desde Nueva Guinea y otras islas cercanas.
En Francia la xenofobia y el nacionalismo crecen. Tomemos por caso 2016. Ese año el gobierno detuvo a 91,000 inmigrantes irregulares. De ellos, 31,000 fueron deportados. Con Macron nada ha cambiado.
En cualquier caso los apellidos de los jugadores de sus selecciones de fútbol son un ejemplo de la diversidad de la que se componen sus sociedades. A diferencia de la política, el deporte sí hermana fronteras.
Perú- Dinamarca
Perú es un perro con dos colas: el país está paralizado, emocionado por regresar a un Mundial por primera vez desde 1982. En las eliminatorias de 1986 quien convirtió el gol en el último minuto que los dejó fuera del Mundial de México es el mismo que hoy los dirige y los trajo a Rusia, el argentino Ricardo Gareca.
Su estrella, Paolo Guerrero, tiene 34 años y puede jugar el Mundial tras una maratónica gestión ante la FIFA: había sido suspendido tras dar positivo con cocaína, en un control antidoping en octubre de 2017. El fallo, gracias a la justicia ordinaria de Suiza, país sede de FIFA (es la primera vez que la justicia de un país falla por un caso en el fútbol) lo dejará en suspenso. Guerrero tiene un promedio de gol altísimo: uno cada dos partidos en su carrera.
Del otro lado, los daneses vienen afilados tras derrotar a México fácilmente el fin de semana pasado en un amistoso. Su selección es todo lo que se espera de un combinado danés: prolijidad, frialdad, orden y concentración.
Argentina-Islandia
Juegan el orden y la planificación de equipo contra la improvisación y la apuesta personalista.
Lionel Messi hará su debut en su cuarta Copa del Mundo. El equipo que alinea Jorge Sampaoli girará en torno de La Pulga y espera a una Islandia metida en su campo, agazapada especulando con el empate o con una victoria de contragolpe.
Tras una preparación trastabillada con episodios que van desde una suspensión de un amistoso político en Jerusalén hasta acusaciones de abuso sexual a Sampaoli, pasando por las lesiones importantes de Sergio Romero y Manuel Lanzini, dos jugadores titulares. Argentina llega con pocos amistosos de preparación y con malos antecedentes inmediatos: el último partido importante que jugó, lo perdió 6-1 con España. La generación de Messi, Mascherano e Higuaín enfrenta una nueva oportunidad tras haber perdido dos finales de Copa América y la del Mundial 2014.
La pequeña Islandia (su población total apenas supera los 300 mil habitantes) viene jugando bien. En la última Eurocopa y en las eliminatorias para el Mundial fue un rival durísimo. Comprendieron que el único héroe es el héroe colectivo. Argentina espera el “Messias”.
Croacia-Nigeria
Es muy bueno lo que puede salir del cruce entre dos equipos que nunca especulan y que siempre piensan en atacar.
Croacia tiene el mejor mediocampo de la Copa: el 5 del Barcelona junto al 5 del Real Madrid, acompañados de los veloces Mandzukic y Perisic. Nigeria plantea un clásico 4-4-2 con mediocampistas rápidos por las bandas y atacantes efectivos. Mezcla la experiencia de Moses y Obi Mikel con la juventud de atacantes como Iheanacho o el portero Uzoho, que apenas tiene 19 años. Veintidós de sus 23 jugadores juegan por el mundo, especialmente en Inglaterra. Lindo partido.
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