La última vez que un futbolista no nacido en Cuba vistió la playera de la selección nacional fue en el lejano 1967, cuando Antonio Dos Santos, estudiante angolano radicado en el país, disputó partidos con la camiseta de las cuatro letras en los Juegos Panamericanos celebrados ese año en la ciudad canadiense de Winnipeg.
No obstante, Dos Santos fue una excepción. Si bien antes de 1959 había sido relativamente común ver jugadores extranjeros enfundarse la elástica antillana, los cambios que se vivieron en la isla durante la década del 60 impusieron nuevas estructuras y criterios de elegibilidad que por años limitaron la posibilidad de beneficiarnos del talento nacional radicado en otras tierras o de jugadores con raíces cubanas.
Jugadores nacionalizados: ¿qué dice la FIFA?
Según la reglamentación de la FIFA para los criterios de elegibilidad de selecciones nacionales, un futbolista puede representar a su país de nacimiento, al de sus padres y hasta el de sus abuelos. Desde tiempos inmemoriales, los equipos del planeta han aprovechado esas ventajas legales para fortalecer sus combinados patrios con jugadores nacidos fuera de sus fronteras.
Cambio de rumbo: Cuba convoca por primera vez a futbolistas nacidos fuera de la isla
Si bien en los inicios de la práctica institucionalizada de este deporte los casos de jugadores naturalizados eran excepcionales, hoy día la rareza sería, más bien, encontrar una selección que no tenga entre sus filas algún futbolista nacido fuera del país.
Incluso la selección argentina, país en el que el fútbol se desdobla como una expresión de los sentimientos nacionalistas más arraigados, ha contado en sus filas con jugadores como Gonzalo “El Pipita” Higuaín, nacido en Brest, Francia; o Alejandro Garnacho, que vio la luz por primera vez en el mismísimo corazón de Madrid.
Los cambios en Cuba
Lo que para muchos se ha vuelto algo normal, a Cuba ha tardado en llegar. Muy lentamente, desde marzo de 2021 se han dado pasos positivos para cambiar dinámicas arraigadas durante décadas y apostar por la convocatoria a la selección de aquellos futbolistas emigrados de manera legal.
Sin embargo, aún faltaban dos reivindicaciones necesarias para una completa normalización de nuestros criterios de elegibilidad: retirar el carácter vitalicio a la sanción de quienes desertaron y poder contar en nuestras selecciones con futbolistas de ascendencia cubana.
Esta última barrera se derribó el pasado lunes 10 de marzo, cuando la Asociación de Fútbol de Cuba hizo pública la convocatoria para los partidos de repechaje a Copa Oro que la absoluta sostendrá ante Trinidad y Tobago a finales de mes. En la lista llaman la atención los nombres de Alessio Raballo y Camilo Pinillo, jugadores nacidos en Italia y Bélgica, respectivamente, de ascendencia cubana.
Raballo, de 18 años, juega de delantero centro en las inferiores del Parma, prestigioso club italiano al cuál llegó en el último mercado de invierno procedente del Torino. En lo que va de temporada, Raballo acumula 6 goles en el campeonato de Primavera I, 4 con la camiseta de Il Toro y 2 desde su llegada a las inferiores de I Crocati. Cabe destacar, además, que durante su paso por el Torino recibió su primer llamado a un partido de Serie A, aunque no llegó a debutar.

“La convocatoria por Cuba es un orgullo para mí, porque siempre recuerdo cuando era niño y jugaba en El Parque del Sueño de Santiago con mis amigos. Y, sobre todo, vestir la camiseta de la patria de mi madre es para mí lo más lindo del mundo. De momento estoy concentrado en estos partidos contra Trinidad y Tobago, que son muy importantes para nosotros”, declaró el jugador del Parma en exclusiva para OnCuba.
Por su parte, Camilo Pinillo es un defensor central de 20 años que pertenece al Lierse Kempenzonen, club de la segunda división de Bélgica. Aunque la mayoría de sus partidos los ha disputado con el filial, ya acumula algunas convocatorias con el primer equipo y, coincidentemente, el pasado sábado hizo su debut en la Challenger Pro League.
Además de formar parte de la selección mayor para los duelos ante Trinidad y Tobago dentro de nueve días, ambos futbolistas serán elegibles para integrar nuestra escuadra Sub-20 en la Copa del Mundo de la categoría, que se celebrará entre septiembre y octubre del presente año en varias ciudades de Chile.
La convocatoria
Más allá de la inclusión de estos dos jugadores y el precedente que marca, la convocatoria en términos generales es buena. Podría decirse, incluso, que una de las mejores desde la llegada de Yunielis Castillo al banquillo de la absoluta. Las lesiones, gafe habitual que mutila nuestras convocatorias, quisieron darnos un respiro para tan importantes compromisos y salvo el conocido caso de Luis Paradela, nadie más —al menos hasta ahora— se ausentará por esta causa.

Además, regresan a las convocatorias jugadores de peso que por diferentes motivos no habían estado en los últimos llamados. Tal es el caso del estelar arquero Raiko Arozarena, el defensor central Carlos Vázquez, el habilidoso extremo Willian Pozo y el polivalente Christian Flores.
Cuba estará recibiendo a Trinidad y Tobago el 21 de marzo a las 4:00 p.m. en el Estadio Antonio Maceo de Santiago de Cuba, para luego devolver la vista a los trinitarios el día 25, cuando los enfrentemos en condición de visitantes en el Ato Boldon Stadium de la localidad de Couva.