Trayectoria perfecta de Cuba en cinco salidas y una derrota de Bulgaria contra Georgia en la última jornada clasificatoria del Mundial de Naciones Emergentes de balonmano, dejó a caribeños y balcánicos emparejados en las semifinales de la lid, que este fin de semana definirá todas sus posiciones.
Los antillanos culminaron invictos la fase de grupos con victorias sucesivas sobre Gran Bretaña (35-27), China (30-24), Colombia (31-24), Azerbaiyán (31-26) y la India (40-29), mientras que los búlgaros vencieron por su orden a Malta (38-13), Estados Unidos (38-35), Nigeria (27-19) e Irlanda (37-22), y cayeron 35-19 en el cierre frente a los locales georgianos.
En términos globales, Cuba anotó 167 veces y permitió 130 dianas de los contrarios (+37), y los balcánicos terminaron con 159 goles marcados y 124 aceptados (+35), balance muy parejo que nos da una idea de qué tan nivelado va a ser el asalto semifinal de este sábado en Tblisi Sports Palace.
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Los pupilos de Luis Enrique Delisle llegan confiados en sus posibilidades, aunque no se han enfrentado a ningún rival verdaderamente riguroso. Además, no conocen en profundidad las virtudes y deficiencias de Bulgaria, equipo con mayoría de jugadores insertados en los distintos eslabones de las ligas profesiones europeas.
A continuación, analizamos las distintas claves que pueden decidir el match entre caribeños y búlgaros, quienes al momento de su duelo ya conocerán al primer finalista de la lid, el cual saldrá del choque Georgia-Gran Bretaña.
Ases bajo los palos
Mucho se ha hablado durante el Mundial de Magnol Suárez, el espigado meta antillano que ganó dos de los cinco premios de Mejor Jugador en la fase clasificatoria. El avileño fue el salvador de Cuba en múltiples trances y dejó números espectaculares.
A Magnol le realizaron un total de 140 disparos, de los cuales atajó 56, para un 40 % de efectividad bajo los tres palos. En términos generales, los rivales tiraron 195 veces al marco caribeño y en 70 ocasiones se toparon con la muralla (35.9 % de acierto), sumando la actuación del segundo portero Adán Martínez.
Bulgaria dejó guarismos muy parecidos, pues sus arqueros detuvieron 69 de los 192 disparos contrarios (35.9 % de efectividad), con protagonismo para Ivaylo Kostov, quien paró 49 de 135 chuts (36.3 %).
De cara a la semifinal, el desempeño de estos porteros puede inclinar la balanza a uno u otro bando, por ello hay varios detalles muy interesantes que van a estar bajo la lupa de los entrenadores.
Por ejemplo, los balcánicos deben saber que tuvieron un discreto 44.1 % de efectividad en tiros a media altura, y justo en este tipo de disparos Magnol Suárez fue un muro, al contener 32 veces a sus oponentes en 51 oportunidades (62.7 % de acierto).
En cambio, los búlgaros, probablemente, van a atacar el sector izquierdo inferior de la portería de Magnol, pues por allí ellos anotaron el 30 % de sus goles (45) y el meta antillano solo logró dos atajadas en 20 ocasiones.
Si analizamos a la inversa, Cuba también martilló por bajo con 106 dianas en 122 tiros inferiores, pero los porteros búlgaros lograron un total de 20 atajadas en dicho sector, respuesta respetable si tenemos en cuenta los reflejos que se necesitan para los remates con los pies.
En cuanto a los disparos a media altura, los arqueros europeos, como Magnol, se comportaron a gran nivel, pero la artillería cubana, contrario a la búlgara, tuvo un 53.2 % de acierto.
Las variantes en la pizarra
Ya vimos que Cuba y Bulgaria tuvieron registros goleadores parecidos, aunque, en términos de efectividad, la Isla dio muestras de superioridad, salvo en los tiros desde las alas.
Los antillanos combinaron muy bien los contrataques (82.6 % de acierto) y las penetraciones (73.3 %), aprovecharon su gran estatura para percutir desde los nueve metros (45.9 %) y también dieron muestras de solidez para combatir cuerpo a cuerpo en la zona interior (76.2 %).
Los europeos superaron ligeramente a Cuba en la efectividad en contrataques (82.9 %) y tiros desde las esquinas (60 % por 45 % los caribeños), pero quedaron considerablemente por debajo en el resto de las variantes ofensivas.
Además, Cuba fue mucho más diverso y creativo en ataque, con 85 asistencias por 64 de los balcánicos, quienes se centraron en rematar desde la línea de nueve metros la mayor parte del tiempo, con muy poca presencia en el juego interior.
La marcada preferencia de los búlgaros a atacar desde el exterior la podrían aprovechar los antillanos en el duelo semifinal, teniendo en cuenta que ellos supieron contener a sus rivales desde esa zona, con 18 bloqueos y 25 atajadas.
Los chicos de la Isla deben cuidarse de las suspensiones de dos minutos, pues acumularon 28 por solo 19 los búlgaros, a pesar de que estos afrontaron partidos de mucho más contacto contra Estados Unidos y Georgia.
Otros detalles a tener en cuenta por los cubanos son los penales y las pérdidas de balón. Bulgaria forzó hasta 25 acciones que concluyeron en la pena máxima a su favor, aunque erró en ocho ocasiones, y robó 38 veces la redonda.
Figuras claves
No se puede decir que el plantel cubano tenga una gran estrella individual, pues su ataque es bien balanceado y los goles se distribuyen entre varios hombres. No obstante, siempre alguno resalta y en el caso de la Isla es Omar Toledano, quien facturó 30 dianas en la fase de grupos, con dos partidos jugados a media máquina.
Adonys Jesús García y Reinier Taboada son sus escuderos por excelencia, mientras Hanser Rodríguez, Dariel García, Eduardo Valiente y Claudio Ramos aparecen como complementos imprescindibles para la dinámica colectiva.
En el caso de Bulgaria, su ofensiva sí tiene nombre propio: Svetlin Dimitrov. El atacante de 28 años marcó 32 tantos en la fase clasificatoria, aunque también se tomó algunos minutos de respiro, lo cual le impidió defender su reinado goleador de las dos ediciones anteriores del Mundial de Naciones Emergentes.
En la versión del 2015, Dimitrov convirtió 64 anotaciones, y dos años más tarde subió la parada hasta 65, por lo que no es difícil imaginar todo el peso que tiene en el ataque de los balcánicos este jugador, actualmente en las filas del club francés CO Vernouillet.
A Dimitrov lo escoltan Kristian Vasilev (31 goles en la ronda clasificatoria), Branimir Balchev (28) y Georgi Atanasov (16).
A las claras, hay una enorme paridad entre Cuba y Bulgaria, por lo que el partido se definirá en pequeños detalles, algo que los antillanos deberán tener muy en cuenta. Su tendencia a fallar algunas jugadas simples y a caer en trances de desconcentración pueden pasarle factura, sobre frente a un rival que tiene una ligera ventaja dada su mayor experiencia.