Industriales está contra la pared en la gran final del Campeonato Cubano de béisbol tras perder los dos primeros partidos del enfrentamiento contra Ciego de Ávila, con el agravante de haber caído en ambas ocasiones en su cuartel general, el estadio Latinoamericano de La Habana.
Unos culpan a la suerte, otros al magnífico juego desplegado por el conjunto avileño durante el play off, lo cierto es que los azules de la capital están obligados a ganar cuatro de los últimos cinco desafíos de la serie, si en sus planes todavía permanece la idea de conquistar su décimo tercera corona en estas lides.
Ahora bien, la historia de las finales del béisbol cubano (desde 1993, cuando implantaron el sistema vigente de competencias) recoge 13 series por el título de Cuba que comenzaron 2-0, de las cuales en solo dos salió victorioso el equipo que comenzó perdiendo.
Casualmente, en esas dos remontadas estuvo presente la escuadra de Industriales pero con resultados dispares, ya que le tocó sufrirla en 1999 ante Santiago de Cuba y gozarla en 2010 frente a Villa Clara.
En 1999, los Leones ganaron el primer, segundo, y quinto partidos del play off final, mientras los santiagueros dominaron el tercero, cuarto, sexto y séptimo, para finalmente obtener el cetro nacional.
Once años después, en 2010, los industrialistas cedieron los dos primeros encuentros contra el seleccionado villaclareño pero lograron revertir la eliminatoria y asirse el título de Cuba en siete partidos con un desenlace espectacular, de esos que hacen afición.
Sin embargo, estos dos casos son meras excepciones. El béisbol es un deporte de estadísticas y probabilidades, que suelen cumplirse a rajatabla salvo condiciones irregulares o paranormales.
Aquel Santiago de Cuba de finales del siglo XX era un equipazo, conocido popularmente como “La Aplanadora”, capaz de producir tantas carreras como quisiera, ante el rival que fuere; y el Industriales de hace dos temporadas, dirigido por el impredecible Germán Mesa, era un equipo repleto de lagunas en todas sus áreas, que además dependía de una serie de jugadores noveles, capaces de lo mejor y lo peor, en dependencia del día.
Lo único que une a esos seleccionados es que solo ellos han consumado la hazaña de remontar un 0-2 en finalísimas del béisbol cubano, nada más. Ahí toma protagonismo la escena paranormal: lo mismo gana el mejor que el que más suerte tenga, revertir par de derrotas en los dos primeros partidos roza lo imposible.
En esta ocasión, para colmo, Ciego de Ávila ganó en buena lid los dos primeros partidos del play off final, mostrando soberana superioridad pese a jugar en campo ajeno. Esto hace presagiar que estamos en presencia de la décimo segunda ocasión (de 14 posibles) que el equipo que arrancó arriba a la postre conquiste el título.
¿Estará condenado a la derrota Industriales? Parece, salvo irregularidad extraterrestre, que sí.