La primera vez que vi a José Fernández fue cuando ya llevaba cinco triunfos seguidos en el estadio de los peces, Marlins Park, y ocho en total en su carrera de ligamayorista. Me habían hablado de él: que si una slider increíble; que si una recta autoritaria; que si flema, carácter y otras de esas palabras que se emplean cuando se trata de no hacer mención a los cojones.
Era un juego ante los Dodgers de Puig, que ese año lucía intratable con los pitchers. Caballo Loco andaba como loco, repartiendo batazos a diestra y a siniestra: tanto era así que su OPS estaba por encima de 1000 puntos. Pero no pudo divertirse con Fernández. Esa noche, el cubano de Santa Clara limitó al de Cienfuegos a dos ponches, un rolling al short, un foul fly y un elevado al medio. Recuerdo como si fuera ahora que hice todo el camino de regreso a mi casa celebrando el trabajo de aquel novato blanco.
A partir de ese juego de agosto comencé a darle seguimiento sistemático a Fernández. Como pude, monitoreé cada salida del muchacho, y fui uno de los muchos corazones que a 90 millas de distancia le mandaron todas las vibras positivas de este mundo para que hiciera el récord. O sea, para que se convirtiera en el único lanzador de Grandes Ligas que había ganado sus primeras 17 decisiones como local.
Lo logró contra Atlanta, casi a punto de terminar la campaña 2015. Le entraron por los ojos con un rally de cuatro, pero su equipo remontó y él consiguió aferrarse al box hasta cumplir las cinco entradas necesarias. El score final, 12×11, da la medida de lo que se peleó sobre el diamante, pero no de la felicidad que yo sentí cuando Ryan Lavarnway se tragó el ponche decisivo.
Tenía mucho talento y sobre todo, lo más importante, mucha clase (porque usted puede ser propietario de un Ferrari y no verse adecuado ante el volante). Una anécdota pinta de cuerpo entero al hombre que habitaba el jugador…
Ocurrió en 2013, la misma temporada que le valió el Rookie of the Year por delante del propio Yasiel Puig. Fernández, que no era ningún ‘out’ con el bate, despachó un bambinazo que festejó indebidamente ante los Bravos. Esto es, se quedó en home disfrutando del viaje de la Rawlings, y escupió mientras pasaba por tercera, y cruzó unas palabras con Brian McCann en el plato. Entonces los equipos salieron al campo, enfebrecidos, y faltaron milímetros para llegar a la tormenta. Al concluir el choque, con la cabeza gacha y el pensamiento frío, el cubano se fue hasta el dugout contrario y le pidió disculpas a McCann. “Lo siento. Estoy avergonzado y no volverá a pasar”, dicen que dijo.
Por cosas como esa yo le tuve que abrir un espacio en mi panteón. Lamenté la maldita dolencia que lo llevó al quirófano, y lo extrañé de mayo 2014 a julio 2015. En ese tiempo, viendo al resto y recordando a Fernández, entendí que tan solo Clayton Kershaw podía regocijarme igual por espacio de seis o siete entradas. Era un as, y este año probó que quería llegar a Número 1.
Dieciséis victorias con un equipo de pocas garantías. Efectividad de 2.86. El mejor promedio de ponchaos por cada nueve innings: ¡12.49! De por vida, con unas 500 entradas a cuestas, 2.58 limpias por encuentro. Sencillamente, un pitcher hecho a la medida del Cy Young, de los Juegos de Estrellas, del Salón de la Fama…
Sin embargo, Fernández no podrá consumar esas hazañas. Las noticias que llegan desde Estados Unidos hablan de un bote, una colisión, tres muertos, uno de ellos nacido el 31 de julio del 92 en Santa Clara. El mar, ese mismo contrario que él retara en la balsa furtiva de su adolescencia, acababa de sacarlo del camino.
Dura lex, sed lex. La vida siempre es más complicada que el montículo, y en el juego de la supervivencia Fernández ha explotado en los primeros episodios. Pero el público, que sabe y respeta, se ha parado en las butacas y aplaude su adelantada caminata hacia el dugout eterno.
Pasa un grande: que Miami retire el “16”…
Muy duro golpe para la emigracion cubana y para los amantes del beisbol. QEPD
Hola Juan, me uno a ti en el dolor, se ha ido un gigante, tremendo vacio en el beisbol mundial, EPD. Habia seguido tus articulos y sospeché quien lo hacia, hoy tu propio dolor lo confirmó, te seguiré siempre.
Este ha sido un día muy largo y triste para mí. Por primera vez en mucho tiempo deseo q acabe el domingo y comience el lunes de trabajo. Cambie mi foto de perfil en Facebook para colocar el 16 q siempre lucio Jose. Le pedi a mis amigos q hicieran lo mismo y puedo decir con placer q son cientos los q lo han hecho. Descansa en paz, José Fernández. Muchas gracias por las alegrías q nos diste. Que Dios te tenga en la gloria.
Vi a Jose Fernandez hace unos dias en el estadio de los Marlins, estaba esperando su salida de hoy domingo, la noticia a las 8 am me dejo estupefacto y asi a todo el mundo en Miami, in viejito nos pregunto si eramos cubanos y al decirle que si nos pregunto si habiamos visto lo de Jose Fernandez. Ahora quiero su camiseta.
grande como el que mas,el mejor prospecto del beisbol del mundo y con un corazon tan grande como el.nunca cuba te olvidara,nunca tampa te olvidara,nunca miami te olvidara y nunca te olvidare mi muchacho grande.
Wow bro!.tremenda crónica!. Digna de ese gran lanzador a quien desgraciadamente el destino nos arrebato demasiado pronto. EPD José Fernández
Sin palabra para tu excelente artículo… y cómo te comenté en Facebook: Qué retiren el dorsal 16 es el mejor de los homenajes póstumos. Se fue un grande de verdad !!!!!
Excelente Juan. Que en paz descanse Jose Fdez, la mas grande joya del pitcheo cubano en MLB.
No hay palabras para el dolor. Son de esas noticias que te resistes a creer. Se nos ha ido un gran pelotero, un orgullo para todos los cubanos, porque Delfín iba a ser un grande, y al final lo logró, es un grande de nuestro beisbol. Dondequiera que estés, descansa en paz, paisano.
Tengo en mi mente su grandeza de somatotipo, su elegancia y su calidad. Su sonrisa…una desgracia que no se supera. No hay palabras José, no hay palabras….Grande tu cronica.
Retiran el 16… pero antes, hoy juegan todos de negro y con ese numero sobre las espaldas…
No se ustedes pero a mi se me hace dificel ver otro juego de los Marlins….ojala que no
Y a mi que me enseñaron en la escuela que en la yuma los peloteros no tenian el cariño de su pueblo.
Otro más que se le subió la fama, digo, los tragos, a la cabeza. Lástima. EPD. Aunque los peloteros cubanos que sigo, son los que juegan en Cuba.
Adrian, no tienes que destilar veneno para dar tu opinion y menos sobre un muerto. No conoces ni hostias de este jugador que mas sencillo no pudo ser, que siempre estuvo donando parte de su dinero a obras caritativas, buen hijo y buen nieto. Yo no soy aficionado a la pelota, pero si me duele la muerte de cualquier joven en plena flor de la vida. Ni tienes pruebas de que se le subio la bebida, ni tienes pruebas de que se le subio la fama. Mas bien parece envidia tu manera de opinar. Calladito te vez mas bonito.