Las selecciones cubanas de judo no logran levantar cabeza en su gira internacional, y no precisamente por los resultados, sino porque apenas han podido competir durante la última semana en los Grand Slam de Georgia y Turquía, debido a contagios de Covid-19 y otras afecciones gripales en los colectivos.
El calvario comenzó la pasada semana en la urbe georgiana de Tbilisi, donde cinco atletas se cayeron de las inscripciones, cuatro de ellos positivos al coronavirus. Una de las contagiadas, según informó el comisionado nacional Rafael Manso, fue la estelar Idalys Ortiz, quien ha visto frustradas sus oportunidades de fogueo ante varias de las potenciales rivales en los Juegos Olímpicos de Tokio.
En aquel momento no se revelaron los nombres de las otras contagiadas, aunque el portal especializado Judo Inside precisó que Maylin del Toro, Kaliema Antomarchi y Arnaes Odelín estaban inscritas en el Grand Slam de Georgia y sus nombres desaparecieron horas antes de arrancar la competencia.
No obstante, después el doctor Uvelino Moreno, quien se encuentra con las escuadras antillanas en esta gira internacional, confirmó a JIT que las cuatro mujeres se encontraban en cuarentena, pero que ya Del Toro y Antomarchi habían sido negativas en los controles.
El hecho es que ninguna de las integrantes del equipo femenino ha podido competir en los últimos días, ni en Georgia ni este fin de semana en Antalaya, Turquía, lo mismo que Iván Silva, quien se ha perdido las dos competencias por una afectación gripal, aunque todas sus pruebas de COVID-19 han sido negativas.
Por COVID-19, Cuba competirá con solo tres judocas en Grand Slam de Georgia
El otro que no pudo pelear en Antalaya fue Andy Granda –bronce hace una semana en Georgia–, también con síntomas gripales, mientras Orlando Polanco y Magdiel Estrada sí salieron al tatami pero quedaron pronto en el camino.
Los cubanos no han sido los únicos afectados en estos torneos internacionales, pues al menos un atleta francés y otro alemán también fueron reportados como positivos hace una semana en Tbilisi.
Tras estos episodios, la delegación antillana debe permanecer en Turquía hasta el próximo 8 de abril, cuando saldrán a Guadalajara, México, para afrontar el Panamericano de la disciplina. En la ruta crítica hasta Tokio aparece también el Grand Slam de Kazán, Rusia (principios de mayo) y el Campeonato Mundial de Budapest, Hungría, del 6 al 13 de junio.
Cuba tiene a seis atletas ubicados en puestos que dan acceso directo a los Juegos de Tokio, pero el proceso de clasificación olímpica a través de rankings no cerrará hasta finales de junio. Esto quiere decir que los antillanos necesitan seguir en competencia y no confiarse, aunque, en honor a la verdad, luego de estas afectaciones por la COVID-19 les costará un poco más de trabajo obtener resultados positivos frente a rivales exigentes.
Al margen de que hayan pasado la enfermedad sin síntomas u otras complicaciones, no quita el hecho de que se han alejado de los entrenamientos y han perdido ritmo, algo totalmente normal cuando te separas de los tatamis por un tiempo determinado. La cuestión estará en ver si dichos problemas no tienen repercusión a largo plazo.
El judo es uno de los deportes fundamentales para Cuba en los Juegos Olímpicos, aunque ahora mismo no se vislumbra en las selecciones antillanas claros favoritos a preseas más allá de Idalys Ortiz, monarca de Londres 2012. Cierto que Iván Silva, Andy Granda, Maylin del Toro o Kaliema Antomarchi podrían dar la clarinada en base a su talento y proyección, pero necesitarían un rendimiento perfecto para llegar al podio, algo que francamente parece complicado dados los imprevistos que han aparecido en su preparación.